El colapso y la improvisación en materia de inmigración marcan un año para olvidar

La llegada de inmigrantes irregulares ha batido récords en 2018 . Y es que en las costas andaluzas han sido interceptados en estos últimos doce meses más de 52.000 inmigrantes .

Se trata de casi el triple que en 2017. Además, hay que tener en cuenta que centenares de inmigrantes habrán arribado a las costas andaluzas este año sin haber sido interceptados, como demuestran los numerosos videos de llegadas de pateras a nuestras playas difundidos a lo largo del año.

Según los datos facilitados por el Gobierno, fechados el pasado día 17 y por tanto provisionales, los inmigrantes interceptados en Andalucía han sido 51.496 frente a los 18.379 del año anterior. A este dato hay que sumarle los 308 del Open Arms y los llegados a las costas andaluzas en los últimos días de diciembre.

Las provincias de Cádiz y Almería lideran el dramático ránking de llegadas. Así, este año han sido interceptados 20.572 inmigrantes en la provincia de Cádiz (15.931 en el Campo de Gibraltar ) frente a los 6.550 del año pasado; y 11.569 en Almería frente a los 5.713 de 2017.

En el resto de provincias andaluzas con costa las cifras provisionales son de 10.351 personas en Málag a frente a las 2.280 del año anterior y 9.003 en Granada frente a los 3.833 de 2017.

La primera llegada masiva de esta crisis migratoria sin precedentes se produjo el 16 de junio. Fueron casi 500 las personas rescatadas en un solo día en el Estrecho de Gibraltar . El Ayuntamiento de Tarifa se vio obligado a habilitar el pabellón municipal para albergarlas ante la falta de recursos para hacerlo.

A partir de entonces, las llegadas masivas no han cesado y la improvisación ha dejado imágenes para olvidar, como las de más de cien inmigrante s, entre los que había bebés, hacinados en la estación marítima del puerto de Algeciras , donde pasaron la noche sobre el suelo ante la falta de plazas para acogerlos.

No han sido las únicas pruebas del colapso migratorio vivido en Andalucía: inmigrantes hacinados en calabozos de comisarías y en módulos prefabricados de la provincia de Cádiz fueron frecuentes durante el mes de julio, como también las de decenas de personas durmiendo durante varios días en la cubierta de las embarcaciones de Salvamento Marítimo amarradas al puerto de Algeciras porque no había dónde para acogerlas. El sueño de pisar tierra se tornaba en algo imposible para estas personas tras eternos días de travesía marítima por el Estrecho de Gibraltar.

La falta de reacción por parte del Gobierno llevó a a los ayuntamientos del Campo de Gibraltar, la zona más golpeada por este drama, a tomar la iniciativa. Los de Algeciras, Los Barrios y San Roque habilitaron, como ya había hecho Tarifa, sus pabellones deportivos municipales para atender a miles de personas ante la saturación de todos los recursos existentes.

Los alcaldes de Algeciras y Los Barrios denunciaron haber tenido que afrontar en solitario esta crisis migratoria así como los gastos derivados de la misma.

El Gobierno tampoco se salvó de las críticas de organizaciones gubernamentales , que denunciaron en reiteradas ocasiones el caos y la improvisación en esta materia.

La situación era de tal gravedad que dos ministros visitaron el Campo de Gibraltar a principios de julio. El día 4 lo hizo el de Fomento, José Luis Ábalos , que tras conocer los centros de coordinación de Salvamento Marítimo en Algeciras y Tarifa anunció que llegarían medios aéreos y marítimos adicionales , así como nuevas tripulaciones para evitar la sobrecarga que estaban soportando las que había.

Al día siguiente se desplazó hasta Algeciras el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska , que ya había anunciado la habilitación de un centro en la provincia de Cádiz para atender a los inmigrantes y dijo que no creía necesario aumentar los efectivos policiales pese a que definió la situación como «excepcional» .

La oleada de inmigrantes no cesó a lo largo de todo el mes. De manera sorpresiva, el ministro del Interior visitó poco después Algeciras otra vez aunque negó que existiera un colapso migratorio. Un día después de su visita fueron rescatados en el Estrecho 751 personas a bordo de 50 pateras en sólo unas horas.

A finales de julio, el Ministerio de Interior asumió la emergencia de la crisis migratoria en Andalucía y anunció una inversión de 3,4 millones de euros para sufragar el alojamiento y manutención de inmigrantes tras conocer in situ la magnitud del drama migratorio que se vivía, especialmente, en el Campo de Gibraltar.

El uno de agosto, el nuevo presidente nacional del PP, Pablo Casado , visitó Algeciras para criticar la política migratoria del Gobierno.

Un día después abría sus puertas el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de San Roque , para el que el Gobierno aumentó su capacidad inicial de 400 hasta las 600 plazas. Por este centro han pasado desde entonces 9.000 inmigrantes .

A finales de agosto se abriría otro CATE de forma provisional en el puerto de Motril (Granada).

También abrió el centro Campano, en Chiclana , un recurso gestionado por la Cruz Roja para la acogida temporal y derivación que visitó la ministra de Migraciones, Magdalena Valerio , y que cuenta con casi 600 plazas. Por el mismo han pasado desde su apertura 6.200 personas.

El año que está a punto de terminar ha dejado además otras imágenes sorprendentes, como el tráfico de personas en narcolanchas a través del Estrecho.

El barco Open Arms ha recalado en dos ocasiones en el muelle de Crinavis, en Campamento, San Roque. La primera vez el 9 de agosto con 87 personas a bordo y la segunda vez, este 28 de diciembre con nada más y nada menos que 308 seres humanos , casi la mitad de ellos menores de edad.

Pero sin duda alguna, lo más dramático del fenómeno de la inmigración irregular es la pérdida de vidas humanas. Al menos 769 inmigrantes han muerto este año al tratar de llegar por mar a las costas españolas, la cifra más alta desde 2006, tal y como ha denunciado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) .

Los andaluces, por desgracia, llevan décadas afrontando este drama. Precisamente este año se han cumplido tres décadas de la primera muerte documentada de un inmigrante en el Estrecho de Gibraltar.

El año que está a punto de terminar ha dejado imágenes dantescas, como el rosario de cadáveres en la playa de Caños de Meca (Cádiz). Hasta 24 personas murieron al hundirse la patera en la que viajaban 40 ocupantes en noviembre. El mar fue devolviendo sus cuerpos poco a poco.

En El Palmar se sospecha también que murieron decenas de personas al naufragar una patera. También ha habido que lamentar 13 muertos y 11 desaparecidos de varias pateras rescatadas en Almería.

El tráfico de menores inmigrantes va en aumento. Desde que comenzó el año han sido atendidos en Andalucía 7.000 menores extranjeros no acompañados (Menas), según los datos facilitados a este diario por la Junta de Andalucía, que cifra el incremento en un 250% este año.

Sólo hasta el pasado mes de noviembre, la Consejería Igualdad y Políticas Sociales había creado 1.651 plazas para atender la llegada de Menas a las costas andaluzas. La Junta cifra en más de 48,4 millones de euros el dinero destinado a este apartado.

Y es que Andalucía acoge a más del 50% de los Menas de España. La Junta añade que casi el 70% de los menores atendidos en la red de recursos residenciales del sistema son Menas.

La plantilla para atenderlos está compuesta por 4.000 profesionales y para los dispositivos de emergencia se han contratado a 440 personas ya que los centros existentes han estado desbordados y en ocasiones han quintuplicado su capacidad, especialmente en el Campo de Gibraltar. De manera excepcional, la Junta ha habilitado en las últimas semanas las residencias de Tiempo Libre de La Línea y Huelva para acogerlos.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil en Cádiz hace una valoración muy negativa de la gestión de este drama en 2018. Critica la falta de coordinación entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad implicados en esta m ateria así como la importante falta de medios humanos y materiales con las que han tenido que afrontar la masiva llegada de inmigrantes a las costas andaluzas.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) critica la falta de planificación y coordinación, y la alarmante carencia de medios humanos y materiales. Reclama una legislación adecuada, un mejor tratamiento para los Menas, la creación de más brigadas de Extranjería y optimizar los recursos. Entre los aciertos, destaca la apertura del CATE de San Roque , para el que pide una unidad policial específica.

Más de 2.000 personas han trabajado también sin descanso este año en la Cruz Roja en la atención a los inmigrantes a través de los Equipos de Respuesta Inmediata a Emergencias. Ha incrementado personal y recursos en toda Andalucía para poder dar respuesta, tanto en costa como en los recursos que gestiona , a los miles de inmigrantes que han llegado este año, especialmente en los fines de semana que define como «históricos».

Esta asociación reclama que se actúe en los países de origen y se establezcan vías de entradas regularizadas para que estas personas puedan llegar a su destino sin arriesgar sus vidas. Advierte que mientras eso no ocurra, el fenómeno migratorio continuará. Para Algeciras Acoge migrar es un derecho aunque recuerda que para la mayoría de estas personas se ha convertido en una obligación.