'El Fantasma', el capo español de la cocaína más escurridizo

Según explican a ABC fuentes de la investigación, 'El Fantasma' residía en la provincia de Málaga antes de darse a la fuga. Con antecedentes por tráfico de drogas y de nacionalidad española, trataba directamente con sus proveedores en Colombia y Ecuador. «Trabaja en la sombra y resulta muy difícil detenerlo, aunque ya lo hicimos en 2020».

Pero la Guardia Civil le ha asestado un duro golpe y le ha dado donde más le duele. Lo ha hecho en una importante operación que se ha saldado con la intervención de más 6,5 toneladas de cocaína que la organización pretendía introducir en España desde Sudamérica en contenedores de bananas a través del puerto de Algeciras. La droga habría alcanzado en el mercado ilícito los 233 millones de euros.

Sí ha caído el lugarteniente de 'El Fantasma', un conocido vecino de Castellar de la Frontera, en Cádiz, que utilizaba una empresa mayorista de pescado congelado en Algeciras para blanquear las ganancias de su sucio negocio. De hecho, el nombre que la Guardia Civil le ha puesto a la operación no es casual: 'Squid', que en castellano significa calamar. Con él han sido también arrestados otros 12 miembros de la organización, algunos de ellos antiguos estibadores o exempleados en el puerto de Algeciras, «por lo que conocían perfectamente la actividad y la logística en el puerto» .

Además de la cocaína, la Guardia Civil ha intervenido más de un millón y medio de euros en varios domicilios de miembros de la organización y en una nave industrial, así como vehículos de alta gama y relojes de lujo, lo que da una idea de la importante cantidad de cocaína que estaban introduciendo en España.

Los registros han sido efectuados en Algeciras y Castellar de la Frontera (Cádiz), y en Málaga capital y Antequera. También se han encontrado importantes medios electrónicos, como inhibidores de frecuencia, con los que trataban de dificultar la labor policial.

Para poder introducir los alijos con seguridad intentaban sobornar a funcionarios públicos, tanto en el puerto de Algeciras como en los de Sudamérica donde se cargaban las partidas de cocaína, «pero afortunadamente en esta ocasión no lo consiguieron y no hay ningún agente detenido», señaló uno de los responsables de la investigación.

El 'modus operandi' de esta red criminal consistía en transportar partidas de cocaína en contenedores de bananas procedentes de Colombia y Ecuador hasta el puerto de Algeciras. Una vez que se extraía de las instalaciones portuarias y en su ruta hacia el destino legal, un camionero se desviaba a una nave-guardería en Antequera, donde se sustituían los palés que contenían la cocaína por otros idénticos con una mercancía legal de bananas.

En diciembre, la organización utilizó un contenedor de bananas que partía desde el puerto de Turbo (Colombia) con destino final Algeciras. Sin embargo, durante el tránsito que realizaba el buque en el puerto de Cartagena, también en Colombia, el contenedor fue inspeccionado por las autoridades, que encontraron 3.000 pastillas de cocaína de un kilo cada una.

En un segundo intento, intentaron el envío de otra partida de cocaína desde el puerto de Cartagena pero volvió a ser frustrado por las autoridades colombianas, que intervinieron 1.250 kilos de esta sustancia.

En mayo, la organización insistió en introducir la droga a través del puerto de Algeciras. Esta vez realizaron el envío de cocaína desde el puerto de Guayaquil (Ecuador) para de esquivar Colombia. Cuando el contenedor consiguió llegar a Algeciras, los investigadores comprobaron cómo un camionero, perteneciente a la organización, extraía el contenedor en cuestión y abandonaba el recinto portuario emprendiendo la marcha hacia una nave situada en un polígono industrial de Antequera. Los agentes entraron e interceptaron 2.296 kilos de cocaína ocultos entre bananas y detuvieron a siete miembros de la organización.