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El aviso de la DGT para conducir en días de lluvia: «La diferencia entre frenar en asfalto seco a 90 km por hora y hacerlo con el piso mojado es de 32 metros más»
También, se ha señalado que se deben «evitar las maniobras bruscas, aumentar la distancia de seguridad, reducir la velocidad y llevar los neumáticos en buen estado son los mejores aliados»
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Iniciar sesiónSe avecina lluvia para este miércoles y las próximas jornadas en diversos puntos de Andalucía occidental y siempre es bueno recordar consejos que realiza la Dirección General de Tráfico con respecto a la circulación de los vehículos en condiciones atmosféricas adversas como la cuestión de ... la adherencia ya que con el asfalto mojado la frenada se alarga, la estabilidad del coche queda comprometida y es mucho más fácil tener un accidente.
Existe la posibilidad que se reduce drásticamente llevando los neumáticos con dibujo y presión correctos porque con este fenómeno climático, la adherencia de las ruedas es clave. Otro concepto que hay que tener en cuenta es el aquaplanin porque aparece cuando el neumático no es capaz de desalojar el agua de la carretera por falta de dibujo, baja presión, velocidad inadecuada o por culpa de una zona de agua encharcada.
En esa situación, las ruedas flotan y se puede llegar a perder el control del vehículo. En este caso, hay que sujetar el volante con firmeza, no frenar a fondo y corregir la trayectoria suavemente cuando se recupere el agarre. Por otro lado, hay que observar el dibujo de los neumáticos, cuya profundidad mínima debe ser de al menos 1,6 milímetros pero es recomendable no dejar que se desgasten tanto.
La DGT apunta que es «muy importante, conocer y aplicar la presión adecuada recomendada por el fabricante para evitar desgastes asimétricos, mayor gasto de combustible y que aumenten las posibilidades de hacer acuaplanin».
Se insiste en los días normales y en las jornadas de lluvia de la distancia de seguridad porque con el suelo deslizante por la lluvia, es muy «recomendable aumentar considerablemente la distancia de seguridad respecto al coche que nos precede, sobre todo de cara a evitar que, en una frenada imprevista, impactemos contra el coche de delante al alargarse la frenada por el estado del piso».
Distancia de frenado
Otro apunta de la Dirección General de Tráfico que se tiene que tener en cuenta en días lluviosos es que detener un coche con el suelo resbaladizo va a costar más tiempo y espacio que si el suelo estuviese seco. Diversos estudios concluyen que «la diferencia entre frenar en asfalto seco a 90 km/h y hacerlo con el piso mojado es de 32 metros más. Por ello, es imprescindible aumentar la distancia de seguridad».
De cara al empañamiento, «lo más adecuado es mezclar el aire acondicionado con el calor de la calefacción y dirigir esta mezcla hacia la luna delantera. En pocos minutos el coche se habrá desempañado. Es recomendable comprobar si están cerradas las salidas de aire, puesto que con ellas cerradas no servirán de nada estos consejos».
Asimismo, se explica que «las hojas caídas de los árboles al asfalto se convierten en una alfombra aparentemente inofensiva, pero que pueden alargar la frenada como si fuese hielo, ya que retienen el agua e impiden que la goma de los neumáticos se agarre bien al asfalto».
«Si diluvia o la nube ha oscurecido la zona hasta hacerse casi de noche es muy recomendable activar las luces de cruce, algo que tendrán que hacer de forma manual también los que dispongan de un sistema de encendido automático. Se da el caso de que en muchos coches modernos la luz día es tan potente que piensan que llevan los faros encendidos y cuando se hace de noche este despiste les puede costar una sanción», según refieren en la web de la Dirección General de Tráfico.
Suavización de maniobras y la velocidad
En todas las estaciones del año, la suavidad al volante garantiza un andar seguro. Si es invierno y llueve o nieva, conducir de esta forma es «una de las mejores decisiones que se pueden tomar», según la DGT. Suavidad con el acelerador, para evitar que aumente el consumo o el pasaje se maree y en las maniobras, para evitar la pérdida del control del vehículo.
La lógica siempre tiene que imperar la velocidad no es una buena aliada. Con lluvia, lo más sensato es conducir más despacio. Conducir adecuando la velocidad a las circunstancias de cada momento, de cada lugar y del tipo de trazado y estado de este.
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