Los analgésicos concentran la mayoría de recetas del Servicio Andaluz de Salud

De ese conjunto sobresalen en número de recetas los analgésicos y antipiréticos. El paracetamol se alza como el principio activo más presente en los hogares andaluces con 8,3 millones de envases despachados entre enero y octubre —último mes facilitado por el SAS a este periódico—. Si a ese volumen se le suman los 5,6 millones de cajas de metamizol (principio activo del Nolotil) y los 3,6 millones de envases de ácido acetil salicílico se observa como, de los diez medicamentos más recetados en Andalucía, los que combaten el dolor y la fiebre concentran más de un tercio de las recetas.

En ese sentido coinciden con los datos a nivel nacional, pues según un informe recogido por el Ministerio de Sanidad el 12% de las recetas españolas son de analgésicos.

El segundo principio activo con más presencia en Andalucía es el omeprazol, con casi 8 millones de envases acumulados durante los diez primeros meses del año.

Eso sí, el precio contenido de estos fármacos no se traduce en grandes cuantías más allá del lógico coste aparejado a la cantidad. El paracetamol, en cualquiera de sus presentaciones y marcas, rige 19,1 millones, lo cual es menos de la mitad de la cobertura de atorvastatina —Atrolip, Cardyl, Zarator...—, que es el noveno principio activo en cuanto a dispensación . En este caso, para corregir el colesterol en sangre y las enfermerdades cardiovasculares.

El mayor 'bocado' al presupuesto se lo llevan los medicamentos para la diabetes, aunque no destaquen por su prescripción masiva: de los diez medicamentos más costosos, ocho tienen esta finalidad, a veces con indicaciones paralelas como puede ser el tratamiento de la insuficiencia cardíaca o la obesidad.

Según datos del SAS, las «presentaciones concretas de Forxiga 10mg, Ozempic 1mg, Jardiance 10 mg, Trajenta 5mg, Toujeo (300 unidades), Trulicity 1,5 mg, Rybelsus 14 mg y Synjardy 12,5 mg implican 175 millones de euros».

En el mismo período de 2023 el total era de 147 millones. De hecho, el gasto en fármacos para esta patología ha subido entre un 25% y un 30% en los últimos cinco años según el SAS.

Por su parte, la serie histórica que maneja el Ministerio de Hacienda indica que hasta septiembre —último dato acumulado— se habían invertido en Andalucía 3.775.956,39 euros en gasto farmacéutico, un 6,8% más que en el mismo punto de 2023.

El máximo gasto correspondía a los productos farmacéuticos y sanitarios por recetas médicas u orden de dispensación, que implicó 1,83 millones hasta septiembre. Este fue, curiosamente, el aumento más tímido (del 3,1%), al compararse con el período anterior. El vaivén se dejó sentir mucho más en el gasto farmacéutico hospitalario, que experimentó un alza interanual de hasta un 10,3% con 1.123.830,41 euros.

Del mismo modo, el informe de Hacienda evidencia que los porcentajes andaluces están por debajo del promedio de todas las autonomías. Los porcentajes andaluces están por debajo del promedio en todos los casos salvo el de la variación interanual en productos sanitarios sin receta médica u orden de dispensación. Si en el total de regiones es de un 9,8% más respecto a 2023, en Andalucía la proporción escala al 10,9%.

Por este concepto se entiende un conjunto de artículos en el que figuran los recipientes de muestras para diagnósticos in vitro, como por ejemplo las donaciones de sangre y tejidos para certificar un estado fisiológico o patológico, una anomalía congénita o la viabilidad del paciente como receptor. También suman en este compendio los productos sanitarios que regulan la concepción, los que diagnostican o alivian una lesión, los productos a medida indicados por facultativos, los accesorios de uso conjunto con otros productos, los destinados a investigaciones clínicas...

La afirmación de que los medicamentos se llevan ya la tercera parte del presupuesto del SAS se refrenda al observar la tendencia de la última década. Según el Ministerio de Hacienda, en 2014 Andalucía desembolsó 2,9 millones de euros en gasto farmacéutico, que cinco años más tarde pasaron a ser 3,6. Lo progesivo de ese lustro dejó un salto exponencial en 2020 y, sobre todo, en 2021 —con 4,1 y 4,5 millones, respectivamente—.

Desde entonces la cuantía no ha hecho más que subir aunque, según la Junta, en los últimos años el alza ha sido más moderada hasta el punto de que entre enero y octubre ha sido «la región que menos ha incrementado su gasto farmacéutico».

Para continuar esa senda, en 2025 se pondrán en marcha medidas como una actuación conjunta en pacientes con 'adicciones a opioides de prescripción', derivándoles incluso a centros de tratamiento de deshabituación o a Unidades del Dolor; un programa de incentivos para revisión de pacientes polimedicados, la limitación de la duración de determinados tratamientos, el impulso de los genéricos o la «incorporación en receta electrónica de un sistema de ayuda a los prescriptores que e impida la prescripción de dosis superiores a las máximas», como se recoge en la memoria del presupuesto del SAS.