La madre acusada de matar a su hijo de 7 años en Almería: «No sé por qué lo hice»

La acusada de 39 años se enfrenta a prisión permanente revisable ya que habría asfixiado al menor en su vivienda de Huércal de Almería y lo trasladó hasta Las Norias de Daza en El Ejido , lugar dónde fue sorprendida y detenida por la Guardia Civil con el cuerpo de Sergio, su hijo, ya cadáver en el asiento del vehículo. Durante el interrogatorio Ana María ha descrito varios episodios de brotes psicóticos entre los que apunta al sufrido en verano de 2019 que le llevó a ingresar en Salud Mental durante nueve días de forma involuntaria.

Tras la salida del hospital, la madre del niño dejó de acudir a las citas de seguimiento psiquiátrico y tampoco tomó la medicación que le habían dispensado porque afirmó que se encontraban bien». Ana María indicó que no quería hacer daño a su expareja y padre de Sergio, a pesar de haber tenido una semana antes del asesinato un juicio para dirimir la custodia de su hijo a favor de su progenitor.

Respecto a las ausencias reiteradas del niño al colegio, su madre explicó que no lo llevaba porque tenía alergia, le dolía la barriga o vomitaba. La acusada justificó las faltas al aula como ocasionales y dijo que «quería poner fin a la situación para matricularlo en el colegio de Alcolea», donde vivían los familiares del pequeño.

Ana María negó ante la Fiscalía recordar que habría cogido el cordón de una bata para acabar con la vida de su hijo y montarlo en el asiento delantero del coche para ir a la casa de la expareja de su padre, mujer que alertó a los servicios de emergencia. En el momento de su detención intentó embestir a los agentes de la Guardia Civil que le bloquearon el paso, unos hechos que también rechazó.

El padre del niño, Sergio Fernández ha trasladó momentos antes de comenzar la sesión que su exmujer «quería hacer daño y hacerse ver, ya que había malos tratos anteriores y la muerte fue consecuencia de sus actos». Así defendió que obró de forma consciente y que tenía comportamientos malos con la familia y con su hijo descartando cualquier alteración psicótica.

«Tendrán niños, nietos, sobrinos y no querrán tener en la calle a una persona que a su propio hijo hizo lo que hizo, lo que podría hacer una persona a la que no tuviera ningún afecto. Es responsabilidad del jurado juzgarla , dejarla o atenuarle la pena», expresó el padre del menor.