Un condenado por dos asesinatos y objetivo de narcos es detenido por el atraco a una joyería de Almería

El ahora detenido había cumplido condena en Bolivia por el asesinato de su pareja , una ciudadana estadounidense, al creer que le había delatado a los servicios secretos antidroga americanos. Durante su internamiento en el país sudamericano, también asesinó a su compañero de celda, jefe de una conocida banda que asaltaba bancos, por lo que fue condenado a otros 15 años de prisión.

Los hechos se remontan a diciembre de 2015, cuando tres individuos atracaron una joyería, aprovechando las fechas navideñas para hacerse con un botín sustancialmente mayor. Para llevar a cabo su cometido utilizaron un arma de fuego y otra eléctrica con las que intimidaron a los cuatro miembros de la familia que regentaban el negocio y a una clienta que se encontraba en el lugar. Tras hacerse con joyas valoradas en 40.000 euros y con 700 euros en efectivo de la caja registradora, los asaltantes huyeron del lugar mientras las víctimas salían de la tienda tratando de averiguar su dirección de huída, momento en el que el ahora detenido encañonó a una de ellas y efectuó un disparo que impactó en otro comercio cercano.

Iniciadas las pesquisas, los agentes averiguaron que uno de los autores del robo se encontraba en Madrid, por lo que procedieron a su detención al día siguiente de los hechos, así como de la persona que había facilitado el vehículo para la huída, en calidad de cooperador necesario . Una vez efectuados los registros de sus domicilios y con todos los datos e información obtenida hasta ese momento, los investigadores lograron identificar a otro participante en el atraco, un hombre de nacionalidad española que las víctimas reconocieron como el autor del disparo.

Con su identificación los agentes constaron que se trataba de uno de los reclusos españoles más peligrosos y conocidos de las últimas décadas. Además de contar con numerosas detenciones en Almería, producidas en los ochenta, emigró a Bolivia donde continuó con su historial delictivo. En el año 1991 asesinó a su pareja sentimental, una ciudadana estadounidense que él relacionaba con los servicios secretos antidroga americanos y de la que sospechaba estar transmitiendo información sobre sus negocios relacionados con el tráfico de drogas en aquel país. Le asestó dos disparos en la cabeza y posteriormente la descuartizó y la quemó. Por estos hechos fue condenado a 30 años de prisión en el Penal Cruceño de Palmasola (Bolivia).

En el mismo año, y durante su estancia en prisión, acabó con la vida de su compañero de celda, jefe de una conocida banda que asaltaba bancos, aplastándole la cabeza con una pesa de hormigón. Fue condenado a otros 15 años de prisión y se convirtió en uno de los reclusos más peligrosos del penal. Además, llegó a ser uno de los objetivos principales de los «jalikatas» , jefes de las mafias dedicadas al tráfico de drogas en el país sudamericano. Parte de su condena la cumplió en España, tras solicitar su traslado en base al tratado bilateral suscrito por Bolivia y España.