Una mujer encarga por 1.000 euros el asesinato de su marido en Almería

El crimen se produjo en agosto de 2021 en un pedanía de la localidad del Levante almeriense. La víctima, identificada como G.B. de nacionalidad española y albañil de profesión, murió tras recibir una treintena de puñaladas cuando se encontraba en su cortijo.

El autor de los hechos, un sicario de nacionalidad colombiana, igual que la promotora del asesinato. La Fiscalía pide para ambos acusados de asesinato sendas penas de 22 años de cárcel. Será el 26 de junio de 2023 cuando se enfrenten a un juicio con jurado en la Audiencia Provincial de Almería.

La relación de la pareja era buena en sus inicios. Todo se torció cuando la mujer sospechó que su marido tenía una relación sentimental con su hija. La progenitora la echó de su casa y días después se reunió en la vivienda que compartía con la víctima con el presunto autor del crimen.

El sicario accedió a cometer el asesinato, pero quería cobrar antes de llevarlo a cabo. La mujer se excusó en que necesitaba tiempo para reunir el dinero. El presunto asesino confió en ella y fue informado de que la víctima iba a estar solo en un cortijo aislado en el término municipal huercalense.

Para corroborar la información, el supuesto autor de los hechos llamó por teléfono y comprobó que la víctima estaba sola. Al llegar al cortijo, el sicario llamó a la puerta y cuando le abrió el hombre se abalanzó sobre el y se asestó múltiples puñaladas en diferentes partes de su cuerpo.

La mayoría de las heridas de arma blanca se localizaron en el pecho, cabeza, espalda y cuello. Según la autopsia el hombre falleció por las hemorragias y grave pérdida de sangre minutos después del asalto que se produjo a las 13:15 horas. El fallecido no fue encontrado hasta un día después en el interior del cortijo.

La mujer ingresó en prisión provisional días después, pero en diciembre de 2022 un juzgado de Huércal-Overa acordó su puesta en libertad bajo fianza debido a su discapacidad y problemas de salud. El proceso judicial ha sufrido diferentes retrasos por el cambio de la confesión de la acusada, el informe de autopsia y las muestras de ADN pertenecientes al sicario.

En un primer momento, la mujer confesó su implicación, pero sin llegar al asesinato ya que según su testimonio «solo quería darle un susto». Ella misma apuntó como responsable al hombre al que le habría pagado 1.000 euros. La Policía Judicial de la Guardia Civil estimó que la acusada había planificado el crimen del que hasta el momento era su marido.