La jueza absuelve a la concejal que compró unas láminas de Goya que se perdieron en Carboneras

La Fiscalía había solicitado un año de prisión, cuatro meses de multa a razón de diez euros diarios y la inhabilitación para empleo o cargo público durante ocho años. La jueza falla que el contrato de la compra de la colección 'Desastres de la Guerra', ochenta estampas réplicas de Francisco de Goya, tuvo lugar en el ámbito de sus competencias.

Así, no se ha encontrado disconformidad en el proceso respecto al proceso legamente establecido por la normativa. La conducta de la exedil «no puede ser calificada como arbitraria o alejada del interés público». Argumenta el interés cultural de las estampas que reproducen una serie pictórica de un afamado pintor.

Las obras fueron adquiridas por un importe de 3.250 euros el 31 de agosto de 2009 por el equipo de gobierno que presidía el socialista Cristóbal Fernández. La colección no ha sido localizada en ninguna de las dependencias municipales de Carboneras, ni figuran en el inventario de bienes de la corporación local.

Además, la magistrada libera de la acusación de pérdida o extravío a la concejal, ya que «no existe prueba alguna que acredite que la misma se hubiera apoderado de las láminas». Según los relatos testificales en varias ocasiones el exsecretario cuando regresaba del desayuno con el compañero que guardaba las llaves se encontraban la puerta del archivo municipal abierta.

«Personas no autorizadas y cuya identidad no consta tenían acceso a su interior», recoge la jueza en relación con la custodia de las láminas. En el juicio se presentó una copia compulsada de un certificado del exsecretario interventor de julio de 2011 donde se manifestaba que «la colección se encontraba en el archivo municipal y, en consecuencia, Josefa Cruz no era depositaria ni tenía respecto a las mimas obligación de custodia alguna».

La investigación la inició en 2011 el exalcalde Salvador Hernández (Gicar) cuando llegó al Consistorio. Denunció la supuesta desaparición de las estampas que llegaron en su caja original, con un estuche de terciopelo, un número de serie en el dorso y un certificado de autenticidad. La ausencia de las láminas se detectó en la optimización de pagos en el área de Hacienda a través de la eliminación de domiciliaciones bancarias.