Los ángeles de la guarda de los inmigrantes en situación de vulnerabilidad

Son los Edati, los Equipos de Atención al Inmigrante. Estos efectivos trabajan de forma conjunta con el resto de Unidades de la Comandancia en función de las incidencias detectadas. Su labor se centra en ofrecer apoyo y protección a las personas que residen en zonas aisladas, muchas de ellas en situaciones de especial vulnerabilidad. Su misión, dentro de las garantías para su seguridad, incluyen la asistencia humanitaria, el asesoramiento jurídico y el apoyo en el acceso a derechos fundamentales.

En el año 2000 se constituyeron estos equipos en las provincias con mayor incidencia de inmigración, como Almería, Granada, Málaga, Cádiz y Huelva. David Coca, agente de Guardia Civil, acumula una larga trayectoria en la provincia almeriense como miembro del Edati. «Nosotros hacemos un mapeo de las zonas, principalmente asentamientos chabolistas y cortijos, que están en entornos agrícolas. De forma periódica vamos a visitarlos, llevamos un registro de los inmigrantes y sus necesidades», explica.

Con el paso del tiempo se genera una relación de confianza con los agentes que también están coordinados con diferentes asociaciones. Muchas de las cuestiones que se demandan son de ámbito asistencia, realizando una interlocución entre afectados y organizaciones que realizan su labor sobre el terreno.

Estos entornos también son aprovechados por individuos o grupos para llevar a cabo sus actividades delictivas. Incluso, la especial vulnerabilidad puede ser un factor que aprovechen para obtener distintos beneficios, en ocasiones, suponiendo un riesgo o perjuicio hasta penal para estas personas.

Un caso esclarecido recientemente en la localidad de La Mojonera ejemplifica de manera significativa este tipo de situaciones que también son afrontadas por las unidades de la Guardia Civil. En esta ocasión, una mujer residente en un asentamiento fue víctima de una agresión sexual, lo que activó la intervención inmediata de los agentes y de los grupos especializados, como el Equipo Mujer-Menor de la Unidad Orgánica de Policía Judicial. Gracias a su diligente labor, se logró la detención del presunto agresor y se articuló la protección y atención integral para la víctima, garantizando medidas específicas frente a posibles riesgos adicionales.

El agente David Coca subraya la importancia de la confianza en la Policía y cómo el hecho de que los inmigrantes puedan acercarse a la Guardia Civil sin miedo les permite recibir ayuda y denunciar situaciones de abuso o violencia. «En la barriada de Pujaire, en Níjar, localizamos a una mujer que vivía en una caravana, había sido víctima de violencia de género, contaba con una orden de protección vigente, además estaba embarazada. Una vez realizados todos los trámites logró regularizar su situación y ahora vive en Adra», explica con satisfacción.

El perfil de los inmigrantes que residen en las zonas desfavorecidas apenas ha cambiado en los últimos 25 años. Se han eliminado asentamientos, pero la entrada y salida de estas personas se mantiene. En su mayoría no cuentan con 'papeles' y una vez que los consiguen abandonan las chabolas para mejorar sus condiciones de vida.

La asistencia integral ofrecida por la Guardia Civil a los ciudadanos en situaciones de vulnerabilidad no se limita únicamente a la investigación de delitos; su enfoque abarca también la atención directa a las necesidades de las personas migrantes. En sus visitas periódicas a los asentamientos, los agentes facilitan información sobre derechos y libertades, asesoramiento en la tramitación de documentación de residencia y canalizan las demandas de seguridad de los residentes.

La cercanía y confianza que generan los efectivos de estos equipos Edati son fundamentales para detectar y abordar episodios de discriminación, explotación laboral, abusos sexuales y otros delitos de odio. «En muchos casos, se comunican con nosotros a través de WhatsApp para denunciar situaciones ilegales, lo que permite una rápida intervención y acompañamiento en el procedimiento judicial o administrativo correspondiente», indica David Coca.

El compromiso humanitario de la Guardia Civil en la provincia de Almería se materializa a través de una estrecha colaboración con las instituciones, organizaciones sociales y administraciones públicas. Esta reciprocidad garantiza que las personas que residen puedan acceder a recursos esenciales y participar en actividades orientadas a su integración como clases de español, orientación laboral y programas específicos de inserción social.

Los agentes propician el cumplimiento de la normativa laboral ayudando a los trabajadores migrantes a denunciar las posibles irregularidades que les puedan afectar y garantizando que sus derechos sean protegidos. En los casos más graves derivan las denuncias a las unidades especializadas de la Guardia Civil o a la Inspección de Trabajo.

«No conocemos a todos, pero si tenemos contacto con muchos, como por ejemplo Mohamed, un chico que conocemos desde 2019 y que ha regularizado su situación por arraigo de formación, ha conseguido cambiar su vida y esto es muy satisfactorio para nosotros», explica David Coca. Los Edati, los ángeles de la guarda en zonas desfavorecidas, son un puente de confianza y apoyo especialmente en una provincia que ha experimentado un fuerte crecimiento de la inmigración.