El bisnieto del alcalde Pérez

Alcanzó la vara de mando tras haber sido concejal desde el año 1991. Atesora cinco lustros conviviendo en el Ayuntamiento con políticos de toda clase, algunos más queridos que otros, pero a los que siempre trata con exquisitez y elegancia. Pese al ramalazo que hay quien le ve, quizá porque hasta los 16 años estuvo residiendo en Madrid, lo cierto es que es una persona cercana y sincera . Tan próxima que en alguna ocasión se ha arremangado, se ha colgado el mandil y ha cocinado su reputado conejo frito con ajos para gusto y disfrute de las mujeres almerienses.

Ha tocado casi todos los palos en política. Edil, regidor, presidente de la Diputación, parlamentario autonómico, senador y máximo dirigente del Partido Popular en la provincia. Y es que la política le corre por las venas, no en vano es bisnieto de Rogelio Pérez, quien fuera alcalde de la capital en dos ocasiones. La política le obligó en 1995 a dejar a un lado su verdadera vocación, la abogacía. De hecho está registrado con el número 1.179 en el Ilustre Colegio de Abogados de Almería .

Entre sus principales características se encuentra la de respetar y escuchar siempre al prójimo, quizá por eso es raro encontrar en su carrera política una salida de tono o una palabra malsonante referida a un rival político. Huidizo de las alharacas , su gestión municipal siempre ha estado ligada al continuismo en el anhelo de hacer de la capital almeriense un vergel de cultura y tradición. Su abandono de la vida política municipal no será bien acogido por quienes le aprecian, aunque sí por la oposición puesto que con su retirada se eliminará el principal escollo para que otros puedan aspirar a hacer realidad su sueño de gobernar. Él ya lo ha materializado y sólo espera que sus conciudadanos le recuerden como «el alcalde que cumplió con su deber» , epitafio que ha proferido en esta campaña.