Andalucía soporta la sequía más prolongada desde 1961

Respecto al pronóstico para los primeros tres meses del año, ha asegurado que serán más cálidos de lo habitual pero ha reconocido que no hay señales que permitan prever cómo serán de lluviosos.

Eso sí, ha asegurado que la atmósfera está cambiando, por lo que nos esperan más olas de calor, menos lluvia y fenómenos tropicales como la DANA Bernard, registrada en octubre, que ha reconocido que fue un fenómeno «más propio de clinas tropicales» por los intensos vientos, que además no fueron rachas como es habitual «sino vientos sostenidos de gran intensidad que dañaron el arbolado, especialmente en las ciudades occidentales de Andalucía».

Respecto al otoño meteorológico de 2023 -septiembre, octubre y noviembre-, Del Pino ha explicado que ha sido el tercero más cálido desde 1961 y «extremadamente cálido» en Jaén Málaga y Granada, siendo «muy cálido» en el resto de Andalucía.

Por episodios, ha habido dos cálidos excepcionales, tanto por su duración como por su intensidad. El primero ha sido entre el 23 de septiembre al 18 de octubre, en el que durante 18 días consecutivos, la temperatura estuvo por encima de la media; y el comprendido entre el 10 y el 21 de noviembre, con 11 días consecutivos por encima de la media.

Respecto a las precipitaciones, ha sido el 22º otoño más seco desde 1961 o, lo que es lo mismo, el 42º más húmedo, con una precipitación media de 144,5 litros por metro cuadrado, «lo que supone el 80% de la precipitación media del periodo de referencia, el comprendido entre 1991 y 2020. Ha sido por tanto un otoño seco.

En cuanto a los episodios, Del Pino ha destacado las DANAS (Depresión Aislada en Niveles Altos): Babet, Aline y Bernard.

Las precipitaciones han dado lugar a que septiembre y octubre sean considerados pluviométricamente como normales con precipitaciones medias en Andalucía de 57 y 79,5 litros por metro cuadrado, respectivamente. Noviembre, sin embargo, ha sido un mes «muy seco» al recogerse sólo 28 litros por metro cuadrado de media.

Eso sí, pese a ello, desde la Aemet se asegura que estas escasas precipitaciones no han agravado la sequía.