Casi 400.000 musulmanes inician el Ramadán en Andalucía

Andalucía es la segunda comunidad autónoma de España donde más musulmanes residen. En primer lugar está Cataluña, con una población islámica de 641.101 personas según el mismo informe. En tercer y cuarto lugar están Madrid, con 314.451, y la Comunidad Valenciana, con 249.453.

Por provincias, Almería copa las cifras de musulmanes, un total de 128.106, seguida de Málaga (98.132), Granada (41.359); Sevilla (32.693), Huelva (32.401), Cádiz (28.347); Jaén (16.318) y en último lugar, Córdoba (9.572).

Por municipios en España, Barcelona, Ceuta Madrid y Melilla, son los que mayor número de conciudadanos musulmanes tienen seguidos de la localidad almeriense de El Ejido y de Murcia. Por porcentaje destacan Albuñol (Granada) y La Mojonera y Níjar, ambos de Almería.

En cuanto a nacionalidades, los marroquíes son los más numerosos en Andalucía después de los nacionales. Son 162.847. En la región hay además 312 entidades islámicas, 302 comunidades y 13 cementerios musulmanes.

Durante este mes, los musulmanes llevan a cabo un estricto ayuno y rezan en las mezquitas al anochecer. No pueden ingerir alimentos ni bebida –agua tampoco-, fumar o tener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol. Eso sí, los niños, ancianos, embarazadas o personas con problemas de salud no tienen que guardar ayuno. Tampoco se pueden utilizar insultos ni términos malsonantes. La ruptura del ayuno con el crepúsculo se celebra con una cena fuerte para reponer energías.

Éste será un Ramadán diferente para los musulmanes que viven en Algeciras, la localidad gaditana que quedó conmocionada el pasado mes de enero, al igual que el resto del país, cuando el supuesto lobo solitario Yassine Kanza mató al sacristán Diego Valencia e hirió a cuatro personas con un machete en lo que se dirime ya en la Audiencia Nacional ya como un supuesto ataque yihadista.

La comunidad musulmana de Algeciras, que ronda las 15.000 personas de un municipio de más de 122.000 habitantes, se echó a la calle para condenar estos brutales hechos y mostrar su dolor por las víctimas.

Mohamed El Mkadem es el imán de una de las mezquitas de Algeciras y condenó públicamente lo ocurrido. Según indica a ABC, afronta el Ramadán mirando al futuro: «El terror nunca encontrará sitio entre los algecireños. Algeciras es una mezcla de culturas y ciudadanos que conviven en paz y respeto mutuo desde hace muchísimos años y eso nadie lo va a romper. Los ciudadanos de Algeciras lo hemos demostrado con hechos. Hemos pasado unos días muy difíciles pero nos hemos unido para salir adelante. Ahora hay que mirar al futuro y continuar mejorando y fortaleciendo nuestras relaciones».

Este imán destaca que el Ramadán es una cuestión de fe: «El Ramadán es el mes más sagrado del calendario musulmán. Reflexionamos e intentamos mejorar nuestra relación con el Creador y con el resto de los seres vivos».

Para Yihad Sarasúa, presidente de la comunidad islámica de la Mezquita Ishbilia, en Sevilla, el Ramadán es tiempo de espiritualidad, recogimiento, familia y solidaridad.

«Quienes trabajan en la construcción o el campo lo pasan realmente mal porque están en ayuno y normalmente, bajo un sol de justicia. No pueden tomar ni agua durante el ayuno. En países de mayoría musulmana esto se tiene en cuenta y se reduce la jornada laboral. En Andalucía, los trabajos que realizan los inmigrantes, como construcción el campo o la hostelería, la jornada laboral se hace muy dura. Los que podemos, cogemos vacaciones o nos tomamos con más calma el trabajo», explicó.

Es tradición durante el Ramadán acudir por la noche a la mezquita a rezar durante una hora o más, si bien se lamenta de que en Andalucía la mayoría de las mezquitas son locales pequeños y no tienen capacidad para acoger a tantos fieles, «aunque nos apañamos con lo que tenemos y lo vivimos con alegría», afirma.

La comida que se hace para romper el ayuno al ocaso es un momento festivo y de abundancia, según cuenta Sarasúa: «En la mezquita proporcionamos comida para quienes no tienen y compartimos lo que tenemos. Todos somos iguales».

Asegura que ayunar no es complicado: «Es una cuestión de fe, no un sacrificio. Es un ayuno físico pero también espiritual. Estás en ayuna pero sabes en cada momento del día por qué lo haces. Dominas tu cuerpo y tu mente. Eso refuerza nuestra fe. La gente es feliz haciendo el Ramadán porque estás ayudando a quien lo necesita y valoras lo que es realmente importante, y compartes tu fe con los demás. Cuando termina el Ramadán muchos musulmanes lloramos porque es una experiencia única y transformadora».