Parlamento sin Gobierno

Díaz ganó las elecciones. Consiguió su primer objetivo, el aval de los votos tras su presidencia por designación de su antecesor José Antonio Griñán, el presidente que ha admitido ahora que dejó el cargo por el caso ERE. Díaz ganó las elecciones obteniendo los mismos diputados que Griñán, el único candidato socialista derrotado en la urnas por el PP en Andalucía. Pero lo ha hecho además con menos votos que hace tres años, aunque con unas circunstancias electorales distintas. De esas circunstancias se percató Susana Díaz para proyectar la ruptura con IU y el adelanto electoral. Asísorprendía al PP—Juanma Moreno acaba de cumplir un año al frente de la secretaría general— y obligaba a Podemos, su otra preocupación, a encarar un proceso electoral que no estaba en los planes de la factoría de Pablo Iglesias. Por último, se proponía ampliar su liderazgo dentro del PSOE gracias a una la confrontación en campaña con el presidente del Gobierno Mariano Rajoy para proyectarse como alternativa a la secretaría federal socialista cuando lo considere oportuno. Susana Díaz ganó las elecciones con amplio margen sobre el PP y con ello ganó todos los objetivos de su apuesta menos uno, precisamente el que invocó para llamar a los andaluces a la urnas: contar con un gobierno fuerte y estable.

Andalucía acaba de inaugurar la X Legislatura de su Parlamento con cinco fuerzas políticas. Un Parlamento más plural sin mayoría absoluta. A diferencia de lo ocurrido en 2012 no existe expectativa de acuerdo para un pacto político que asegure un gobierno consistente. Las negociaciones en este sentido duraron poco. Ninguno de los partidos que debutan en la Cámara quiere unirse al PSOE en el Gobierno. No en vano la primera condición impuesta por Podemos y Ciudadanos fue la dimisión de los expresidentes Chaves y Griñán. Con el PP el acuerdo no parece ni plantearse. Esta semana el secretario de Organización del PSOE, César Luena, ya ha avisado de que en materia de pactos a los socialistas se les verá «con todos los partidos menos con uno, con el PP». Todo indica que la «gran coalición», con la que ha especulado la literatura periodística, no tiene de momento recorrido. Por eso, la presidenta en funciones ha manifestado en varias ocasiones su apetencia a gobernar en minoría mediante acuerdos puntuales con el resto de fuerzas políticas.

Pero para eso deberá asegurar su investidura en las dos próximas semanas. No será tan fácil como le ha resultado al PSOE montar la Mesa del Parlamento el pasado jueves. La estrategia de aislamiento del PP que siguieron el resto de fuerzas políticas bastó para demostrar que, aun en minoría, el PSOE consigue sus objetivos. Atoda costa quería la máxima representación en la Mesa del Parlamento donde ha situado a tres secretarios provinciales. Esto allanará el camino a un futuro gobierno en minoría, pues sólo habrá que pactar con uno de los otros cuatro miembros —uno por cada partido— para llegar a acuerdos. No le será fácil frenar asuntos que tengan que ver con comisiones de investigación, comparencias de presidencia, etc., a menos que cambie súbitamente el argumentario de los partidos, pero ha dado el primer golpe sobe la mesa.