El año que Alaya tocó la cima

Aunque el año empieza sin la juez titular, que estaba de baja y cuyo despacho ocupaba la magistrada Ana Rosa Curra , ésta última detiene a uno de los testaferros que fue pieza clave en el caso ERE: Juan Francisco Algarín . Un personaje crucial si se tiene en cuenta que, pese a tratarse de un exalcohólico en fase de rehabilitación, era el encargado de traer y llevar los sobres de dinero, sirviendo así de enlace entre Juan Lanzas y las mediadoras. El testaferro fue enviado a prisión aunque salió tras pagar fianza.

Alaya vuelve a tirar del carro. Después de seis meses en los que su juzgado había estado prácticamente parado por su baja (estaba aquejada de fuertes cefaleas), la magistrada se presentó una fría mañana de marzo como si nada y retomó su trabajo con fuerza. De hecho, a los pocos días ponía en marcha la Operación Heracles, que se saldaba con el envío a prisión nuevamente del que fuera director general de Trabajo, Francisco Javier Guerrero ; el conseguidor Juan Lanzas ; y los mediadores José González Mata y Eduardo Pascual, además de otros personajes secundarios.A los pocos días se conocían datos importantes, como el jugoso patrimonio de 13 millones de euros y dieciséis casas que el conseguidor Juan Lanzas había acumulado.

El Consejo General del Poder Judicial aprobaba el envío de un segundo juez de refuerzo para Mercedes Alaya con la finalidad de que agilizara las macrocausas y que parecían no avanzar al ritmo deseado. La idea era que la instructora se ocupara de estos casos y el nuevo refuerzo del reparto ordinario y de las guardias. Y así fue, ya que la juez Alaya no permitió que nadie tocase sus diligencias.

El entones presidente del Tribunal Supremo, Gonzalo Moliner , mete baza y asegura en una visita a Sevilla que no ve normal los retrasos que se están produciendo en el caso ERE. El comentario provoca un reacción en tromba de todas las asociaciones de jueces que critican el ataque que se había producido a la independencia judicial. A los pocos días la juez decidía levantar el secreto del caso que había permanecido con este veto durante más de seis meses.

Era un mes no demasiado movido en cuanto a actuaciones. Aunque se conocían algunas cifras y datos muy importantes. Sobre todo a raíz de que la magistrada levantara el secreto. Así se supo, por ejemplo, que la madre de Juan Lanzas aseguró a los agentes de la Guardia Civil cuando llegaron a hacer un registro, que su hijo «tenía dinero para asar una vaca» . Pero también que la Guardia Civil había cuantificado que el dinero que recibieron los sindicatos procedentes de las mediadoras ascendía a 7,6 millones de euros .

La juez comienza el mes dando «un salto cualitativo» como ella misma asegura. En un extenso auto, que luego sería recurrido, la juez imputa a la exconsejera de Hacienda, Magdalena Alvarez, de prevaricación y otros veinte altos cargos y ex altos cargos de la Junta de Andalucía por el sistema de ayudas que, a su juicio, provocó el «dispendio continuado de fondos públicos». El auto caía en la Junta de Andalucía como un jarro de agua fría con una Susana Díaz inmersa en pleno proceso de preparación de unas primarias que finalmente no llegaron a celebrarse. El mes terminaba con la declaración del que fuera interventor de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez, también imputado.

Con la juez ya de vacaciones se hacía público un nuevo auto que había dictado poco ante de marcharse, en el que imputaba a veintitrés personas más que se sumaban a la larga lista que ya hay en el juzgado de instrucción número seis de Sevilla. Entre ellas, dos hijos del empresario jerezano José María Ruiz Mateos, Javier y Pablo , por su supuesta relación con el conseguidor Juan Lanzas y por el ERE del Hotel Cervantes de Málaga.

En plena ceremonia de toma de posesión de los nuevos consejeros de Susana Díaz saltaba la noticia de que la juez había preimputado a los expresidentes José Antonio Griñán y Manuel Chaves , además de los exconsejeros de la Junta de Andalucía, Carmen Martínez Aguayo, Antonio Ávila, Manuel Recio, José Antonio Viera y Francisco Vallejo. Pocos días después, la juez abría nuevas diligencias, que declaraba secretas, en relación con los pagos a sindicatos para las ayudas a la formación. La noticia tenía un fuerte impacto en el seno de la propia Junta de Andalucía.

El momento más esperado se producía a primeros de octubre cuando la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones y exconsejera de Hacienda, Magdalena Alvarez, se veía las caras con la juez . La declaración transcurrió en buen tono pese al fuerte carácter de ambas. Alvarez tendría que volver al mismo sitio un mes después cuando Mercedes Alaya la citó de nuevo tras corregir y motivar el auto de imputación a instancias de la Audiencia Provincial de Sevilla.

Volvía a repetirse, por segunda vez, la foto de Magdalena Alvarez en el juzgado y prestando declaración ante Alaya. La instructora hablaba nuevamente en la motivación de esa imputación de que habían permitido el «dispendio continuado de fondos públicos» . La magistrada continuaba tomando declaraciones y poniendo fianzas millonarias.

El último mes del está siendo uno de los más agitados en el órgano que preside Alaya, que parece reactivarse cuando se acercan las fechas festivas. Uno de los puntos álgidos se producía cuando la Audiencia Nacional decidía remitirle las denuncias presentadas por Manos Limpias sobre el desvío de fondos públicos en UGT. Pero, sin duda, la noticia estaba en la Audiencia Provincial de Sevilla, que resolvía los recursos de la Fiscalía Anticorrupción ordenando a la juez que motive de forma más detalladalos delitos de los expresidente de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, así como de los exconsejeros Carmen Martínez Aguayo, AntonioAvila, Manuel Recio, José Antonio Viera y Francisco Vallejo. Sin embargo, Alaya no se arredró. En sólo cinco días redactó un nuevo auto motivando y razonando ampliamente las razones para señalar a todos ellos. El mismo día se producía otra noticia de gran impacto: los registros en la sede de UGT y varias empresas en busca de documentación. Y al año 2013 le quedan nueve días aún.