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Susana Díaz acapara todo el poder en el PSOE-A
Aparta a Mario Jiménez y no tendrá número dos a partir del congreso del próximo fin de semana

La presidenta de la Junta y, a partir del próximo fin de semana, secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, va desvelando con cuenta gotas algunas de la claves del «nuevo tiempo» que pretende imprimirle al partido tras el congreso extraordinario de Granada. La más importante hasta la fecha es que, a diferencia del actual secretario general y expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, Díaz no va a tener un «número dos», esto es, un vicesecretario general, un movimiento que tiene un claro objetivo: que no se visualice más liderazgo que el suyo.
Así, Díaz suprimirá en la Ejecutiva la vicesecretaría general que ha ocupado hasta ahora el onubense Mario Jiménez, los ojos y las manos de Griñán en el PSOE-A desde el último congreso regional, celebrado el 2012 en Almería. De esta forma, la futura secretaria general aparta a Jiménez del partido y volverá a ser portavoz socialista en el Parlamento andaluz, dejando atrás sus funciones de definición del discurso político y la coordinación del partido. Ambas las asumirá Díaz, quien, como señala un dirigente, tendrá, como ha sido habitual en su trayectoria política, «el poder absoluto» en el partido y que «no compartirá». Para ello, añade, configurará una ejecutiva regional «gris» y «sin figuras que puedan hacerle sombra».
Para ello, apuntan todas las fuentes consultadas, mantendrá un secretario de Organización sin proyección exterior, que podría ser el actual Juan Cornejo o un dirigente con un perfil similar. También contribuirá a apuntalar el único liderazgo de Díaz, señala otra fuente, la renuncia a colocar un portavoz que comparezca, como ha sido norma, todos los lunes en la sede regional. En lugar de esto, el «nuevo tiempo» de Díaz se caracterizará por tener varios portavoces.
La vuelta de Jiménez a la portavocía socialista del Parlamento supone la salida del cargo de Francisco Álvarez de la Chica. Este último volverá a ser senador, condición a la que había renunciado hacía dos meses, junto a otros dos miembros de la Cámara Alta, para dar entrada a Griñán, la exconsejera Mar Moreno y el propio Jiménez. La salida del onubense y el regreso de Álvarez de la Chica al Senado la calificó un histórico dirigente de «impresentable», por cuanto denota un claro uso partidista de las instituciones. Esta vuelta atrás podría explicarse por la imposibilidad de Jiménez de acceder a un puesto en la actual Ejecutiva federal, tal como pretendía Griñán. Fuentes consultadas, niegan que esa sea una operación frustrada y la achacan a un «cambio de estrategia» del dirigente socialista, por motivos de partido y personales. Como portavoz es, además, miembro nato de la Ejecutiva regional.
Todas las fuentes consultadas justifican la decisión de prescindir de Jiménez en que ese puesto es de la total confianza del líder y que Díaz quiere tener manos libres para configurar su equipo. También niegan cualquier tipo de enfrentamiento entre ambos.
En el entorno del todavía vicesecretario general se ha acogido con resignación su vuelta al Parlamento. Las fuentes consultadas resaltan que la Cámara Alta y la andaluza comparten calendario de sesiones y eso hacía «incompatible» que Jiménez siguiera de senador. Sobre su salida de la vicesecretaría, estas fuentes señalan que era «número dos»por deseo de Griñán que quiso dejar claro tanto el poder de Jiménez en el PSOE-A, como el de ella en la consejería de Presidencia. Esa etapa finalizó y «el tándem horizontal» que formaban acabó con ella. Ahora, Díaz llevará personalmente Gobierno y partido, y ha querido dejar claro que Jiménez está a sus órdenes.
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