Los diez hechos más insólitos del caso de los ERE irregulares de la Junta de Andalucía

«Consumíamos cocaína a diario con dinero de la Junta»

«Cuando Guerrero finalizaba su jornada a mediodía tenía la costumbre de ir de copas y le acompañaba. Consumíamos cocaína a diario, que era pagada con el dinero de la subvención». Son palabras pronunciadas por Juan Francisco Trujillo, chófer del que fuera alto cargo andaluz Francisco Javier Guerrero durante un interrogatorio de la Policía que más tarde ratificó en sede judicial. Su sinceridad no quedó ahí. También confesó que le entregó «en mano a Guerrero entre 40.000 y 60.000 euros diarios» y que éste alardeó en un local de copas de que podía dar subvenciones «indiscriminadamente y sin necesidad de justificar nada».

Trujillo llegó a especificar que compró a su jefe un piano antiguo, cuadros, relojes de bolsillo, algo de ropa, música y tecnología. A veces lo hacía a petición expresa de Guerero. Otras, sin embargo, lo hacía porque su jefe realizaba «comentarios de que le había gustado tal o cual cosa como dando a entender que quería que se la comprara». Gregorio Martínez, el camello del ex director general de Trabajo y Seguridad Social Javier Guerrero, confirmó a la Guardia Civil que compró cocaína en el barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas mientras le esperaba el chófer del alto cargo con el coche oficial.

El que fuera su amigo y jefe lo negó todo más tarde.

«En esta casa hay dinero como para asar una vaca»

A finales de marzo de 2013 una operación especial de la Guardia Civil permitió recuperar hasta 82.000 euros en billetes de 500 euros escondidos en la caja de una antigua máquina de escribir oculta en el dormitorio de Juan Lanzas. Era uno de los pasos fundamentales para llevar al exsindicalista a prisión. El siguiente pasaba por acudir al domicilio de sus padres en busca de más dinero salido irregularmente de las ayudas para prejubilados de la consejería de Empleo.

Pero los agentes de la Unidad Central Operativa de Delincuencia Económica de la Guardia Civil se dieron de bruces con las sonrisas burlonas de los progenitores de uno de los considerados cerebros de la trama corrupta de la Junta. El padre de Lanzas, Ángel, preguntó a los agentes sobre lo que estaban buscando y les espetó: «Aquí sí hay dinero, pero ese no lo vais a encontrar». «¿Para qué queréis saberlo?... Si te lo digo os lo lleváis». En tono desafiante llegó a asegurar: «Aquí ha entrado mucho dinero… dinero que no podía contar».

Por su parte, la madre de Lanzas se jactó de que su «Juan le metía dinero en su cuenta todas las semanas, en cantidades de entre 20.000 y 25.000 euros a la semana» y llegó a afirmar que «su hijo tenía dinero para asar una vaca» y «una cámara llena de jamones de pata negra».

Casi 7.000 euros por un documento copiado de internet

El que fuera chófer para altos cargos de la Junta, Juan Francisco Trujillo, saltó a la luz pública por reconocer que durante tres años gastó unos 25.000 euros al mes en adquirir cocaína para él y su jefe, el exdirector general de Trabajo de la Junta Francisco Javier Guerrero. Pero además de este inmoral y escandoloso uso de las ayudas destinadas a prejubilaciones Trujillo admitió ante la juez Alaya otro hecho sorprendente: llegó a cobrar hasta 6.960 euros del fondo de los ERE por un informe que se bajó y plagió directamente de Internet.

La simulación consistió en copiar un informe económico sobre la extinta factoría Delphi, la multinacional fabricante de componentes de automoción que se benefició de ayudas de la Junta, que encontró navegando por la Red. Así al menos se lo aseguró el propio Trujillo a la juez de instrucción número seis de Sevilla, Mercedes Alaya.

Juan Lanzas veraneaba gratis en un hotel que reformó la Junta

La Junta de Andalucía no solo costeó las prejubilaciones de 56 trabajadores del hotel Cervantes con ayudas del fondo de los ERE, sino que además financió la compra por parte de Nueva Rumasa del inmueble de Torremolinos que albergó el negocio. Pero, además, el ente autonómico subvencionó una reforma integral del negocio de cuatro estrellas que gestionaban hijos del empresario José María Ruiz-Mateos.

El propio abogado de la familia durante 28 años, Joaquín Yvancos, declaró a los agentes de la Guardia Civil que investiga el fraude de los ERE subvencionados por la Junta que las millonarias subvenciones a la sociedad que gestionaba el hotel, Europa Center SA habían sido aportados únicamente por IDEA.

De este modo, la agencia andaluza que actuaba como la «caja pagadora» de los ERE irregulares fue la que corrió con los numerosos gastos de las obras en el hotel Cervantes que «entre finales de 2006 y finales de 2008» permitieron la remodelación íntegra del hotel. Y es la empresa «no ha soltado un duro», según afirmó el letrado, del arreglo de las 397 habitaciones, el bar, el restaurante, el garaje, la entrada y recepción y las dos piscinas (una exterior y climatizada) o el ático convertido en gimnasio.

Todo ello le valió al exsindicalista Juan Lanzas unas vacaciones como invitado de lujo en el hotel que la Junta ayudó a rehabilitar con el desvío ilegal de ayudas.

Los exóticos viajes por el mundo de Lanzas y Guerrero

Las vacaciones de Juan Lanzas no se limitaban a sus veraneos en Torremolinos. El exsindicalista mantenía un alto tren de vida que incluía escapadas románticas junto a su esposa a enclaves tan exóticos como los templos de Luxor y las pirámides de Giza, en Egipto, o la lejana magia de las grandes metrópolis de China.

Pero la pareja no iba sola. En su crucero por el Nilo y sus pernoctaciones en las suites de un hotel de cinco estrellas de Shangai los Lanzas Sierra estuvieron acompañados por el matrimonio Guerrero Otero, formado por el exdirector general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero y su esposa.

El coste de ambos viajes, que ascendió a 10.779,66 euros, corrió a cargo de las esquilmadas arcas de la Junta, en concreto, de la partida 31L de los ERE, bautizada por el propio Guerrero como «fondo de reptiles».

La refinada decoración de las casa de un mediador de los ERE

El sumario del caso de los ERE que instruye la juez Mercedes Alaya ha dejado revelaciones realmente sorprendentes. Una de ellas es que José González Mata, dueño de la mediadora Uniter que realizaba pagos de las prejubilaciones, invirtió grandes sumas de dinero en decorar sus casas.

Según la declaración de un anticuario, González Mata le encargó la lujosa decoración de su chalet de Vista Hermosa, una urbanización del Puerto de Santa María por valor de 415.000 euros. Además, el empresario pagó facturas por valor de 340.000 euros por las reformas de un piso en la calle Santo Domingo de Jerez de la Frontera. Estos 755.00 euros se invirtieron en antigüedades que mezclaban los estilos chino, francés, italiano o incluso inglés. Aunque lo que de verdad apasiona a González Mata son los muebles napoleónicos. Como la biblioteca Luis XIV de madera de palo santo de la época de Napoleón II que decoraba uno de sus salones. Eso sin mencionar los numerosos y caros grabados que se repartían por las habitaciones de sus casas, incluso en el cuarto de sus hijas.

Un refinado gusto por la decoración el de un empresario sin propiedades a su nombre, sino al de sus empresas, que llegó a acusar a la juez Alaya de dejarlo en la indigencia.

Las «criaturas» de Guerrero: el churrero y el taquillero del pueblo

La geografía del caso de los ERE tiene varios puntos calientes. El tranquilo municipio de El Pedroso, en la Sierra Norte de Sevilla, se sitúa como uno de los lugares de origen de la trama. Con apenas 2.200 habitantes, el pueblo es la patria chica del ex director general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, de la que fue alcalde bajo las siglas del PSOE entre 1995 y 1999.

Años más tarde, ya como alto cargo andaluz, Guerrero se acordó de sus votantes y amigos colocándolos como «intrusos» en los ERE que la consejería de Empleo hurdió de manera irregular. Entre las beneficiaros a los que el exdirector «colocó» en empresas de manera ficticia hay casos tan sorprendentes como el churrero del pueblo, el taquillero de la piscina municipal, un vecino pensionista y «un amigo de verse en el bar y tomarse unas cervecitas» que, gracias al dinero, terminó de pagar una hipoteca que pesaba sobre su piso, y que además le ayudo a reformar su casa de El Pedroso. Muestra de que Guerrero, además de un gran aficionado al gintonic, es una persona cercana que no olvida sus orígenes.

Entregas de sobres con dinero junto al Parlamento y varias sedes de la Junta

Las más nobles sedes de la Junta de Andalucía o el emblemático edificio que acoge el Parlamento andaluz fueron testigos directos de las entregas de sobres con dinero procedente de los ERE fraudulentos que hacían los testaferros de la trama. Y es que, creyéndose impunes a la Ley, los lugares escogidos para hacer las entregas eran siempre próximos a algún edificio oficial.

Los bares, las cafeterías, los hoteles e incluso un pub inglés anexos a inmuebles de delegaciones provinciales, consejerías o Mercasevilla eran los lugares en que Juan Francisco Algarín y otros testaferros entregaban el dinero. Quienes los recibían no han llegado a trascender. Algarín no especificó sus nombres en su declaración judicial. Sin embargo, más tarde aseguró en una entrevista a ABC de Sevilla que «ví a políticos como Zarrías o Viera»

Casi medio millón de euros para una granja de pollos fantasma

El Gobierno andaluz entregó una subvención de 450.000 euros a Juan Francisco Trujillo, antiguo chófer del ex director general de Trabajo de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero, sin esperar a que la empresa beneficiaria de la ayuda se hubiese constituido.

En concreto, la entidad debía poner en funcionamiento en una pedanía de la localidad natal de Trujillo, Andújar, «una granja de cría y engorde avícola, para una capacidad de 150.000 aves por pollada» gracias a una ayuda nominal a Isidoro Ruiz Espigares, futuro socio del chófer en la empresa fantasma que firmaron el propio jefe de Trujillo, Francisco Javier Guerrero, y el director general del Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), Francisco Mencía Morales.

No fueron las únicas ayudas fraudulentas que llegaron a manos del conocido como «chófer de la coca». Este recibió confesó a la Policía que recibió otros 900.000 euros que nunca fueron a parar a sus empresas —Iniciativas Turísticas Sierra Morena S. L. y Lógica Estratégica Empresarial S.L.—, sino que se emplearon, entre otras cosas, en pagar copas, cocaína y fiestas.

Los testaferros de los ERE: Un alcohólico, un cocainómano, un «camello» e incluso un indigente magrebí

Varias y muy diversas fueron las personas «usadas» por la trama para hacer las entregas de dineros. El exsindicalista Juan Lanzas usó como tapaderas para abrir cuentas en las que ingresar el dinero de las comisiones fraudulentas o para emitir facturas falsas a personajes tan conocidos como su chófer, Juan Francisco Trujillo, o el testaferro, Juan Francisco Algarín, ambos con serias adicciones. Ambos están imputados por Mercedes Alaya y han estado en prisión. Pero tienen otras cosas en común: además de ser de Jaén, sufren importantes adicciones. El primero, al alcohol y el segundo, a la cocaína. Mientras que el primero estaba en un centro de rehabilitación y comía en comedores sociales, el segundo admitió que él y Guerrero se gastaban el dinero público en cocaína, fiestas y copas.

Pero hay otros perfiles oscuros en la trama, como el de Gregorio Martínez, que controlaba la empresa «Promociones Vinícolas» y es supuesto proveedor de la droga que el chófer y Guerrero consumían.

No es todo. Hay otro caso curioso. El de Moutaz Al Mokhtar Kasem, un indigente de origen árabe que figuraba como administrador en el entramado societario montado por el grupo Vitalia, mediador de la mayoría de los ERE fraudulento. Este indigente incluso «llegó a personarse en las oficinas de Vitalia en Barcelona» para reclamar «sus 1.000 euros y que no firma hasta que se los den», según afirmaron fuentes de la UCO de la Guardia Civil