caso ere
Carlos Leal: libre con nocturnidad pero sin alevosía
La juez fue magnánima con el abogado de los ERE, al que, pese a imputarle siete delitos, impuso una fianza a su alcance que le permitió quedar libre
Carlos Leal: libre con nocturnidad pero sin alevosía
La última declaración ante la juez que instruye el caso de los ERE, la del abogado Carlos Leal, no acabó como las anteriores, con un furgón camino de la cárcel. En este caso el letrado, cuyo despacho de abogados era, según la juez «un centro ... de lavado» de las ganancias obtenidas por el conseguidor de los ERE, se fue a su casa después de pagar una fianza de 150.000 euros.
Y es que, pese a que la mayoría de los abogados personados vaticinaban lo peor, Alaya cambió el esquema y permitió que el letrado, que tiene a su espaldas la imputación de siete graves delitos, saliera libre. Claro que ello se produjo después de que éste se defendiera con un ataque al exconsejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, al que acusó de haber mediado en algunos pagos. O que destapara la existencia de comidas en la mismísima Casa Rosa (antigua sede de la Presidencia de la Junta) con varios comensales aforados o ex miembros del Ejecutivo andaluz: el mismísimo Zarrías, el exconsejero de Industria, Francisco Vallejo, o el ex de Agricultura, Martín Soler. Todos sentados a la mesa con empresarios de dudosa reputación como los Ruiz Mateos o el conseguidor Juan Lanzas.
Tras esas jugosas revelaciones y pese a que la juez llegó a acusar a Leal de estar «mintiéndole descaradamente», Alaya fue más magnanima de lo que había sido con otros. Le trató de forma exquisita y le rebajó la fianza que había pedido la Fiscalía Anticorrupción. Si el Ministerio Público pedía para Leal (que llegó a tener en nómina al conseguidor Juan Lanzas pagándole 22.000 euros al año) 225.000 euros, la juez se la dejó en 150.000. Una cantidad que el círculo de familiares y amigos del abogado tenía preparada.
De hecho, un hermano (que también fue detenido en la Operación Heracles) se presentó en los juzgados horas antes incluso de que se conociera la cantidad que pedía la Fiscalía con un maletín de dinero. Y el montante estuvo listo pocos minutos después de que Alaya dictase el auto con lo que Leal, pese a tener sus cuentas embargadas, pudo pagar los 150.000 euros y volver a casa de madrugada.
Por lo demás, Alaya repitió el horario al que últimamente parece haberse acostumbrado. Comenzó el jueves con dos horas de retraso y luego se prolongó hasta las nueve de la noche. Y el viernes se extendió hasta la madrugada. Por la mañana comenzó con hora y media de retraso y por la tarde igual. Y acabó de madrugada. Con nocturnidad pero, esta vez, sin alevosía.
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