Alivio en Vox tras disipar las dudas con la moción de censura: «Hemos superado las expectativas»

El catedrático de Estructura Económica, a sus 89 años, sufrió en el primer día del debate, con largas intervenciones de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, pero se ganó la complicidad de buena parte de sus señorías al protestar contra el «tocho» soltado por el presidente del Gobierno. Este miércoles, sin embargo, sorprendió con una réplica ácida al jefe del Ejecutivo, al que abroncó por fomentar la división del país, y con una regañina profesoral a unos cuantos de los portavoces parlamentarios.

Sorprendió que encontrase cuestiones «interesantes» en el discurso de la CUP, partido antisistema además de independentista, pero más allá de eso, quizás un lapsus por el elevado número de intervinientes, no hubo grandes notas discordantes. Quedaron claras algunas discrepancias con Vox, como su posición frente al cambio climático, pero destacaron mucho más las concordancias que llevaron a Santiago Abascal a proponerle que encabezase esta iniciativa para intentar derrocar a Sánchez.

Noticia Relacionada

Tamames pone a la venta el discurso que pronunció en el Congreso como candidato de la moción de censura

EP

Se trata de una edición en formato electrónico y que ofrece la versión «última y completa» de lo pronunciado en el debate

El objetivo de Vox era investir a Tamames para que este disolviese las Cortes y convocase elecciones anticipadas, haciéndolas coincidir con las autonómicas y municipales del 28 de mayo. El candidato necesitaba mayoría absoluta en el Congreso (176 votos), pero se quedó en tan solo 53 síes: los de Vox y el de Pablo Cambronero, diputado que militaba en Ciudadanos (CS) y ahora está en el Grupo Mixto.

Aun así, este miércoles cundía en Vox una cierta sensación de victoria. Tras semanas en las que Tamames se ha paseado por los medios aireando sus sonadas diferencias con la formación derechista, el candidato salió en su defensa en la última jornada del debate para reclamar que se deje de llamar «fascista» a la disciplina de Abascal y se empleen calificativos como «neoconservadora» o «elitista».

Fuentes de Vox admiten en privado que en las últimas fechas la moción de censura había generado dudas entre su electorado, que no entre sus dirigentes, pero creen que quedaron disipadas durante el desarrollo del debate. «Se ha visto a un señor educado, preparado, frente a un gobierno que solo recurre al insulto», apuntaba un diputado.

El ánimo en el partido reflota tras momentos de incertidumbre, e incluso fuentes de la formación garantizan que en la última quincena, al contrario de lo que podía parecer, han aumentado las afiliaciones. De una media de treinta semanales, sostienen, se ha pasado a 150; el quíntuple. Fuentes de la dirección consideran también que el partido saldrá reforzado de cara al 28-M, en el que confían para captar a un electorado poco movilizado e indeciso.

Vox aspira este mayo a crecer exponencialmente en la mayoría de comunidades autónomas y municipios, habida cuenta de que en 2019, en los últimos comicios regionales y locales, el partido carecía de la implantación nacional de la que goza hoy y CS todavía mantenía el tirón del 28 de abril de aquel año, cuando consiguió su mejor resultado histórico.

Entre algunos de los militantes y simpatizantes de Vox, según admiten ahora fuentes del partido, no terminó de entenderse la decisión de designar como candidato a la moción a un histórico dirigente del Partido Comunista de España (PCE); formación en las antípodas ideológicas de Abascal. La dirección apostó por él precisamente con la convicción de que alguien procedente de la izquierda encarnaría todavía mejor ese carácter de independiente con el que se quería enfatizar en la oposición transversal que genera el sanchismo.

El desarrollo del debate, según observan en Vox, les ha permitido demostrar que es compatible promocionar a alguien con quien se discrepa en algunos aspectos, pero con quien se compartía, en este caso, la meta común de desalojar a Sánchez. La escena que se vivió este miércoles al término del debate, de hecho, es fiel reflejo de los ánimos en la formación. Los 52 diputados ovacionaron a Tamames y se hicieron una foto de familia con él alrededor de la tribuna de oradores, desde la que compartieron vivas a España, al Rey, a la moción y a don Ramón.

A su salida, los parlamentarios derechistas se mostraban sonrientes. Estos dos días, afirman fuentes de Vox, les han permitido además difundir su mensaje y ganar foco mediático, con toda la información política centrada en el debate de la moción de censura durante veintiocho horas. Tanto Abascal como su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, expresaron su complacencia porque creen haber logrado su objetivo: volver a retratar a Sánchez junto a sus socios separatistas, que cerraron filas con él frente a la «ultraderecha».

«Hemos superado las expectativas con creces», comentaba otro diputado, satisfecho además con que la votación no fuese un 'todos contra Vox', como sucedió en la anterior moción de censura. Esta vez Cambronero, con pasado en Vox, les ha brindado su apoyo y en el partido no descartan un camino de vuelta: «Todo talento es bienvenido». Como es habitual, la formación derechista encontró un chivo expiatorio en la prensa para justificar las bajas perspectivas de su iniciativa, que no obstante considera más que cubiertas.

Aunque la próxima cita electoral está ya en el ambiente parlamentario, a solo dos meses del paso por las urnas que puede marcar un cambio de tendencia previo a las generales de final de año, Abascal garantizó que el movimiento de la moción de censura se hizo sin atender a «cálculos electorales» de ningún tipo. En el partido celebran la «concordia» que transmitió Tamames, pero sobre todo la coincidencia en aspectos decisivos para la formación, como la posición manifestada por el profesor en oposición a la Ley de Memoria Democrática, cuya derogación es uno de los ejes principales en el programa de Vox.