Los aliados de Sumar frenan la ambición territorial de Yolanda Díaz

Así que el acto de este mes no solo configurará el organigrama de poder en Sumar (órganos, líderes, planes...), también definirá las normas que regirán su relación con los partidos integrados en la coalición. Y en otoño continuarán con ello.

Las últimas semanas, de cara al 23, Sumar movilizó a sus inscritos con debates y encuentros en la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía y más lugares. Y simpatizantes cuyo grueso pertenece a partidos regionales que estuvieron al servicio de Díaz para lograr una alternativa al PSOE a nivel nacional.En el documento organizativo de Sumar se explica que crear direcciones en los territorios es un objetivo «básico» para garantizar la estabilidad del proyecto a largo plazo, esto es, que no sea solo una marca para las elecciones generales. Para ello, quieren desarrollar de forma temporal los grupos territoriales, que serán embriones de esas direcciones autonómicas, provinciales y municipales. Apuntan también que estos grupos estarán compuestos por un 70 por cierto de miembros de Sumar y un 30 por ciento de otros partidos autóctonos. Una propuesta que no están recibiendo con entusiasmo los principales socios territoriales de la vicepresidenta Díaz.

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Los intereses de Sumar chocan con los de sus aliados, que temen descubrirse en una contienda electoral con un partido nuevo y que encima ayudaron a crear. Celosos de sus parcela, desde diferentes direcciones apuntan al fracaso en Galicia. Los pésimos resultados de Sumar el 18F acentuaron una actitud de precaución. Catalunya en Comú, Más Madrid, Compromís, Chunta Aragonesista (CHA), Mès per Mallorca, Mès per Menorca, Proyecto Drago, Más País, Verdes Equo, Izquierda Asturiana e Iniciativa del Pueblo Andaluz son prácticamente todos los partidos de carácter regional que apoyaron a Sumar el 23J, pero que desconfían de que el proyecto pueda trasladarse a otros niveles sin perjudicarles.

La líder de Más Madrid, Manuela Bergerot, hizo público su malestar en redes sociales después de que Sumar convocase encuentros en municipios madrileños hace unos días. «Nuestro compromiso con Sumar para cambiar España es inequívoco. Pero está muy claro que en Madrid hay un único proyecto consolidado, en crecimiento y que funciona: se llama Más Madrid», escribió Bergerot, que sustituyó a Mónica García cuando fue nombrada ministra de Sanidad.

Sumar no quiere aclarar todavía qué formato desarrollará en la capital, mientras siguen en conversaciones con Más Madrid. El portavoz adjunto de este partido en la Asamblea de Madrid, Emilio Delgado, también lanzó una advertencia a Díaz: «Desde Más Madrid hemos contribuido a la formación de un gobierno progresista en España con más de medio millón de votos y nuestros mejores cuadros. Si alguien confunde la generosidad con la candidez se equivoca. Aquí hay una fuerza arraigada, sin tutelas y con futuro: Más Madrid». Luego, otro diputado de Más Madrid, Pablo Perpinyà, apuntó al fracaso de Sumar en las gallegas para argumentar que el proyecto no cristalizará en regiones. «Aún aceptando la tesis de las fuentes de Sumar, la capacidad de agregación de Más Madrid entre la población hastiada de los partidos es mayor. Sumar no deja de ser un actor desterritorializado. Básicamente lo que nos dicen los resultados de Galicia», atizó.

Se refiere Perpinyà a que desde Sumar trasladaron en las últimas semanas que su aparición servirá para movilizar votos no vinculados a ninguno de los partidos nativos. Pero en Galicia quedó claro que no fue así. Otras fuentes de Sumar quitan gravedad a estas declaraciones. La dirección de Más Madrid y Sumar ha mantenido conversaciones en los últimos días para ver cómo articular sinergias en la región, según pudo saber ABC. «Las relaciones son buenas», insisten.

No obstante, el rompecabezas sigue siendo cómo articular Sumar en los territorios donde sus aliados son la alternativa más fuerte al PSOE. Porque no lograr capilaridad a lo largo del territorio nacional supondría una debilidad de Sumar respecto al primer Podemos, que sí consiguió profundizar por el mapa, aunque la inestabilidad de sus liderazgos y de sus sucursales provocaron luego su caída en picado.

El viernes, Elizabeth Duval, destacada miembro del Grupo Promotor, aseguró que su partido tiene que evitar eso y «dotarse de un arraigo, de una estructura, de presencia en los territorios y de complicidad y buena relación con los partidos que forman Sumar». Hace ya días, el portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, planteó la posibilidad de que el despliegue territorial fuese asimétrico y se respetase a ciertas marcas sólidas.

Catalunya en Comú es el aliado que menos ha visibilizado sus discrepancias, si bien es cierto que tienen una posición privilegiada dentro de Sumar. Tienen un ministro, son la segunda familia más fuerte del grupo parlamentario, tienen una portavocía adjunta y peso en el Grupo Promotor. Alguno de los asesores más importantes de Díaz proviene de esa izquierda catalana. Todo apunta a que Sumar no construirá una estructura diferenciada en Cataluña porque los comunes estarán bien integrados en la dirección nacional.

El planteamiento que ha trascendido es un formato similar al del PSOE y PCE, dos partidos con autonomía, pero interconectados con estrategia y dirigentes comunes. «Catalunya en Comú somos un partido propio, formamos parte de Sumar y vamos a trabajar para que tenga los mejores resultados y transformar España, la herramienta para ello es Sumar, pero tenemos un partido que es Catalunya en Comú y va seguir siendo así», dijo hace un par de semanas la portavoz adjunta de Sumar en el Congreso y diputada de los comunes, Aina Vidal.

En cambio, desde Compromís llevan tiempo siendo críticos. De hecho, fueron los primeros que dijeron que no participarían en la primera asamblea de Sumar. Muy particulares a la hora de negociar -fuentes de Sumar dicen que para el 23J una de las negociaciones más duras fue con ellos-, consideran que el partido de Díaz no debería desplegarse en la Comunidad Valenciana. Insisten además en que su relación con Sumar es bilateral y limitada a lo electoral.

Joan Baldoví, exportavoz de Compromís en el Congreso, ahora dirigente en su comunidad, avisó ya en diciembre de que no contemplan que Sumar se implante en su territorio como un partido diferenciado del suyo porque, aseguró, en el acuerdo electoral que firmaron se dejó claro que «el sujeto político en la Comunidad Valenciana era Compromís».

Baldoví instó a Sumar a cumplir el acuerdo. Preguntado entonces por si son partidarios de que Sumar se integre en la coalición de Compromís, es decir, que desarrolle estructura pero para aportar más recursos a la marca valenciana, Baldoví fue escéptico: «Dios proveerá».

El entorno de Yolanda Díaz también sigue sin aclarar qué planes tiene para Sumar en la Comunidad de Valencia a 20 días del congreso fundacional. En el Grupo Promotor de Sumar, dirección provisional que trabaja en esa asamblea del 23 de marzo, están integrados miembros de otros partidos como Catalunya En Comú o Más Madrid. Sin embargo, organizaciones como Compromís, CHA y Mès renunciaron a formar parte de estos órganos y trasladaron a Sumar que prefieren limitar su vínculo a una relación electoral de carácter bilateral. Durante las negociaciones para las elecciones generales del 23J, Chunta Aragonesista ya exigió tener el cabeza de lista de Zaragoza en la candidatura de Sumar y se reivindicó como partido hegemónico del espacio en la región. Se prevé que el proceso de echar raíces de Sumar en Aragón volverá a levantar ampollas. En Baleares, igual.