Aldama y Lobato frustran el cónclave que iba a consolidar a Cerdán

Pedro Sánchez decidió no apurar el plazo de cuatro años, pues el 40 Congreso tuvo lugar en 2021 en Valencia. La subsiguiente renovación de los liderazgos territoriales -que como máximo se tienen que acometer 90 días después, según los estatutos- sí podría provocar alguna cuita de importancia. Algo que aún podrá ocurrir en lugares como Aragón (el expresidente autonómico, Javier Lambán, ni siquiera hará acto de presencia, a punto de abandonar su carrera política y con un delicado estado de salud que, si bien le ha mermado visiblemente, no le ha impedido mantenerse como la principal voz discordante del partido, con permiso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page) o en Castilla y León, donde Luis Tudanca, alguien nada sospechoso de antisanchista, ya ha anunciado batalla.

Pero, a nivel nacional o federal por utilizar la terminología orgánica, todo se antojaba tranquilo. La cúpula que acompaña a Sánchez desde 2022, cuando Adriana Lastra, hoy delegada del Gobierno en Asturias, salió de la misma e hizo un paréntesis en su carrera política, y fue sustituida por la vicepresidenta María Jesús Montero, la mujer con mayor poder orgánico e institucional de la historia de España, se iba a consolidar sin problema. Y al frente de la misma el número 3 de la Ejecutiva Federal, Santos Cerdán, que sucedió a un tal José Luis Ábalos al frente de la secretaría de Organización y que, tras haber laminado a su íntima enemiga Lastra y a todo lo que pudiera recordar a ella, se haría con el control absoluto.

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Pero varios informes de la UCO sobre el caso Koldo después, imputado Ábalos por el Tribunal Supremo (TS), dando el comisionista Víctor de Aldama el cante por soleares, valga el símil en tierra tan flamenca como la andaluza y, 'last but not least', dimitido Juan Lobato como líder en Madrid tras desvelar ABC que acudió al notario para curarse en salud ante las maniobras de Moncloa contra Isabel Díaz Ayuso, no parece que las aspiraciones de Cerdán vayan a cumplirse al 100%. Seguirá en el cargo, salvo sorpresa mayúscula, cuando el domingo se designe a la nueva Ejecutiva, según la opinión casi unánime de los dirigentes consultados por este diario, pero puede que su estrella política, un año después de aparecer como el urdidor del acuerdo con Carles Puigdemont que abrió la llave de otra investidura para Sánchez, haya comenzado a declinar. «Santos sale vivo de ésta, pero en cuanto Ábalos se siente delante de un juez puede salir seriamente tocado y ya le está mandado avisos», advierte un veterano dirigente retirado de la política, pero que ha conocido bien el partido en la era de Sánchez. No es el único que señala la vieja relación de Cerdán con su antecesor, del que además fue número 2. Baste recordar que Koldo García, como es público y notorio, fue recomendado a Ábalos por Cerdán, que lo conocía de los tiempos de Navarra. Cerdán ha negado incluso haber coincidido nunca con Aldama, algo que ni Sánchez ni su esposa, Begoña Gómez, sin ir más lejos, pueden decir. Y ha firmado junto al presidente y varios cargos también señalados la querella del partido contra el comisionista, que entre otras cosas asegura que le entregó una mordida de 15.000 euros en un sobre en un bar enfrente de Ferraz. Una acusación que los próximos a Cerdán ridiculizan pero que otros ven plausible.

La guerra fratricida entre las familias del sanchismo viene de lejos y ha dejado mucha huella. «Estas luchas nunca se cierran», advertía hace unos años a este periódico un importante socialista, que se ha sentado en el Consejo de Ministros, cuando parecía que Adriana Lastra y los suyos entregaban la partida. Un vaticinio que se hace ahora más patente.

A pocos pasó inadvertido que esta semana previa al Congreso Federal, el propio Sánchez hizo una alusión a la lucha por acabar con la prostitución en su discurso en el Congreso de la UGT celebrado en Barcelona, donde una apelación fuera del ámbito económico o laboral sonaba en principio bastante extemporánea. El abolicionismo es una de las grandes banderas del sector de Lastra, en el que también destacó la exvicepresidenta Carmen Calvo, y que se siente ahora en parte reivindicado y en alguna manera reconfortado al escuchar palabras como las de Sánchez en la Ciudad Condal.

Pero si todo lo anterior fuese poco o irrelevante, el terremoto provocado la semana previa al cónclave por la exclusiva de ABC, que de momento ha provocado la dimisión de Lobato, ha terminado por arrumbar la posibilidad de que el cónclave que arranca hoy, y que tiene por lema 'España adelanta por la izquierda', lo haga en condiciones de normalidad.

A la una de la tarde Cerdán, María Jesús Montero y el anfitrión, el líder de los socialistas de Andalucía, Juan Espadas, atenderán brevemente a la prensa, ante la que es difícil eludir estos días los asuntos de la candente actualidad que señalan al Gobierno y, como no podía ser de otra manera, al principal partido que lo sustenta. Por la tarde de esta primera jornada se celebrará una mesa redonda sobre vivienda con la ministra del ramo, Isabel Rodríguez, el consejero de la materia en el País Vasco, Denis Itxaso, la alcaldesa de Getafe (Madrid), Sara Hernández, el líder del partido en Cantabria, Pablo Zuloaga, y el responsable de las Juventudes Socialistas de España, Víctor Camino. Después la ministra de Igualdad, Ana Redondo, entregará un premio al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, el revulsivo para levantar el ánimo de la militancia en los últimos tiempos.