Albares, con el canciller de Maduro el día que la ONU le acusa de violar derechos humanos

Albares permanece en Nueva York desde el comienzo de la semana, al igual que ha hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pesar de que su discurso ante el pleno de la ONU no se producirá hasta hoy jueves.

Era la primera ocasión en la que Albares se encontraba con Faría, que fue nombrado para el cargo por Maduro el pasado mayo, después de haber desempeñado el cargo de embajador en Rusia, una decisión que ponía de manifiesto la voluntad del dictador venezolano de intensificar sus relaciones con Vladimir Putin en medio de la guerra en Ucrania.

La reunión entre Albares y Faría ha causado indignación en el Gobierno de Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela, y al que los países occidentales –también España– reconocen como legítimo. No solo porque el equipo de Guaidó no tuvo conocimiento ni aviso sobre la reunión. También porque se producía en el mismo día en el que se publicaba el informe de la ONU, con conclusiones devastadoras para el régimen de Maduro.

«La situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela sigue siendo grave», dice el informe en sus conclusiones, en las que alerta de una «espiral de crisis humanitaria, social, económica y de derechos humanos». La misión que ha investigado estas violaciones denuncia que «varias personas que ocuparon y ocupan cargos en las jerarquías de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) cometieron violaciones de derechos humanos y delitos constitutivos de crímenes de lesa humanidad, incluyendo actos de tortura de extrema gravedad».

El informe también asegura que esas violaciones se extienden a zonas remotas del país, «en un contexto marcado por la criminalidad generalizada, la impunidad y la falta de gobernabilidad». En una conclusión muy grave para Maduro, se establece que la represión a opositores del Gobierno forma parte «de un plan diseñado por autoridades de alto nivel».

Nada de esto, sin embargo, fue discutido por Albares con Farías. El propio ministro de Exteriores español reconoció en un mensaje compartido en redes sociales que la reunión trató «en especial, las cuestiones energéticas de interés mutuo».

Esas discusiones tienen lugar en un contexto de crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y la amenaza de Putin de cortar el suministro de gas a Europa. La petrolera española Repsol tiene presencia en Venezuela y se ha visto beneficiada por el levantamiento parcial de sanciones al régimen de Maduro por parte del Gobierno de Joe Biden, y el líder chavista ha abierto la posibilidad de exportar gas y petróleo venezolano al continente europeo.

«Es vergonzoso que, el mismo día en el que sale el informe de la ONU, el Gobierno de España se esté reuniendo con un representante de la dictadura para hablar solo de petróleo», aseguró ayer a ABC Caros Vecchio, embajador del Gobierno de Guaidó en Washington. «España tiene que decidir de qué lado quiere estar, si del lado del Estado de Derecho y de los derechos humanos y la democracia, o del de los que cometen violaciones de lesa humanidad. El Gobierno de Sánchez queda muy mal al tratar de ponerse del lado de la dictadura».

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores defendieron ante este periódico que en la reunión de Albares y Faría no se habló del informe porque su publicación fue «casi simultánea» al encuentro y que la cuestión de los derechos humanos «no es un estorbo» en las relaciones del Gobierno con el régimen de Maduro. La posición es que era la primera oportunidad para hacer un contacto con Farías y que el encuentro «se enmarca con el compromiso de ver a todas las partes y a todos los actores», como han hecho también con opositores como Leopoldo López.

Estas explicaciones no convencieron al Gobierno de Guaidó. «Las violaciones suceden desde hace mucho, este es el tercer informe, España no tiene que esperar a su publicación para saber que suceden», respondió Vecchio. El embajador criticó a su vez que Albares se reuniera con el representante del gran defensor de Putin en Hispanoamérica, en un momento en el que la comunidad internacional planta cara a la agresión rusa en Ucrania.

Ninguno de los grandes socios occidentales de España mantuvieron hasta ayer una reunión similar con Faría. El canciller venezolano tuvo encuentros, además de Albares, con sus homólogos de China, Perú, Baréin, Timor Oriental, Rusia, Libia, Zimbabue y Argelia.