Albares acudirá al Senado tras meses de ignorar las peticiones de la oposición
El ministro de Exteriores explicará el 29 de abril las «prioridades» de la política española y su plan estratégico
El PP solicitó el 4 de febrero su comparecencia para que aclarese la polémica por el cese de diplomáticos
Albares recibe a Bourita para reafirmar el apoyo de España al plan de autonomía marroquí para el Sáhara
Albares, en el Senado durante una sesión de control
El ministro José Manuel Albares acudirá, por fin, a la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado después de meses de ausencia. Lo hará el martes 29 de abril, a mediodía y a petición propia, después de desdeñar las reclamaciones de otras formaciones –sobre todo del ... PP– que le exigían acudir a la Cámara Alta a dar explicaciones por la situación en el ministerio desde hace más de dos meses. El 4 de febrero, los populares presentaron una petición de comparecencia para que aclarase las quejas de los diplomáticos sobre los ceses planeados por Albares.
Entonces, fue la penúltima polémica del titular de Exteriores. El ministro decidió cambiar de destino a los embajadores en Croacia (Juan González Barba), Bélgica (Alberto Antón) y Corea del Sur (Guillermo Kirkpatrick), este último por reunirse en Madrid con la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, «sin pedir autorización» al departamento de Albares, sin ofrecer explicaciones. Al máximo representante del Estado en el país balcánico, que fue secretario de Estado para la UE entre 2020 y 2021 con Pedro Sánchez en La Moncloa, Albares decidió destituirle por la publicación de una columna de opinión en la que ensalzaba la figura del Rey como el mejor representante de los intereses españoles en el extranjero.
En el mismo sentido se expresó Antón en una carta dirigida al ministro y que publicó en exclusiva este periódico. «Habría deseado contribuir con mi trabajo al éxito de la visita de nuestros Reyes [a Bélgica], a los que profeso un enorme respeto y admiración siendo nuestro jefe del Estado el mejor representante de España en el exterior», apuntó en su misiva el diplomático. Y añadía que con su «cese inesperado», el diplomático –que se quedó dormido en la Conferencia de Embajadores de enero por el efecto de unos medicamentos– sentía que implicaba «desaprovechar un capital de contactos, en los diferentes sectores de la vida política, cultural y económica de este país», que había ido acumulando desde su incorporación en 2022.
Unas decisiones que pusieron en alerta a la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), organización que aglutina a unos cinco mil representantes de España, que reclamó «criterios de transparencia, igualdad de oportunidades, mérito y capacidad» en estos procesos. Un mes más tarde, el presidente de la ADE, Alberto Virella, aseguraba que «hay miedo, indefensión, arbitrariedad y temor» entre los diplomáticos durante una reunión que mantuvo con los senadores del Partido Popular por la forma de actuar de Albares. «Temen que pueda haber medidas de castigo contra ellos», recalcó el presidente de la principal organización de diplomáticos españoles.
Hace menos de un mes, el Senado aprobó una moción del Partido Popular, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara Alta, en la que le instaba a «garantizar el respeto a la independencia y profesionalidad de los miembros de la Carrera Diplomática, asegurando la despolitización de los nombramientos y primando el mérito y la experiencia como principios fundamentales en la representación de España en el exterior». «No hay un proyecto de país», resumió durante el debate la portavoz popular de Asuntos Exteriores en la Cámara Alta, Pilar Rojo.
Diferentes frentes
El ministro Albares acudirá a la Cámara Alta para, según la explicación que trasladó a la comisión, explicar las «prioridades de la política exterior española en el actual contexto geopolítico» y para presentar la nueva Estrategia de Acción Exterior 2025-2028 que anunció hace unas semanas en el Consejo de Ministros y que es la guía para el posicionamiento de España en las convulsas relaciones internacionales, con la amenaza constante de una guerra comercial conEstados Unidos por culpa de los aranceles, la posición de España con respecto a Donald Trump –muy crítica– y el acercamiento a China, que ha sido objeto de una dura reprimenda por parte de la actual Administración estadounidense. Incluso el secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó esta postura como «cortarse el propio cuello».
Pero en la comparecencia del 29 de abril, Albares tendrá que responder a las cuestiones que le planteen los senadores sobre sus diferentes actuaciones durante los últimos meses, como el no reconocimiento de Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela o la retirada de la embajadora en Argentina tras el rifirrafe que mantuvo el ministro de Transportes, Óscar Puente, con el presidente de ese país sudamericano, Javier Milei.
«No hay un proyecto de país», aseguraba hace unas semanas la popular Pilar Rojo en la Cámara Baja
También sorprendió que el nuevo secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, tardara más de dos meses en mantener una conversación con el máximo responsable diplomático español. «Excelente conversación con el secretario de Estado norteamericano», aseguraba Albares en sus redes sociales. «Hemos abordado las relaciones España-Estados Unidos, la importancia del vínculo transatlántico y el diálogo y la cooperación en seguridad y comercio. También nuestros lazos con América Latina», remachaba ante la indiferencia norteamericana, que se plasmó también en que la Casa Blanca excluyó a España de la designación de «embajadores especialmente relevantes».
Unión Europea
El reconocimiento al plan marroquí para que el Sahara Occidental se convierta en una autonomía del país norteafricano, postura que el ministro de Asuntos Exteriores reiteró anteayer ante su homólogo alauí, Nasser Bourita, también ha suscitado numerosas críticas entre sus socios y los partidos de la oposición por el mismo motivo: el abandono por parte del Gobierno de Pedro Sánchez de la postura española de apoyo a un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, medida auspiciada por Naciones Unidas.
Albares también tuvo problemas con la Unión Europea al intentar vetar el nombramiento de Belén Martínez Carbonell como número dos de la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas. Una postura que provocó el velado enojo de la Comisión Europea ante el intento del minis