Adriana Lastra, militante sanchista
Dura y tajante en el desempeño político, y cordial en el trato privado, en los últimos meses protagonizó un soterrado enfrentamiento con el número tres del PSOE, Santos Cerdán
¿Qué le pasa a Adriana Lastra? Las razones tras una dimisión inesperada
Adriana Lastra dimite como número dos del PSOE en plena guerra con el secretario de organización
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa célebre frase atribuida a James Dean, «vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito», bien podría aplicarse, mutatis mutandis y naturalmente en sentido figurado, a buena parte de la generación de políticos de la generación millennial que despuntaron hace apenas una década, ... o menos, y que hoy parecen ser más bien juguetes rotos de aquel tiempo. Los hay en los partidos de la llamada «nueva política», singularmente Pablo Iglesias (Madrid, 1978) y Albert Rivera (Barcelona, 1979), pero también en las fuerzas políticas tradicionales, baste el ejemplo de Pablo Casado (Palencia,1981). A ese particular club parece sumarse ahora, con su repentina dimisión por «razones personales», Adriana Lastra (Ribadesella, 1979).
Recién cumplidos los cuarenta y tres años, se puede decir que más de la mitad de su existencia, y el grueso de su vida adulta, ha sido el PSOE, del que seguirá siendo diputada por su Asturias natal. El partido al que se afilió, en Ribadesella, apenas cumplida la mayoría de edad, para solo un año después convertirse en la secretaria general de esa agrupación. Los estudios de antropología social, en los que llegó a estar matriculada, pasaron a mejor vida ante la excitante actividad orgánica en la organización, donde no tardó en empezar a crecer.
A finales de los años noventa, el PSOE vivía su particular travesía del desierto a nivel nacional tras la salida del poder de Felipe González en 1996, y en Asturias Vicente Álvarez Areces recuperó en 1999 la presidencia del Principado, que tras una larga hegemonía socialista en los ochenta había pasado a manos del popular Sergio Marqués, quien ejerció el cargo apenas una legislatura. Coincidiendo con el inicio de la era Areces, que solo terminaría muchos años después con el fugaz paso por la presidencia asturiana del ex vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, Lastra se consolidó como una persona importante de la federación asturiana del PSOE. Allí fue, sucesivamente, secretaria de movimientos sociales y luego de política municipal, hasta que en las elecciones autonómicas de 2007, con veintiocho años, logró su primer cargo institucional, el de diputada en el Parlamento regional.
Pero todo lo anterior no dejaría de ser la biografía de una dirigente al uso, aun precoz. Lastra, hasta este lunes número dos del PSOE, el puesto que ocuparon en su día desde Alfonso Guerra hasta José Blanco, deja una impronta en su trayectoria por haber sido uno de los más sólidos y fieles apoyos de Pedro Sánchez durante los turbulentos años en los que el hoy presidente del Gobierno dimitió como secretario general en 2016, y recuperó el cargo en 2017 tras derrotar en las primarias a Susana Díaz. Su fe sanchista, a diferencia de otros socialistas que andado el tiempo han terminado colaborando estrechamente con el líder del partido, incluso en La Moncloa, nunca se quebró. En otoño de 2016 se abstuvo en la investidura de Mariano Rajoy, pero solo por «imperativo», una fórmula elegida por varios de los diputados, mientras que otros se saltaron la disciplina de voto y eligieron el no, entre ellos la hoy presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Recientemente, en la presentación del libro hagiográfico sobre Sánchez escrito por el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, Lastra se refirió a aquellos años como «los más bonitos de mi vida». Había un halo de melancolía en sus palabras, que seguramente se explica porque ya estaba tomada, entonces, la decisión de su renuncia. La dimisión dada a conocer este lunes en un escueto comunicado, donde alude a «cambios importantes en mi vida personal que me exigen tranquilidad y reposo, y que en las últimas dos semanas, me han obligado a tomar una baja laboral que se va a prolongar aún un tiempo». Unas palabras que aluden inequívocamente a su embarazo, que ella misma había comunicado discretamente a los medios a principios de junio, y que explican su sonada ausencia la semana pasada en las jornadas del debate sobre el estado de la nación.
Durante aquellos «años más bonitos», Lastra se fajó, como otros dirigentes hoy de primera línea, caso del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños o del secretario de organización, Santos Cerdán, en el apoyo sin fisuras a Sánchez. Estaban convencidos de que facilitar un Gobierno del Partido Popular (PP) era un error que terminaría pasándoles factura, con un Podemos entonces aún muy fuerte y que había acariciado el sorpasso en las elecciones de 2015 y las repetidas de 2016. Los militantes les dieron la razón en aquellas primarias fratricidas de mayo de 2017, y Lastra pasó a ser un peso pesado de la dirección, ya como vicesecretaria general, cargo al que añadió el de portavoz parlamentaria, justo después de la moción de censura que hizo a Sánchez presidente en junio de 2018. Nunca ocupó cargo alguno en la administración, aspiración que seguramente vio esfumarse cuando justo hace un año el presidente acometió una profunda remodelación del Ejecutivo y no estuvo entre las elegidas.
Lo suyo siempre fue la confrontación con el adversario, cuando el guion lo exigía, y el acuerdo, cuando cambiaban las tornas. Así, en 2019 se empleó con dureza contra Pablo Iglesias cuando la falta de acuerdo entre el PSOE y Podemos (y la negativa del Ciudadanos de Rivera a un acuerdo con los socialistas) provocó una nueva repetición electoral. «Usted quiere conducir un coche y no sabe ni dónde está el volante», le llegó a espetar al líder morado desde la tribuna de oradores, durante el debate de investidura fallido de julio de aquel año, ante la pretensión de Iglesias de ocupar importantes cargos en el Gobierno central. Meses después, y tras los comicios de noviembre, aparecía ufana en la foto de familia tras el abrazo de Sánchez e Iglesias, que certificaba el camino abierto hacia el Gobierno de coalición.
Dura y tajante en el desempeño político, y cordial en el trato privado, en los últimos meses protagonizó un soterrado enfrentamiento con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, del que ha terminado saliendo perdedora. Cerdán apostaba por priorizar el discurso económico y medidas de choque ideológicas, como los anunciados impuestos a las energéticas y a la banca, una línea que se plasmó muy claramente la semana pasada en el discurso del presidente del Gobierno al inicio del debate sobre el estado de la nación. Lastra abogaba por mantener también como prioritaria la agenda feminista del partido, claramente orillada ahora, e impulsó la «abolición de la prostitución» como un objetivo para el final de la legislatura. Ella misma presentó en una rueda de prensa en Ferraz una proposición de ley al respecto, en este caso sin el concurso de Unidas Podemos, con cuya posición «antirregulacionista» en ese terreno se mostró muy crítica, encontrando incluso más complicidad en el PP. De hecho, los de Alberto Núñez Feijóo votaron a favor de la toma en consideración de esa reforma el pasado siete de junio, cuando Lastra defendió el proyecto en el Hemiciclo, en el que a la postre ha resultado ser su último discurso parlamentario como número dos del PSOE. Pero no lo hicieron ni los comunes, la confluencia catalana de Podemos, ni otros aliados habituales del Gobierno.
«Si algo he sido, soy y seré es militante de este partido»
Adriana Lastra
Ex vicesecretaria general del PSOE y diputada por Asturias
En su comunicado de despedida, Lastra concluye diciendo: «Si algo he sido, soy y seré es militante de este partido». Aunque quizás su militancia sanchista sea algo que le haya marcado más indeleblemente, como también se refleja en las palabras que le dedica a su jefe de filas: «Quiero agradecerle su confianza todos estos años recorridos, en un camino que muchos creyeron imposible y que hemos hecho realidad paso a paso».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete