Los piratas vendieron el gasoil robado al «Mattheos» a dos buques
Los marineros españoles, a su llegada: «Se llevaron relojes y hasta ropa interior»
ESTEBAN VILLAREJO
«Muy organizados. Sabían lo que buscaban». Tanto, que los once piratas nigerianos que secuestraron el petrolero «Mattheos I» —con cinco marineros españoles a bordo— vendieron directamente el gasoil que transportaba a otros dos buques que se acercaron hasta el lugar donde permanecía retenido en ... aguas nigerianas. No hizo falta dirigir el buque a puerto pirata para distribuir la carga.
«Un barco se llevó unas 5.000 toneladas, otro 2.500. Los barcos compradores no tenían bandera, eran buques piratas», relató el peruano Luis Alberto Chamochumbi, capitán del quimiquero propiedad de la naviera española Consultores de Navegación, en una rueda de prensa en Madrid. Tenían «contacto permanente telefónico con tierra» y hablaban un dialecto nigeriano e inglés. Portaban «metralletas».
El valor de las aproximadas 7.600 toneladas robadas está aún por cuantificar, informó el capitán que recalcó que «Lomé ha dejado de ser un puerto seguro». Por ello, explicó la negativa de la tripulación de volver con el resto de la carga al puerto de la capital de Togo desde Tema (Ghana) —ciudad a la que se dirigieron una vez los piratas le dejaron en libertad—, tal y como requirió la compañía propietaria, la suiza Glencore.
El buque fue secuestrado el pasado 14 de septiembre a 60 millas de Lomé, capital de Togo, y liberado once días después. «Los primeros días estaban muy nerviosos y trataban de mostrar su autoridad. Cuando los dos buques que se llevaron la carga iniciaron la maniobra de aproximación fue cuando más nerviosos se pusieron y más violentos se mostraron. Temían que fuera una trampa», aseguró el capitán. Uno de los 23 marineros (no español) sufrió una herida de corte en la cabeza tras ser golpeado con una culata en el momento del asalto.
El oficial en prácticas, Miguel Sastre —uno de los cinco españoles que navegaban en el «Mattheos I»— aseguró a su llegada al aeropuerto de Barajas que estuvieron en vilo y llegaron a temer por sus vidas: «Hubo de todo. Ha sido raro, porque al principio no sabes si te van a matar o no, qué quieren y qué no quieren. Luego te das cuenta de que vienen a robar y de que no te quieren hacer nada, pero sabes que no les importa hacértelo».
«Se llevaron relojes, ordenador y hasta ropa interior», manifestó Manuel Bilbao, otros de los españoles a su llegada a Tenerife.
Desde Consultores de Navegación se negó tajantemente el pago o petición alguna de un rescate durante el secuestro.
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