«Hay un móvil político y sólo un móvil político»

«¿Habrá que pedir perdón por haber sufrido una paliza?». Con esta pregunta respondió ayer el presidente de la Comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien la víspera había acusado al PP de haber provocado «agitación» tras la agresión al consejero Pedro Alberto Cruz. En una entrevista realizada en la mañana de ayer por Ángel Expósito en Noche 10, Valcárcel se lamentó de que «al final, la víctima termina siendo el verdugo. Al final, quien ha tenido que sufrir las consecuencias de la agitación de otros termina siendo el agitador. La conclusión es: ¿habrá que pedir perdón por haber sufrido una paliza? ¿Habrá que pedir perdón por haber sufrido insultos, lanzamiento de huevos contra miembros del PP, los llamados agitadores, según criterio del vicepresidente? Esto no tiene ningún sentido, si no es ganas de enredar».

El presidente autonómico insistió en que en la agresión al consejero «hay un móvil político y nada más que un móvil político». Según explicó, «Cruz es persona non grata para la oposición y para más allá de la oposición política» porque «ha sido capaz de levantar la bandera de la cultura demostrando que no es algo exclusivo de la izquierda». En opinión de Valcárcel, «la Región de Murcia está en el mapa mundial de la cultura, está siendo objeto de reconocimientos y de premios diversos dentro y fuera de España». Y, agregó, «no gusta» que «el PP sea capaz de proyectar universalmente la cultura».

En cuanto al calificativo de «sobrinísimo» con el que se denomina a Cruz, el presidente regional afirmó: «Permítame un paréntesis: No es mi sobrino, me encantaría que lo fuera pero no lo es y si no es mi sobrino, no puede ser mi “sobrinísimo”, que es más que sobrino». Valcárcel relató que las primeras consignas «invocando a no sé que revolución» empezaron a aparecer en las redes sociales en noviembre, cuando se dio a conocer una encuesta de la Universidad de Murcia, que daba al PP 40 puntos de diferencia con el PSOE.

Según explicó, en un clima de enfado, «los agitadores aprovechan esa circunstancia, se introducen en las manifestaciones, inician un discurso burdo… Y todo esto desemboca en agresiones a militantes del PP, agresiones a mi hija y la brutal paliza al consejero…».