El Gobierno vasco premia con 18.000 euros a un etarra prófugo desde 1985

El etarra Sarrionandia (Iurreta, Vizcaya, 1958) se ha convertido en un prolífico poeta y escritor euskaldún desde que el 7 de julio de 1985 huyó de prisión junto al también etarra y diputado de HB Iñaki Pikabea, este último detenido en 1987. Ambos burlaron las medidas de seguridad y lograron escapar escondidos en el interior de los bafles del grupo musical Imanol, que había dado un recital en la cárcel esa mañana. Su fuga, celebrada por algunos «intelectuales» de la época, fue mitificada por el entorno de Batasuna con la popular canción «Sarri» de Kortatu, grupo de rock vasco referencial. Desde entonces, el etarra se encuentra en paradero desconocido, aunque algunas fuentes lo situaron en Cuba y no se descarta que ahora pueda estar en algún país europeo. Según confirmaron a Vasco Press fuentes penitenciarias, aún tiene pendiente cumplir trece años de cárcel tras haber permanecido cinco entre rejas.

Nada más conocerse el fallo, el Gobierno vasco se apresuró ayer a respaldar la libertad del jurado, aunque precisó que retendrá los 18.000 euros de importe hasta que Sarrionandía «regularice plenamente su situación con la Justicia». «Este Gobierno opone serios reparos a que un premio que auspicia y dota económicamente recaiga en una persona condenada por su pertenencia a la organización terrorista ETA, fugado de la cárcel y en paradero desconocido desde 1985, y que no se ha retractado nunca de su militancia», destacó el Departamento de Blanca Urgell en un comunicado remitido a los medios. En declaraciones a ABC, el viceconsejero de Cultura, Antonio Rivera, no obviaba ayer la «desazón» que puede producir en la sociedad que el galardón recaiga en un terrorista. Un sentimiento que, aseguraba, comparte el Ejecutivo de López, «que siempre ha destacado por su lucha deslegitimadora del terrorismo y su apoyo a las víctimas».

Con todo, el Ejecutivo de Vitoria, respaldado en el Parlamento por el PP vasco, refrenda la libre decisión del jurado. «Los premios, en este caso culturales, tienen que ser resueltos por jurados independientes. Si no respetamos el criterio de la convocatoria, entonces tendríamos que disolverla. Lo que analiza el jurado es la calidad literaria de la obra, no la condición moral del autor», defiende Rivera. «De hecho —observa—, cualquier tipo que está en la cárcel también se puede presentar al Premio Planeta o al Nacional de Literatura».

El jurado, compuesto por cinco personas, tres de ellas nombradas por las tres universidades vascas (la UPV, Mondragón y Deusto) y otras dos por el propio Ejecutivo de Vitoria, destacó ayer que la obra de Joseba Sarrionandia es «un grito a la pluralidad cultural». En concreto, alaban que se trate de un libro «muy sólido formalmente y muy documentado», que con los años «podría convertirse en un clásico de la cultura vasca». En el prólogo, el etarra exhibe su gusto por escribir «sobre discordancias»y «hacer la guerra» como «ejercicio de espantar la ignorancia».

Número uno en ventas en euskera, Sarrionandia ha recibido antes dos Premios de la Crítica Narrativa que otorga la Asociación Española de Críticos Literarios, en 1986 y 2001.