Blanco: «Sé que me tienen muchas ganas, pero conmigo no hay caso»

El portavoz del Gobierno hizo frente a todas ellas parapetándose de manera sistemática en una frase —«no hay caso. No lo hay ni lo habrá»—, que traía por escrito en sus papeles y que leyó sin dar lugar a improvisaciones.

Fuera de ese mensaje prefabricado, Blanco se limitó a tachar de «falsedad absoluta» todas las informaciones que le acusan de corrupción y a recordar que ya ha emprendido «acciones judiciales» para que «todo el peso de la ley recaiga sobre quien me ha calumniado gravemente». «Está en juego mi honor», reconoció.

El ministro rechazó valorar las declaraciones de Ignacio Peláez, abogado del industrial gallego Jorge Dorribo, que asegura tener pruebas de que Blanco recibió dinero a cambio de favores. Tampoco se pronunció acerca del supuesto robo de ordenadores y documentos relacionados con las actividades de ese mismo empresario. Y sobre si se ha planteado la dimisión o comparecer ante la Diputación Permanente del Congreso, como ha pedido el PP, el ministro insistió: «No hay caso». «Todo esto lo que busca es hacer verdad lo que es falso. Ya sé que me tienen muchas ganas, —reiteró—, pero no hay caso».

El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, desaconsejó a Blanco que se esconda tras los «escudos políticos» y se mostró convencido de que el ministro «está buscando alguna disculpa», informa Ana Martínez.

Llama «mezquino» a Aznar Para lo que no ahorró palabras el portavoz del Ejecutivo fue para descalificar al ex presidente José María Aznar por denunciar el jueves presuntas «cesiones» del Gobierno a ETA. «Sus críticas son mezquinas» sostuvo Blanco, que recordó que en la tregua de 1998, Aznar «acercó al País Vasco» a 133 terroristas y llegó a referirse a ETA como «Movimiento Vasco de Liberación».