«Antxon», un hombre de ETA, ideólogo de la «hoja de ruta» de Batasuna
Etxebeste integra la «mesa permanente» con Iruín, Etxeberría y UsabiagaEste órgano transmite las órdenes al portavoz Txelui Moreno, que no se sale del guión
J. PAGOLA / I. REYERO
El ex máximo dirigente de ETA Eugenio Etxebeste, «Antxon», interlocutor de la banda en un sinfín de negociaciones con el Gobierno que terminaron en fracaso, es el impulsor de la «hoja de ruta» que en los últimos tiempos transita la «izquierda abertzale» para presentarse a ... las elecciones y, así, colarse en las instituciones. Precisamente, uno de los objetivos de esta estrategia es crear un partido legal —Sortu— para tener voz en un hipotético «proceso democrático», término con el que la banda se refiere a su pretensión de imponer un «estado independiente vasco».
«Antxon», que representa la historia de ETA, de la vieja —«zaharra»— y de la nueva —berri»—, pertenece a la «mesa permanente», de la que también forman parte Íñigo Iruín, Rufino Etxeberría y Rafael Díez Usabiaga. Este órgano se ha encargado de diseñar y ejecutar, desde la sombra, la nueva «hoja de ruta» de la «izquierda abertzale» con rumbo a las instituciones, después de que las Fuerzas de Seguridad desmantelaran Bateragune, el enésimo intento de recomponer Batasuna. Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC subrayan que de los cuatro, el auténtico «cerebro» es Eugenio Extebeste. Su condición de ex máximo jefe de ETA le convierte en buen conocedor de los entresijos de la banda, donde es respetado incluso por terroristas de última generación. Es el nexo histórico entre la organización criminal y los actuales «batasunkides» que posibilita que, cada uno en su papel, transiten la nueva «hoja de ruta» de manera coordinada. Además, no tiene causas pendientes con la Justicia, lo que le da amplio margen de maniobra y, también, garantías de estabilidad en su cometido. Desde hace tiempo mantiene muy buenas relaciones con Iruín, Usabiaga, Otegi, e incluso con «Josu Ternera», de quien en los últimos meses se han detectado pasos hacia la dirección de la banda criminal.
Iruín es, dentro de esta «mesa permanente», el encargado de la «ingeniería legal» montada para que la «izquierda abertzale», con Sortu u otras fórmulas, en estas o en siguientes elecciones, pueda estar con siglas propias en las instituciones. Por ello, se reserva el trabajo de «cocina» y elude protagonismo en los actos públicos, a excepción del convocado para presentar los estatutos de Sortu.
Rufino Etxeberría es la cara visible de la nueva estrategia. Su función es clave también, ya que, en su condición durante muchos años de «comisario político» de ETA, transmite a las bases de la «izquierda abertzale» que los impulsores de la presunta «apuesta por las vías exclusivamente políticas» no son unos traidores que reniegan de cincuenta años de terror —como en su día lo fue Patxi Zabaleta—, sino que se mantienen leales al pasado, si bien desde el punto de vista legal deben comenzar de cero para sortear la Ley de Partidos. Por ello rechazarán futuros atentados, pero nunca los perpetrados hasta ahora.
Díez Usabiaga, con el margen de actuación limitado aparentemente, ya que su libertad condicional conlleva la exigencia de no participar en la actividad política, representa en estos momentos el nexo entre la «mesa permanente» y Arnaldo Otegi, que desde la cárcel de Logroño se mantiene implicado en la nueva estrategia.
Portavoces escoltados
Desde el órgano permanente se dicta a los portavoces, especialmente a Txelui Moreno, lo que deben transmitir a la opinión pública. Para que no se salgan ni una coma del guión, les acompañan en sus intervenciones los «comisarios políticos» de última generación. Hasta hace poco, el encargado de escoltar a Moreno era Gorka Zabala, pero fue detenido en la última operación de la Guardia Civil contra Ekin en Navarra. Los expertos antiterroristas no tienen duda de que el sustituto ya está ejerciendo su función.
Con toda probabilidad, «Antxon» es el integrante de ETA con más experiencia en procesos de negociación con el Gobierno que resultaron ser un fiasco. Desempeñó, asesorado por Iruín, el papel de interlocutor oficial de la banda en las conversaciones de Argel. Tras el fracaso, «Antxon» fue trasladado a la República Dominicana, desde donde siguió ejerciendo ese papel. De hecho, en Santo Domingo entró en contacto con emisarios del Ejecutivo de Felipe González, incluido el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera.
Detrás del intento de la «izquierda abertzale» de disponer de un partido legal, en este caso Sortu, está su pretensión de representar a ETA en una nueva mesa de partidos, en el contexto de un nuevo proceso de negociación. En la ponencia «Zutik Euskal Herria», la propia Batasuna reconoce que es indispensable disponer «de una formación política legal para la intervención político-institucional, así como para participar en la mesa de partidos donde se logre el acuerdo político resolutivo», esto es, independencia para el País Vasco.
En esa misma dirección va el documento «Planificación del curso político 2010-2011», cuya autoría se atribuye, entre otros, a «Antxon». En el mismo se asegura que los comicios municipales de mayo «tienen que ser altavoz del proceso democrático y la resolución del conflicto». «Situamos la legalización dentro de los mínimos que tienen que ser aceptados para que el proceso avance —añade el informe—. El hecho de ser legales en las elecciones supone un paso importante en la lógica del proceso democrático». En documentos internos, la propia ETA ha dejado claro que «proceso democrático» no es sinónimo de «proceso de paz», sino un instrumento para imponer la independencia.
En una conferencia ofrecida en diciembre en Rentería, «Antxon» reconocía que la apuesta de la «izquierda abertzale» por las vías políticas es meramente táctica, ya que a través de la vía «político militar» no ha logrado nada.
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