Zoido pide a los alcaldes que estudien instalar «barreras arquitectónicas»

Elevar la alerta a su máximo nivel era considerado poco eficaz por los expertos antiterroristas consultados por ABC. Esa medida, respecto a la situación actual, solo hubiera supuesto el despliegue del Ejército para la protección de infraestructuras críticas y nudos de comunicación, pero en este momento no hay datos que indiquen que podría haber un atentado inminente.

El despliegue del Ejército, por el contrario, supondría unos costes económicos muy elevados que no se justifican por las supuestas ventajas para la seguridad nacional que una medida así proporcionaría. «Puede que desde un punto de vista de seguridad subjetiva se ganase algo, pero ese efecto se neutralizaría por la alarma innecesaria que supone para muchos ciudadanos ver a los militares en las calles», sostienen las fuentes consultadas por ABC.

Pero más allá incluso de ese análisis de costes económicos , que no tendría sentido cuando se trata de garantizar la seguridad, la realidad es que el Ejército no tiene entre sus capacidades la del mantenimiento del orden ni la gestión de grandes concentraciones de personas. El ministro desmintió que no se haya querido aumentar el nivel de amenaza por sus posibles repercusiones en el turismo y en la imagen de España.

A cambio, este nivel 4 alto de alerta antiterrorista se reforzará con la intensificación de las medidas de seguridad en lugares o eventos de afluencia masiva, con «especial énfasis» en las zonas de turismo. Se intensificará, además, la prevención en potenciales objetivos de ataques terroristas -en especial aquellos lugares donde hay gran concentración de personas-, se reforzarán los dispositivos de reacción frente a atentados y se estrechará la colaboración con las policías locales para incorporar las capacidades de estos Cuerpos a las medidas que recoge el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista.

En este último punto fue donde el ministro del Interior propuso que se promuevan las reuniones de las juntas locales de seguridad para que se analicen los riesgos y se valore la instalación de medidas pasivas de seguridad. Así, consideró «conveniente» que los ayuntamientos analicen y estudien en las juntas locales de seguridad la posibilidad de establecer medidas físicas de protección para evitar acciones terroristas, como la colocación de bolardos o maceteros, tal y como la Policía recomendó en Navidad.

Este fue el momento más delicado de su intervención, ya que es conocido que la Generalitat y el Ayuntamiento descartaron en diciembre la instalación de estas «barreras arquitectónicas», tal como había sugerido la Comisaría General de Seguridad Ciudadana de la Policía. La ausencia de estos elementos, que probablemente favoreció el éxito del ataque terrorista, es motivo de polémica estos días.

Quizá por eso -o no-, ayer se desató una supuesta polémica entre Zoido y el consejero de Interior de la Generalitat , Joaquim Forn . El primero dijo que la célula yihadista está desarticulada -en el sentido de «neutralizada»- y el segundo, bien molesto por el asunto de los bolardos o por otra razón, se apresuró a asegurar que «hasta detallar el paradero de todas las personas que forman parte de ella» no se puede dar por eliminada. Albert Oliva , portavoz de la Policía catalana, aseguró por su parte que los Mossos son los que lideran la información y que serán ellos los que digan cuándo está la célula desmantelada.

A media tarde, el ministerio y la consejería precisaron que la polémica «no tiene más recorrido». Zoido y Form hablaron por teléfono y coincidieron en las buenas relaciones entre ambos y, lo más importante, entre todos los Cuerpos de Seguridad que participan en la investigación. Ambos admiten que la célula está neutralizada, sin capacidad de atentar, y que hasta que no estén todos detenidos la investigación continúa.