La viuda de Santiago Oleaga: «Ni los etarras tienen la respuesta de por qué le mataron»

Eran poco más de las ocho y media de un jueves, un día de labor. Santiago Oleaga había acudido a la Fundación Matia para realizar ejercicios de rehabilitación por una lesión en el hombro. Allí le esperaban los etarras Igon Etxezarreta Etxaniz y Luis María Carrasco Aseginolaza , que le acribillaron por la espalda. Murió de siete disparos.

Desde entonces, los 24 de mayo, su viuda procura «hacer una vida más discreta ese día», con sus recuerdos y en la intimidad. «Lo que me ha pasado en mi vida ya no lo olvidaré ni ahora ni aunque tenga 120 años , porque es una experiencia dramática, muy dura y muy difícil de llevar», dice lamentando que «falta mucha autocrítica» en la izquierda abertzale.« Esto de querer pasar página será para ellos , pero a muchos les falta ir, como suelo decir yo, al rincón de pensar... Creo que muchos tienen mucho que pensar ».

A juicio de Amaia Guridi, « no se pueden cerrar las heridas en falso ». El relato que debería quedar de todo lo que ha ocurrido a causa de la violencia terrorista tiene que ser «lo más veraz posible». « En mi caso solo hay un relato: el día 24 de mayo de 2001 asesinaron a Santi . Creo que el relato es ese, y no hay otro», subraya en el Diario Vasco , admitiendo que «son momentos tan duros que cuesta revivir e incluso pronunciar algunas palabras. Cuando escucho a otras víctimas y les oigo decir: 'cuando pasó aquello...', pienso: ¿cómo que cuando pasó aquello? No, cuando asesinaron a mi marido. Hablamos inconscientemente así para que no duela, pero es: 'a-se-si-na-to, así de cla-ri-to'. Aunque duela ».

La viuda de Oleaga no necesita que los condenados por terrorismo o quienes apoyaron a ETA le pidan perdón personalmente aunque le gustaría que vieran el mal que causaron. «Prefiero que lo sientan a que estén orgullosos de lo que han hecho. Lo tengo clarísimo porque, tarde o temprano, se van a tener que reincorporar a la sociedad y prefiero que hagan una autocrítica y sean capaces de darse cuenta de que lo que han hecho estuvo mal y nunca debió suceder », dice.

Tampoco tiene preguntas pendientes de hacerles. «Pienso en mi interior que no hay respuesta, que ni los propios terroristas la tienen... , es que no lo entiendo todavía después de quince años, no lo entiendo. Si me lo quieren explicar que me lo expliquen... Pienso que eso son órdenes mandadas, sin más. ¿Por qué? Pues ni lo saben».

Lee aquí la entrevista completa a Amaia Guridi en El Diario Vasco