Villarejo sitúa a Cospedal en la cúpula de la operación Cataluña

Villarejo despacha con Pino: «Muy receptivo a todo. Quiere que trabaje sobre tema CiU y filtre a la prensa». El mismo día trató el «asunto CiU» con «Chisco», Francisco Martínez, entonces jefe de gabinete del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que, antes de nombrarlo como secretario de Estado de Seguridad, lo colocó como su enlace con los policías.

El 26 de ese mes, el comisario charla con María Dolores de Cospedal y anota: « Muy atenta a todo (…) Organiza cita con Alicia », refiriéndose a la entonces presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que tuvo un papel primordial, pues había sido el contacto con María Victoria Álvarez, la expareja de Jordi Pujol Ferrusola cuyo testimonio permitiría abrir la causa judicial contra la familia que gobernó Cataluña durante décadas.

El 5 de noviembre aparece esta nota: « Pin (Eugenio Pino): todo ok. Dispuesto a pagar por info sensible. Dice que si consigue este objetivo ya puede irse en paz» . Villarejo comienza a recopilar información y posibles fuentes dispuestas a ‘cantar’. Lo hace en una nota llamada «Plan de trabajo–Barna». En días sucesivos, el comisario conversa con Pino y con Martínez, y menciona a «Viky», la que sería piedra angular de la causa: «Amiga Moragas» (fue el barcelonés Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Rajoy, quien puso a Alicia Sánchez-Camacho en contacto con Victoria Álvarez).

La confidente suministra datos de los viajes a Andorra del primogénito del clan y de su impresionante colección de coches clásicos. Se elabora un documento, el famoso «borrador» sobre Artur Mas y Jordi Pujol. El 17 de noviembre se valora filtrarlo a la prensa, pese a que no está «confirmado»: « La filtración interesada del borrador del plan de trabajo podría dificultar las discretas labores de investigación que desde hace meses se vienen realizando en diversos paraísos fiscales».

El documento se publica el 16 de noviembre de 2012 y genera una gran polvareda política y mediática. La Udef niega la autoría del mismo, lo que provoca grandes tensiones en el ministerio. Mientras, Villarejo sigue moviéndose. El 3 de diciembre dibuja un nuevo «Plan de trabajo», que comienza con el financiero catalán Javier de la Rosa, buen conocedor de las finanzas del pujolismo. Escribe que está «amenazado» y que «el PP le ha obligado a esto»: «A cambio le ofrecen 20 + los 30 que lleva reclamando al CNI desde hace 20 años y contratos para él y sus hijos».

Tres días después, Villarejo anota una conversación con «Cospe», como se refería a María Dolores de Cospedal: «Apoyo a tope en todo. Me envía a Jose L. Orti (José Luis Ortiz, jefe de gabinete de la secretaria general del PP) con 100 y promete 50 más el lunes». Según las fuentes consultadas por ABC, el apunte se refiere a 150.000 euros. Tanto Cospedal como Ortiz han declinado responder preguntas sobre el contenido de las agendas. La siguiente nota, que corresponde al mismo día, hace referencia de nuevo a De la Rosa, al que el comisario identifica como «JR»: «Dispuesto a llegar hasta el final. Entrega de 150 en AVE. Muy contento por cumplir. Cita para vernos por la tarde».

El juez Manuel García Castellón dictaminó sobre esta nota en un auto de la operación Kitchen que «no consta acreditado que se efectuara entrega de dinero alguno». La anotación no era sobre Kitchen , operativo que no arrancaría hasta el año siguiente, sino que se refería a presuntos pagos de la operación Cataluña, como muestran las agendas y confirman a ABC fuentes conocedoras de la causa. Por su parte, fuentes próximas a Javier de la Rosa niegan que haya recibido dinero alguno, y apuntan a una «invención» de Villarejo. Ese mismo 6 de diciembre de 2012, la nota precedente a la de Cospedal se refiere a «Chisco»: «Insiste en que todo va palante. Le pido que se aclaren, porque sigo viendo a Losad muy flojo y a Cosi, totalmente al margen». «Cosi» es Ignacio Cosidó, el entonces director general de la Policía, y «Losad», José García Losada, comisario general de la Policía Judicial. Pese a lo que en ocasiones se ha apuntado respecto al liderazgo de Villarejo en estas maniobras, sus anotaciones muestran que cada avance era supervisado y consultado con sus superiores, policiales y políticos.

La misma jornada se suceden más notas sobre este asunto. «Fiti», apelativo de Manuel Vázquez, que era comisario jefe de la Udef, parecía estar «desbordado por todo». Además, «Alicia» Sánchez-Camacho «llamó muy alterada». «Yo estaba en el AVE –escribe Villarejo–. Dice que Trias (Xavier Trias, alcalde de Barcelona) la acusa a ella de todo y exculpa a Jorge (Moragas). Me pide explicaciones y le corto». Ese intenso 6 de diciembre, Villarejo habla con Victoria Álvarez, a la que identificaba como «Viky» o «VK»: « Muy reticente para viajar a Andorra. Quedamos en comer mañana para organizar denuncia ». Apunta varias veces los pagos que recibiría como confidente.

Las siguientes notas ahondan en la crisis. El comisario habla con Francisco Martínez : «Informado del escándalo por la nota de la Udef que niega todo vínculo con el borrador». También con Eugenio Pino: «Pin: Llamó un poco triste. Dice que el ministro le metió gran bronca por no controlar. Le tranquilicé». Seguido, Villarejo se refiere a Joan Piqué Vidal, quien fuera abogado de Jordi Pujol y custodio de muchos secretos: «Muy receptivo a todo. Aportó datos (…) Contratado por empresarios catalanes cansados de pagar».

El «plan de trabajo» del día incluye una «junta de coordinación» a las 11 horas. Asisten, además de Villarejo, «Chisco, Pin, Nº1 y Oli». Tratan la judicialización del polémico operativo policial, incluidos contactos con la Fiscalía Anticorrupción. Ya en enero, el día dos, «Chisco» informa:«Fuentes judiciales culpan a ministro Interior de boicotear por estar a sueldo de Vang y Caixa-Opus». Según fuentes conocedoras del devenir de los acontecimientos, en esas fechas Jorge Fernández-Díaz dudaba de la operación contra los Pujol.

Villarejo escribe una página completa titulada «Informe MD», que apunta a una de las varias reuniones que el comisario mantuvo con María Dolores de Cospedal.Se han detectado «en el proceso catalán estrategias dispersas y en contradicción con los intereses nacionales (...) Paralización de investigaciones frente a la urgencia con que actuaba CiU», escribe Villarejo. Según las anotaciones, habría un complot en el que intervendría el CNI «para señalar a MD como responsable de la Policía Política». El Centro Nacional de Inteligencia estaba entonces bajo el mando de la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ‘enemiga’ tanto de Cospedal como de Villarejo. Por otro lado, tratan una presunta maniobra de CiU contra el PP:«Coordinación de todo por parte de Germán Gordò. Varias citas con JR para pedirle que no dé más datos y a cambio de relacionar al PP con el borrador recibirá 3 Mi. €».

Tras una temporada con menor intensidad, Villarejo recibe la siguiente información: «Los Hnos. Trias mueven 20 M€ de Suiza, Andorra y Luxemb». Se genera una polémica, pues la cuenta resulta ser falsa: «Petición de nota de prensa por el dato falso de la cuenta de Trias», anota el 30 de octubre. Entretanto, el 10 de octubre «Cospe llamó muy contenta por las gestiones que hice para evitar que saliera lo de su marido con los Pujol». A partir de aquí, y con la causa sobre los Pujol iniciada en la Audiencia Nacional, las actividades sobre Cataluña decaen. Su espacio en las agendas lo ocupan la operación Kitchen, el ‘pequeño Nicolás’, las finanzas de Podemos o Corinna.