La vida después del cargo

Su estatuto como miembro del Consejo de Estado es incompatible con cualquier otra actividad privada, lo que ya llevó a González y a Aznar a renunciar a su ingreso en esa institución para cobrar importantes cantidades de varias empresas privadas. Zapatero, licenciado en Derecho, abandonará la actividad política —en el congreso del PSOE de febrero dejará de ser secretario general— y vivirá en un selecto barrio madrileño, aunque se está construyendo casa nueva en León.

Por segunda vez en cinco años, ha anunciado que deja definitivamente la primera línea política. Antes de ganar su primera acta de diputado, en 1979, fue profesor de Derecho Político en la Universidad Complutense y ejerció como abogado, profesión a la que ha dicho que recurrirá, «a ver si en algún sitio puedo aconsejar algo».

Sus palabras anticipan que tarde o temprano fichará en el mundo de las grandes y lucrativas empresas. También se dedicará a las suyas, como la

Hípica Almenara en Toledo. Pero no hay José Bono posible sin el brillo de los focos, y pronto volverá a las primeras páginas con la publicación de sus memorias, que termina de perfilar en estas semanas. También recibe constantes ofertas de los medios de comunicación para ejercer como tertuliano de lujo. Como presidente del Congreso de los Diputados ha percibido 13.758,78 euros cada mes.

Ahora que las aguas del PSOE bajan turbulentas y el que fuera candidato a La Moncloa está en entredicho, no falta quien dentro del partido socialista recuerda con sorna que Alfredo Pérez Rubalcaba «nació ministro». Desde que en 1992 asumió la cartera de Educación, ha ocupado otras cuatro carteras y, entre medias, cargos siempre relevantes dentro del partido. Hubo un antes (remoto) de la política, en el que Rubalcaba se entrenó como velocista y se doctoró en Químicas por la Universidad Complutense, de la que fue profesor. A esto segundo siempre podría volver, aunque los próximos cuatro años tiene garantizado sueldo como diputado y, quizá, como secretario general del PSOE si aspira al liderazgo.

Durante dos años recibirá el 80 por ciento del salario que percibió como ministro del Interior y vicepresidente primero.

Antes de ser elegida diputada en 2000, Carme Chacón ejerció como profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Gerona, aunque no como titular de la plaza, para lo que es necesario poseer un título de doctora que no tiene.

Su futuro inmediato se decidirá en función de si triunfa en sus aspiraciones de liderar el PSOE. Cada vez más dirigentes socialistas dan por seguro que presentará candidatura al congreso, aunque es consciente de que la mayor parte de la vieja guardia socialista no le tiene, precisamente, simpatía. Chacón sumaría siendo secretaria general de los socialistas. En su carrera política y en su cuenta corriente, donde tiene asegurado un ingreso mínimo de 4.823 euros mensuales por su escaño por Barcelona, más el 80 por ciento de lo que actualmente cobra por ser ministra de Defensa, durante dos años. Si fracasa, siempre le quedará buscarse hueco en la Universidad.

El actual portavoz del Gobierno en funciones reveló poco después del 20-N que no seguirá en la primera línea de la política, pero también que no renunciará a su escaño. Es diputado desde 1996, y seguir siéndolo le reportará, además de pingües ingresos, aforamiento por lo que pueda pasar con su presunta implicación en el «caso Campeón».

José Blanco tiene estudios de Secundaria y en algún momento se matriculó en asignaturas de Derecho por la UNED. Su profesión conocida es «administrativo». En el Parlamento percibirá cada mes una asignación de 3.000 euros más 1.823 por haber sido elegido fuera de Madrid, amén de posibles complementos. Hay que sumar la pensión, equivalente al 80 por ciento de su salario como ministro y portavoz del Gobierno, que recibirá durante los próximos dos años.

La vicepresidenta lleva en política desde 1981 y ha dicho que se tomará dos años «cuasi sabáticos» en los que estudiará Historia Contemporánea y colaborará con una ONG. Esta semana desvelaba que la elegida es «Onusida», dependiente de Naciones Unidas, dentro de la que ofrecerá conferencias y asistirá a foros sin cobrar.

Dos años es justo el periodo durante el que la Ley de Conflicto de Intereses señala que un miembro que deja el Gobierno no puede ejercer en la empresa privada trabajos relacionados con la labor pública que desempeñó. Al término de este tiempo, es muy probable que Salgado se integre, como tantos políticos, en direcciones o consejos de grandes compañías. Es ingeniera industrial y licenciada en Económicas. En tanto, conservará el 80 por ciento de su sueldo actual, de 56.259 euros, según declaró este año. En cualquier caso, su patrimonio anterior al cargo es importante, por lo que podrá elegir con calma su futuro.