Así vivió el PP su 'rebrote' electoral: nervios, whatsapps de Aznar, Casado y Rajoy y el mal fario de Mañueco
Los expresidentes del PP contactaron con el líder nacional del partido para felicitarle por un resultado y las consecuencias que tendrá en su camino hacia La Moncloa
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Mariano Calleja
Era el debut electoral de Alberto Núñez Feijóo como presidente nacional del Partido, y se estrenó con una victoria histórica, una mayoría absoluta que podría sumarse a las cuatro que consiguió en Galicia. Cinco de cinco. «No, esta victoria es de Juanma ... Moreno», corrigen rápidamente en el equipo del político gallego. Lo cierto es que la noche electoral se vivió en Génova con intensidad y sobre todo con emoción por parte de un equipo recién llegado, que tomó las riendas de un partido colapsado y roto 80 días antes y ahora veía cómo surgía un «rebrote anímico brutal», como lo describen fuentes próximas a Feijóo.
El líder del PP había pasado el fin de semana en La Coruña, para descansar después de la campaña andaluza. El domingo por la tarde voló a Madrid, donde llegó sobre las seis de la tarde. Después de pasar por casa se dirigió a Génova a las ocho de la tarde, para hacer su primer seguimiento de una jornada electoral desde su despacho de la planta séptima. Durante todo el día estuvo en contacto con Elías Bendodo , consejero en funciones de Presidencia e Interior de la Junta de Andalucía y coordinador general el PP, quien le fue informando de las sensaciones que se vivían en Andalucía a pie de calle, y los comentarios que le pasaban los interventores y afiliados del partido desde los colegios electorales. Con datos de participación en mesas clave, en el PP se podían hacer una idea de cómo iba la jornada. Y hasta primera hora de la tarde no estaba nada mal para ellos.
La tranquilidad de Feijóo se rompió a media tarde, cuando se conocieron los datos de participación a esa hora y se comprobó cómo se había atascado, e incluso había retrocedido en muchos colegios. En ese momento el presidente del PP dudó y le asaltó la inseguridad sobre un resultado que todos esperaban bueno.
A las 21.15, en Génova ya sabían que tenían confirmado el escaño 54 , uno menos de la mayoría absoluta. Con diferentes datos cruzados, comprobaron que el PP tenía posibilidades de seguir sumando en cuatro provincias: Almería, Córdoba, Málaga y Sevilla . La mayoría absoluta dependía de estas cuatros circunscripciones, pero no había nada asegurado. Sin embargo, algunos dirigentes del PP ya se habían lanzado a llamar para felicitar por un resultado que veían cantado, a la vista de las encuestas. Fue el caso de Alfonso Fernández Mañueco , que llamó a Juanma Moreno apenas con el 2 por ciento escrutado, y este se llevó las manos a la cabeza porque felicitar antes de tiempo... ya se sabe, «da mala suerte».
A las 21.50 de la noche, el PP había alcanzado ya la mayoría absoluta, con 56 escaños, y fue el momento del respiro y de las felicitaciones. Feijóo llamó a Moreno, no como jefe, sino como amigo. «Una noche para la historia, Juanma», le felicitó. La alegría ya se había desbordado en Génova y mucho más en el PP andaluz. En el móvil del presidente nacional empezaron a llegar mensajes de whatsapp, con tres relevantes, de José María Aznar, Mariano Rajoy y Pablo Casado . Los tres expresidentes del PP escribieron a Feijóo para felicitarle por los resultados. Casado, en concreto, expresó su satisfacción por la victoria, pero también por las expectativas que se creaban en el partido a partir de ese momento. Es decir, porque Feijóo estaba mucho más cerca de La Moncloa desde ese momento. «La relación entre Feijóo y Casado es de absoluta cordialidad», comentan en el equipo del líder del PP.
Isabel Díaz Ayuso también escribió a Feijóo dos veces durante la jornada electoral, «muy satisfecha» por la victoria, según comentan en Génova. «Todo el partido ha celebrado el triunfo en Andalucía unido».
«Como una Champions»
Para el equipo de Feijóo fue una noche especial. Hace menos de tres meses dejaron sus vidas, ya hechas, en Galicia para venirse a la aventura madrileña, y ponerse al frente de un partido que había explosionado por dentro. «El partido estaba roto y ha sido un rebrote anímico brutal». En la sede nacional del PP se produjo una complicidad especial entre los que ya estaban de antes, los que vivieron en primera persona la caída de Casado y todo su equipo, y los 'recién llegados' de Galicia. «Nos mirábamos unos a otros como si hubiésemos ganado la Champions, fue muy especial y emocionante», comentan en Génova. «Ahí se resumió de dónde veníamos y dónde habíamos llegado en apenas 80 días».
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