Ni víctimas ni mártires
La ministra de Justicia homenajeó a antifranquistas acusados de participar en checas, sacas de presos y asesinatos
La ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, rindió homenaje el pasado martes 29 de octubre, en el Cementerio de La Almudena, a 18 víctimas de la represión franquista, de los cuales al menos la mitad fueron acusados de ser miembros de checas, participar en sacas de presos y cometer asesinatos en la retaguardia republicana durante la Guerra.
«No es revancha ni deseo de crispación, es anhelo de justicia», dijo Delgado, quien entregó a familiares de los 18 homenajeados la declaración de reparación establecida en la Ley de Memoria Histórica. La ministra de Justicia en funciones ratificó su compromiso de seguir luchando contra «el silencio y el olvido» y subrayó que es el Estado el que repara la memoria de unas víctimas que «no cometieron delito alguno» .
¿No cometieron delito?
Esta última afirmación de la ministra, sin embargo, es discutible. Sobre la mitad de los homenajeados por Delgado pesan las sombras de su participación en crímenes de retaguardia en Madrid y provincia durante la Guerra Civil, según los datos extraídos del libro «Los fusilamientos de La Almudena», de Manuel García Muñoz (Madrid, 2012) y de la Causa General franquista. García Muñoz fue contratado por el gobierno municipal de Manuela Carmena como asesor para el estudio de las víctimas de la represión franquista en Madrid.
La Causa General franquista debe ser usada con todas las precauciones como fuente documental , si bien recoge en muchos casos denuncias de los familiares de las víctimas, quienes señalaban a los autores de las detenciones o los asesinatos con voluntad de reclamar justicia ante las nuevas autoridades franquistas. Estos testimonios eran recogidos directamente entre los vecinos por las autoridades locales de estos municipios por lo que, aun con reservas, deben ser tenidos en cuenta.
Así, entre los que recibieron el reconocimiento de la ministra de Justicia figura José Martín-Camuñas Ayala, transportista, acusado de haber pertenecido a la checa del palacio de Esquilache, en el paseo del Prado. Martín-Camuñas, del sindicato CNT, era el encargado de conducir en camionetas a los detenidos de la checa hasta el lugar donde eran asesinados , asesinatos en los que él mismo participaba. Fue fusilado el 13 de julio de 1940.
Otro de los homenajeados fue Ernesto Fernández Díaz, de profesión dependiente, que según el libro «Los fusilamientos de la Almudena», intervino en la saca de presos de la cárcel Modelo del 8 de noviembre de 1936, que terminaría con el asesinato de 400 detenidos por su supuesta desafección al Frente Popular en el castillo de Aldovea, en San Fernando de Henares (Madrid). Fernández Díaz fue ejecutado el 9 de septiembre de 1939.
Delgado también reconoció en el acto de La Almudena a Anastasio Moreno Martínez y a Carlos Fernández Andrés, alcalde socialista y concejal de Galapagar en el año 1936, respectivamente, a los que los franquistas acusaron de haber formado parte del comité revolucionario local que decidió el asesinato de hasta nueve vecinos de la localidad , entre ellos a dos jóvenes jornaleros, Feliciano Alberquilla Alonso y Enrique Guillén Zamorano, de 26 y 22 años respectivamente, y a un panadero, Carlos Rubio López, de 50. Moreno Martínez y Fernández Andrés fueron fusilados el 19 de febrero de 1940.
Más impactante es la historia de Luis Fernández Aguado, perteneciente al comité socialista de Fuenlabrada encargado de denunciar a los supuestamente desafectos al Frente Popular. Por denuncias de este comité fueron asesinados en el municipio varios vecinos, entre ellos Marcelino Montero Martín, de 35 años, labrador afiliado al sindicato agrario católico. Por él intercedió su cuñado, Vicente González, de 16 años. El comité decidió que ambos fueran asesinados el 27 de octubre de 1936. Ni su militancia en el PSOE pudo salvar a Vicente González , pues el muchacho que intentó salvar a su cuñado de sus correligionarios era socialista.
Luis Fernández Aguado fue también acusado de haber participado en el asesinato de Zacarías Hernández Montero, de 41 años, secretario del Ayuntamiento de Fuenlabrada. Fue fusilado el 9 de agosto de 1940.
El cura, el médico, el juez y el peluquero
Otro homenajeado por Delgado, Casto Martín Virseda, de la localidad de Chozas de la Sierra, actual Soto del Real, fue acusado de participar en el asesinato de varios vecinos, entre ellos al comerciante Jerónimo Sanz Ruiz, de 30 años, presidente de la Unión Obrera y Campesina de Acción Católica, y del ganadero Saturnino Bertólez Burgueño, de 38. Martín Virseda fue fusilado el 11 de noviembre de 1936.
Un séptimo homenajeado por la ministra de Justicia en funciones fue Valeriano Jara López, panadero, acusado de haber formado parte del comité revolucionario local de Móstoles, al que se le achacaba el haber ordenado el asesinato de 29 vecinos de la localidad , de los que 19 eran labradores, además del sacerdote de la iglesia parroquial, el juez municipal, un médico y un peluquero. Fue fusilado el 24 de junio de 1939.
También fue acusado de pertenecer al comité revolucionario de su localidad, Majadahonda, otro de los recordados por la ministra Delgado, Tomás Labrandero Montero, fusilado el 17 de noviembre de 1939. A los miembros del comité de Majadahonda se les acusó de incendios, saqueos y todo tipo de abusos contra los vecinos presuntamente desafectos al Frente Popular, y a algunos, como el alcalde y el secretario, se les culpó de conducir a mujeres al Ayuntamiento a altas horas de la madrugada para violarlas.
Un noveno homenajeado por la ministra de Justicia en funciones fue José Gómez Herradón, de la localidad toledana de Méntrida, fusilado el 23 de octubre de 1940. Se le acusó de haber asesinado en compañía de otros al notario del pueblo , Ricardo Fernández Santa, el 31 de agosto de 1936, cuyo cadáver quemaron después.
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