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Torra busca apoyo para sus cuentas sin renunciar a la ruptura

Los «comunes» exigen un giro social y apoyo a los Presupuestos en el Congreso

Torra durante el discurso de fin de año EFE
Àlex Gubern

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Un independentismo que se proclama mayoritario no tiene en el Parlamento catalán suficiente fuerza ni para aprobar la ley más importante de la legislatura, la de los Presupuestos. El descuelgue de los diputados de la CUP -cansados de que la retórica procesista no implique una ruptura real- y la suspensión de diputados ordenada por el Tribunal Supremo han llevado al soberanismo a perder en la cámara catalana su mayoría. Las 50 votaciones que el bloque que sustenta al Govern -Junts per Catalunya y ERC- han perdido desde octubre es un probable anticipo de lo que puede suceder si ningún otro grupo de la cámara se decide a respaldar las cuentas del Govern de Quim Torra. El desplome político por falta de apoyos, en una situación análoga a la de Pedro Sánchez en el Congreso por las dificultades a la hora de aprobar los PGE, se abre paso.

Todos los esfuerzos de la consejería de Economía que dirige el vicepresidente Pere Aragonès (ERC) se concentran en atraerse a los ocho diputados de Catalunya en Comú, aparen- temente dispuestos a ejercer de algo así como de «tontos útiles» del independentismo, tal y como denuncian desde la oposición. Los «comunes», aunque con menor énfasis que el PSC, también condicionan su apoyo a que el independentismo apoye las cuentas que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (Podemos) acordaron llevar al Congreso. En una doble pinza que va de Barcelona a Madrid, unos y otros se exigen apoyo mutuo, sin que por ahora se resuelva el bloqueo, en un nudo gordiano que todavía coge más espesor cuando los «comunes» introducen también en la ecuación los Presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, igualmente bloqueados.

Si el apoyo «indepe» a los PGE es ahora imposible -todo lo más se especula con que en en febrero permitan su tramitación, tal y como sugirió el diputado del PDECat Ferran Bel , ante el espanto y obligada amonestación del sector Puigdemont-, en Cataluña el diálogo está algo más maduro, siendo optimistas.

Como un pez que se muerde la cola, el principal escollo es que Catalunya en Comú exige un giro social en forma de reversión de recortes, lo que implica un aumento del gasto de al menos 1.500 millones de euros. Un aumento de recursos imposible que los «comunes» solo ven realizable si la Generalitat recibe la inyección extra, precisamente de 1.500 millones, que el proyecto de PGE del Gobierno contempla para Cataluña. Aunque el gobierno catalán estima que hasta 1.200 millones podrían llegar a través de decretos, los «comunes» reclaman apoyo en el Congreso a los PGE para poder plasmar esta cantidad en el proyecto de cuentas catalanas. Mucho más fría está la reforma fiscal que también le piden los «comunes» a Torra, aunque para no romper puentes desde la mayoría de gobierno aseguran ahora que están dispuestos a «hablar de todo». En Catalunya en Comú conceden que la reforma fiscal no es una línea roja, sí en cambio el incremento de las partidas sociales.

Oportunidad

Los «comunes», igual que el PSC, ven en los Presupuestos, en el Parlament y en el Congreso, un problema pero también una oportunidad. Un problema porque los mismos pueden abocar a elecciones anticipadas y propiciar la irrupción del «bloque de las tres derechas» que la izquierda blande como un espantajo. Pero también una oportunidad si se sacan adelante , en tanto que significarían tanto la continuidad del Gobierno Sánchez como un obligado atemperamiento del ardor soberanista. Y esto, tal y como denuncia el independentismo más ultra demonizando a ERC, sería el primer paso para explorar una hipotética reedición de un tripartito en Cataluña.

Precisamenente sobre los Presupuestos, el líder de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, expresaba ayer su confianza en una entrevista a Ep en que los «comunes» vean las cuentas «con buenos ojos», e incluso no descartaba conseguir un apoyo de la CUP que ahora mismo se intuye imposible. Sabrià también apeló al PSC, considerando que la negativa de los socialistas es «táctica política». Lo que sí descarta ERC es que la no aprobación de las cuentas en Cataluña implique elecciones anticipadas: «No aportarían nada, y menos en el entorno de los juicios» a los políticos presos.

Donde también se trabaja a favor a favor de un entendimiento en los Presupuestos que propicie una relajación política es en la patronal Fomento del Trabajo, cuyo presidente, Josep Sánchez Llibre, consideraba ayer que sacar adelante las cuentas, en Madrid y en Barcelona, contribuiría a una necesaria estabilidad.

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