Toni Roldán deja Ciudadanos: «Los costes para España de la estrategia elegida por Cs son demasiado altos»

El que también fuese portavoz de Economía de Cs en el Congreso lo deja todo: su puesto en la Ejecutiva de Cs, su vinculación con el partido y su escaño en la Cámara Baja. Con su renuncia, se evidencia la primera crisis interna que padece Cs ante el giro a la derecha que emprendió Albert Rivera antes de las últimas elecciones generales para intentar superar al PP en las urnas.

Aunque Cs se sigue reivindicando como un partido de centro, lo cierto es que su veto explícito a Pedro Sánchez y al sanchismo por extensión, y su llegada al poder junto al PP en numerosos municipios y comunidades autónomas —y con los votos de Vox—, plasman un escoramiento a la derecha difícil de rebatir.

Roldán ha explicado los motivos concretos de su marcha, en la que ha sido su última rueda de prensa en el Congreso de los Diputados . El diputado era uno de los representantes de la socialdemocracia que abandonó el partido cuando abrazó el liberalismo en 2017, y era uno de los más críticos con el acercamiento a PP y Vox.

Así lo ha afirmado sin complejos en la Cámara Baja, donde ha acusado a su partido de combatir durante años la dinámica de «rojos y azules» para terminar convirtiéndose en «azules». Durante su intervención, sin preguntas, ha lanzado mensajes una y otra vez con los que criticaba el abandono del centro por parte de su partido , y advertía contra los peligros de acercarse a «extremismos». «La política no es reconquista ni asalto a los cielos», ha sentenciado en clara alusión a Vox y a Podemos, y ha recordado que Cs nació con vocación de ser «dique de contención» de los nacionalismos, pero también de esos extremismos.

La cercanía a Vox, sin embargo, no ha sido su única crítica. Ni la más sonada siquiera. Hasta ahora parecía incontestable internamente el «no» a la investidura de Pedro Sánchez, pero Roldán ha lamentado abiertamente que con la negativa de Cs a negociar con Sánchez, España pierde «una oportunidad histórica» de formar «un gobierno estable» durante los próximos cuatro años . Entre el PSOE y Cs ambos partidos suman 180 escaños —por encima de los 176 que marcan la mayoría absoluta—, pero los liberales se niegan a intentar siquiera esta opción y apuntan a un ejecutivo «ya hecho» de Sánchez con «populistas y separatistas».

«No me voy porque yo haya cambiado, me voy porque ha cambiado Ciudadanos», ha espetado Roldán, que ha apuntado nuevas vías «verdes y liberales» como las nacidas en Europa, y que se ha marchado visiblemente afectado junto a la diputada Aurora Nacarino-Brabo sin conversar con los periodistas.

Roldán apoyó abiertamente a Francisco Igea en las primarias de Castilla y León, cuando el núcleo central del partido apostó por la expopular Silvia Clemente. Él era el único que se atrevió a cuestionar el fichaje de Silvia Clemente en el Comité Permanente de Cs, el máximo órgano de decisión de los liberales, y remó en el Comité Ejecutivo junto a Luis Garicano en favor de la candidatura de Igea. Ahora, en Castilla y León Cs va a pactar con el PP a pesar de las promesas de «cambio» y «regeneración» de Igea en su campaña, tras 32 años de gobiernos populares.

Pero sin duda, la mayor desafección del sector más próximo a la socialdemocracia en Cs se da por los pactos con Vox . Aunque el Comité Ejecutivo de Cs aprobó por unanimidad no negociar ni pactar con Vox, lo cierto es que los Presupuestos andaluces, con la firma de PP, Cs y Vox, o los acuerdos para la constitución de las Mesas de la Comunidad de Madrid y de la Región de Murcia son difíciles de obviar.