CONTRACRÓNICA
Teoría de los secundarios en campaña
«De un jefe de circo mediático a un actor, de un alcalde que busca amor eterno a Ábalos, los partidos tienen sus animadores»
Quién ganará las elecciones de Madrid según las últimas encuestas
La campaña es también lo que arrastra. Sus gentes. Algunos de profesiones liberales, otros jefes de circo mediático (JJ Vázquez), actores, dinamiteras de Asturias y líderes nacionales que pueden quedar como Cagancho en Almagro . Son los secundarios de lujo que van de plaza ... en plaza, de pueblito donde pasearse con novia formal al tostadero del ladrillo visto de eso que llaman el «cinturón rojo». Hay candidatos que necesitan esa comitiva de ilustres, acaso porque no se crean ya el mensaje ni las elecciones. Y candidatas que llevan en un discreto segundo plano a Toni Cantó, activo de la campaña en el limbo al que se le ve con una carita de circunstancias, entre que se homologa a sus nuevas siglas y empieza una nueva vida tras salvarse del Titanic de Arrimadas. Después del debate abortado de Àngels Barceló , después de la historia 'mortadelesca' de las balas y los sobres, en el domingo soso no ha pasado mucho. Porque se sabe ya todo, y los insultos son los previstos, y bajo la lluvia la democracia es menos democracia. Y es elegir comunismo, libertad o siesta o fútbol sin gente lo que le queda a la buena gente de la Región matritense.
Por eso mismo, los secundarios también tienen su papel. Ahí anda la chaqueta de Adriana Lastra , que tiene entidad jurídica propia y que desbarra lo mismo -la chaqueta- en invierno y en verano. Se trata de reavivar al muerto, y qué mejor que esa dupla cañí de Lastra y de Pepelu Ábalos, que hace lo que puede con la voz rugosa y una carita que se sabe que no es la de Santa Teresa de Lisieux. Ábalos tenía que salir en este jaleíllo de la campaña ahora que, con tantos muertos y con algunas vacunas, la masa crítica que dice Ignacio Camacho ha ido olvidando sus patrióticos servicios Ábalos de embajador plenipotenciario en Barajas Airport, provincia de Madrid.
Y luego está lo de Jorge Javier Vázque, crema de la intelectualidad del marujerío , hacedor de la telebasura con contenido social, niño mimado de Telecinco y «rojo» sin paliativos que se ha venido a acercar a Gabilondo por las irresistibles concomitancias intelectuales entre ambos. Poco le queda por hacer a Vázquez después de enchironar a Pantoja y reconciliarse con ella, andando el tiempo.
Más allá, también anda Morante de la Puebla, que lo mismo para el tiempo en Sevilla cuando anda 'de dulce' con la franela, que se viste de campero con la gente de Vox, la del cartel/pegatina como el hígado de Prometeo. Morante empezó buscándole las cosquillas a José Tomás en la precampaña y no pocos vimos que la cosa iba a acabar en una capea con Monasterio como una Ava Gardner morena.
Y hay más. Daniel Guzmán, el pagafantas de 'Aquí no hay quien viva' tirando de 'talento para grabar una proselitista conversación entre dos quinquis vallecanos. O el Bárdem escritor, que tuitea a los plumillas de su cuerda. O el alcalde Almeida, 'compa' de Ayuso y que no pierde hilo en las artes amatorias. La 'cobra' de Esther Ruiz, la de Cs, no le va a impedir que sea nuestro Marcello Mastroianni de la campaña y de lo que te rondaré, morena. Un amorcillo político hubiera animado esta campaña tan de adoquín en la cabeza y de testosterona en los aires abrileños.
Hay quien quiere bañarse en la Cibeles si Almeida encuentra el amor verdadero antes de la jornada de reflexión.
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