El socialista Sarriá, un diputado con baja actividad y alto sobresueldo

Sus compañeros de comisión definen su actividad parlamentaria como baja. «Acostumbra a quedarse dormido en las comisiones», atiza un diputado mientras otro apostilla que «no se mata». Las cifras lo atestiguan. En esta legislatura solo ha intervenido en una treintena de debates y la mayoría de ocasiones para hablar durante uno o dos minutos. Su intervención más larga ha sido de 7 minutos y sumando todas las que ha realizado, 56, solo ha hablado ante la cámara los citados 96 minutos.

Sus iniciativas escritas tampoco arrojan mejor saldo. Se quedan en 73 de las que solo tres las impulsó en solitario -una pregunta oral a la Corporación RTVE-. Dos fueron obligadas -sus declaraciones de bienes e intereses- y las otras 68 fueron preguntas escritas al Gobierno elaboradas junto a otros diputados socialistas -entre cinco y doce parlamentarios más, según la cuestión-. Nunca ha pedido informes u otros documentos al Gobierno.

En cuanto al detalle de su nómina, Sarriá percibe la asignación constitucional común a todos los diputados, que asciende a 3.050,62 euros al mes . Al ser diputado por una provincia distinta a Madrid (Valencia) percibe además una indemnización de 1.959,62 euros, y por ejercer como vicepresidente de comisión, la cámara le ingresa 1.1.34,40 euros mas en concepto de gastos de representación. Todo ello en catorce pagas. El Congreso también le cubre los gastos de transporte en medio público (avión, tren, automóvil o barco), así como los gastos de aparcamiento en las estaciones, los derivados del uso de su propio automóvil para el cumplimiento de sus funciones parlamentarias, y una tarjeta cargada con 3.000 euros para los taxis de Madrid. El Congreso también provee a cada diputado de iPad y teléfono móvil.