El soberanismo no recula y mantiene candidato: «Puigdemont o Puigdemont»

Esta es también la postura, al menos hasta ayer, del presidente del Parlament, Roger Torrent, que sin haber recibido notificación alguna, seguía insistiendo en que el candidato sigue siendo Puigdemont y que el pleno para su investidura se mantiene para el próximo martes día 30 a las 15 horas . «El candidato propuesto es Carles Puigdemont porque cumple todos los requisitos legales. Como dije, tiene la absoluta legitimidad para hacerlo. La impugnación anunciada no tiene fundamento jurídico, y esto lo sabe cualquier jurista o ciudadano con mínimos conocimientos. Es un fraude de ley que atenta contra los electores y los diputados, atenta contra la democracia parlamentaria y sus fundamentos básicos (...) La democracia no se impugna», apuntó ayer el presidente de la Cámara.

Pese a que la retórica sigue siendo la misma desde hace semanas, la intervención de Torrent fue muy medida, sin que en ningún momento llegase a concretar qué hará la Cámara, y él mismo personalmente en tanto que máxima autoridad, cuando el Tribunal Constitucional de manera previsible suspenda cautelarmente la investidura de Puigdemont . Jugando con los tiempos, midiendo mucho las palabras, en ningún caso anunció Torrent su intención de desobedecer al TC -tampoco dijo lo contrario-, en una decisión, en un sentido o en otro, que necesariamente no va a poder demorarse muchas más horas.

Torrent, y por extensión ERC y el conjunto del independentismo, se encuentra en un cruce de caminos. A un lado, la «vía Forcadell», es decir, la desobediencia, el choque con el Estado y la excepcionalidad. Al otro, el camino que supone desescalar, asumir la imposibilidad de que Puigdemont sea presidente y hallar una salida que, sin renunciar ni al objetivo ni a la retórica independentista, permita dar comienzo a una legislatura de descompresión . Es el camino por el que aspira a transitar ERC y buena parte del PDECat a excepción de la galaxia independiente que conforman Puigdemont, su séquito bruselense y los diputados de JpC que no deben obediencia al partido.

El revés del Consejo de Estado al Gobierno alimenta a este último grupo, que ayer elevó el tono de su reivindicación «legitimista». « El plan A, el B y el C es Carles Puigdemont (...) Dijimos que se trataba de restituir al presidente de la Generalitat y esto no va de un capricho personal, va de restaurar al presidente y a la institución», afirmó ayer el diputado de JpC, Eduard Pujol, en Catalunya Ràdio.

En ERC, por contra, se guarda silencio, y aunque se usan palabras gruesas para denunciar la estrategia del Gobierno, en el fondo subyace la idea de que los republicanos, y parte del PDECat también, esperan a que sea el TC el que haga el trabajo sucio y aparte a Puigdemont del camino. Las medidas palabras de Torrent van en esta línea. En pocas horas deberá decidir si se pliega a lo que diga el TC u opta por el camino de la desobediencia, con las consecuencias penales que para él y para la Mesa supondría.

Mientras se discute de nombres, los tres grupos independentistas apenas comienzan a esbozar ahora el programa de gobierno que debería presentar el candidato ante la Cámara. Ayer se reunieron los tres partidos: da la sensación de que el programa es lo de menos.