Sevilla, Molina... ¿Solbes? Los ex ministros de Zapatero dan la espantada
Con paso lento pero sin pausa, van desapareciendo del arco parlamentario los que un día fueron primeros espadas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para driblar los sinsabores que tenía la economía o la cultura en España. Primero fue el ex ministro de ... Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, el que anunció -el pasado martes 1 de septiembre- que en este curso no se le vería en el hemiciclo, un puesto que dejaba -que no «el afán político por conseguir mejoras sociales»- para dedicarse como asesor de la empresa privada PricewaterhouseCoopers España . Sevilla, quien fuera en la etapa de oposición del PSOE la mano derecha de Zapatero para asuntos económicos, ponía la puntilla a una espantada general de los cargos en quien un día el mandatario leonés depositó el peso de la economía : como David Taguas, hombre de confianza del ministro de Industria y miembro de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, o David Vegara, durante cinco años secretario de Estado de Economía de su mentor, Pedro Solbes . Cuando sea este último el que confirme su marcha previsible del Grupo Parlamentario Socialista se confirmará la desbandada. De hecho, según fuentes de este partido, Solbes podría irse para no tener que votar unos presupuestos con cuyo abultado déficit público no está de acuerdo. Antes de su sustitución por la ministra orensana Elena Salgado en la cartera de Hacienda y Economía, Solbes protagonizó notorios desencuentros con el equipo de Gobierno - «envidio del ex ministro Bermejo que ya es ex ministro», contestó el pasado 23 de febrero al director de ABC, Ángel Expósito, en el Foro ABC , cuando todavía era vicepresidente segundo del Ejecutivo-, que se saldaron con su salida por la puerta de atrás del Ministerio que encabezó durante diez años, tanto con Zapatero como con Felipe González, durante los cuales tuvo que sortear dos crisis económicas: la de 1993 y la actual, hasta su relevo.
Ministro visto y no visto
Junto al séquito económico, también dejará el frente el coruñés César Antonio Molina, un ministro visto y no visto (entró en julio de 2007 a abril de 2009) que sembró su andadura en el departamento de Cultura de polémicas, la última, la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes al torero Francisco Rivera Ordóñez. Aunque su nombre no figuraba en las quinielas de la última remodelación del Gobierno de Zapatero, finalmente fue sustituido por Ángeles González-Sinde, presidenta de la Academia del Cine desde diciembre de 2006.
Hoy, fuentes próximas a Molina ha anunciado que abandonará su asiento en la Cámara Baja el próximo día 14, con el camino de vuelta a la Univerdidad, a la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid, y continuará también con su labor literaria y sus cooperaciones en cursos y conferencias en universidades extranjeras. Si el gabinete de Zapatero ha recibido duras críticas, entonadas por barones como el ex ministro socialista Joaquín Leguina , de que el mandatario no cuenta con las aportaciones de la «vieja guardia» como él mismo o Alfonso Guerra -al que finalmente ha recuperado este domingo en un acto en Rodiezmo,con pañuelo rojo y puño en alto para clamar contra los «chorizos» que Guerra localizó en la cena del PP en la Plaza de Toros de Valencia, el pasado viernes-, con la fuga de estos ex ministros queda deslavazada también parte de su «hornada» de nuevas caras.
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