Sánchez y Díaz exigieron a Rajoy un debate sobre la nación en 2018

Podemos y PSOE argumentaron que el Congreso llevaba tres años sin convocarlo. Ahora ya van seis

Los socialistas también propusieron reformar el Reglamento de la Cámara en 2012 para que fuera obligatorio

Belarra, Díaz, Iglesias y Montero registrando en el Congreso la petición de este debate en 2018 ABC

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el actual jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, presionaron en 2018 a Mariano Rajoy para que convocara un debate sobre el estado de la nación, con el argumento de que el Congreso llevaba tres años sin celebrar ninguno. Ahora, en ... cambio, La Moncloa elude su convocatoria pese a haber transcurrido seis ejercicios desde el último .

La iniciativa estuvo encabezada por el anterior líder de Podemos, Pablo Iglesias, y fue plasmada en una proposición no de ley que acusaba al Gobierno de Rajoy de estar «negando» al Congreso y a la ciudadanía una «importante herramienta de control democrático» y la «posibilidad de evaluar a través de ella» la labor del Ejecutivo. « El Gobierno obvia con ello la esencia de la democracia parlamentaria », cargaba el texto, haciendo hincapié en el «momento político complejo» que atravesaba España, con «cuestiones aún no resueltas y de importancia vital para el futuro».

La última página de la proposición recoge como firmantes a Iglesias, a la hoy ministra de Igualdad, Irene Montero, y al titular de Consumo, Alberto Garzón, mientras la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, arroparon la presentación de la iniciativa en el registro de la Cámara.

«Menosprecio al Congreso»

El texto llegó al hemiciclo en marzo de 2018 y fue entonces cuando el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, unió fuerzas con la formación morada para exigir a Rajoy que convocara antes de julio ese debate . El diputado Luis Carlos Sahuquillo fue el encargado de defender la posición socialista. «En febrero [de 2018] se cumplieron tres años del último debate del estado de la nación, por lo que ya debería haberse celebrado algún otro o, como mínimo, haberse convocado», arrancó. «El hecho de no haber sido celebrado todavía demuestra la escasa —siendo benévolos— consideración que el actual presidente del Gobierno tiene por esta Cámara», continuó.

Sahuquillo añadió que el debate sobre el estado de la nación es «la más importante cita del Gobierno con la Cámara» y que su falta de convocatoria demostraba que para Rajoy «el Parlamento es un sitio incómodo al que solo asiste cuando no le queda más remedio». En esta línea, llegó a hablar de «menosprecio al Parlamento» por parte del presidente popular , recordando también sus elevados números de decretos-leyes aprobados, de peticiones de comparecencia rechazadas y del pulso por no asistir a las sesiones de control cuando el Ejecutivo estaba en funciones.

«El Congreso no es un lugar donde se obtiene la confianza y del que ya se pueda prescindir durante el resto de la legislatura y menos cuando no se dispone de mayoría absoluta», continuó arremetiendo, para considerar «imprescindible» la convocatoria del debate para que Rajoy respondiera «políticamente de su gestión ante esta Cámara, por muy incómodo que le resulte». «Es además un gravísimo error pretender devaluar su protagonismo [del Congreso] y centralidad o querer cercenar sus facultades legislativas», remachó. Argumentos que la oposición aplica hoy en su mayoría para exigir a Sánchez que convoque una debate sobre el estado de la nación y que el líder socialista viene ignorando hasta la fecha.

Respeto a la ciudadanía

Con similar virulencia que Sahuquillo intervino Iglesias obteniendo el aplauso de su bancada, con Yolanda Díaz, Montero, Belarra o Garzón incluidos. «Da la impresión de que ustedes no quieren que este Congreso debata sobre la situación de España», criticó el exlíder morado. «Da la impresión de que ustedes solamente dan la cara cuando les obligan a hacerlo», insistió, recordando que este examen era una práctica parlamentaria anual desde 1983. «En el último debate sobre el estado de la nación que se produjo aquí no estaba Podemos ni Ciudadanos. Yo creo que ya va siendo hora de que se celebre», añadió Iglesias . «Les pido que den la cara de una vez y asuman que en este país tiene que haber un debate sobre los problemas de España, y no por respeto a la oposición, sino por respeto a los ciudadanos y ciudadanas españoles».

Otra ruptura con el pasado

La negativa de Sánchez a someterse a este examen no solo va en contra de lo que él mismo exigía cuando estaba en la oposición, sino que supone otra ruptura con la tradición socialista. Fue Felipe González el que instauró esta práctica siendo el primer presidente del Gobierno en someterse voluntariamente a ella. Desde entonces, los socialistas no solo defendieron siempre su celebración, también intentaron elevar su carácter fiscalizador antes de que Pedro Sánchez llegara a Ferraz.

Así, en junio de 2012 impulsaron una reforma del Reglamento del Congreso para convertir esta cita en obligatoria cada año. «En este debate, como en ningún otro, el Gobierno puede explicar las razones de su acción, su hoja de ruta y los grupos de la oposición evaluarla y, sobre todo, exponer sus alternativas», argumentaba esa iniciativa. «Se ha mostrado como un mecanismo fundamental de control parlamentario . Una fórmula que permite una discusión más amplia y profunda del conjunto de la acción de gobierno y sobre los grandes temas de política general, de forma más adecuada». La propuesta no llegó a debatirse en el hemiciclo y Pedro Sánchez ha eludido recuperarla.

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