Sánchez sufre su derrota más dura tras el colapso del PSOE en Madrid

La preparación de la noche electoral ya anticipaba que el PSOE, al margen de que hasta última hora insistía en una contienda ajustada, no estaba pensando en muchas celebraciones. El candidato Ángel Gabilondo, junto con miembros de su candidatura, estaba en un céntrico hotel de la capital. También le acompañaba la ministra de Industria, Reyes Maroto , a quien se había señalado como su futura vicepresidenta y que tras estos resultados seguirá en el Consejo de Ministros. Llamó la atención que el ministro de Universidades, Manuel Castells, que en teoría representa a Unidas Podemos en el Gobierno, decidiese también acompañar a Gabilondo.

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Mientras, el grueso de la dirección del partido estaba en la sede de Ferraz: Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Adriana Lastra , Santos Cerdán y el secretario general de la presidencia del Gobierno, Félix Bolaños . Cuando el resultado ya mostraba una debacle, Bolaños se deplazaba al hotel a acompañar a Gabilondo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aguardaba en La Moncloa. Llega ahora el tiempo del reparto de culpas. Con importantes tensiones entre el aparato de Ferraz y La Moncloa . Las victorias tienen muchos padres mientras las derrotas suelen ser huérfanas. Pero la contundencia de la debacle hace impensable que ningún socialista pretenda aislarse de la misma.

Los resultados profundizan una espiral descendente del PSOE desde el ciclo electoral de abril-mayo de 2019. Una tendencia en la que el resultado del PSC en Cataluña el pasado mes de febrero constituye la excepción. Desde esos triunfos hace dos años, la repetición del 10-N ya representó un estancamiento con tendencia decreciente. Algo que se confirmó en las vascas y gallegas del verano de 2020.

El de ayer fue el peor resultado para el PSOE desde la amarga noche del 2 de diciembre de 2018 en las elecciones andaluzas. Sin embargo, en aquella ocasión, la pérdida de la Junta de Andalucía tenía un impacto menos directo en la figura de Sánchez en términos de responsabilidad. Pero esto no es así en Madrid, donde el control de La Moncloa sobre la estrategia, la candidatura y el discurso ha sido total. Así como la proyección de Sánchez durante la precampaña, si bien eso se corrigió en los últimos quince días. El resultado final ha corroborado una espiral descendente durante toda la campaña.

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Los resultados del PSOE expresan fugas de voto hacia la izquierda pero también hacia la derecha. Los socialistas pierde respecto a 2019 más de 270.000 votos en dos años.Las elecciones entierran además el mito de que el aumento de la participación iba a beneficiar a la izquierda. Fue al contrario.

Cuando el avance del escrutinio confirmaba también que el PSOE pasaba a ser la tercera fuerza política de la región, algo que no había sucedido nunca, comparecía el candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo , reconociendo que los resultados «no son buenos» y «no lo esperábamos». Aunque apostaba por esperar antes de valorar: «ya analizaremos lo sucedido».

El candidato socialista admitió haber fracasado en su intento de «abrir los espacios para un debate sosegado». En lugares separados, desde la sede de Ferraz, el secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos reconocía que «no son unos buenos resultados para el PSOE de Madrid». Asumía el número tres del PSOE que con su campaña «no hemos sabido atraer a nuestro electorado». Ni tampoco «escapar a la polarización».

A partir de ahí Ábalos descalificó la convocatoria electoral como «innecesaria» porque Isabel Díaz Ayuso «era presidenta y va a seguir siendo presidenta». Acusó a la ganadora de la noche de haber perpetrado este movimiento con el «único motivo de liquidar a su socio y hacer desaparecer a Ciudadanos de la representación y lo ha conseguido».

La contundencia de la victoria de Díaz Ayuso permitirá al PP llegar a 2023 sin necesidad de incorporar a Vox al Gobierno. Pero los socialistas se aferraron a que los populares no han alcanzado finalmente la mayoría absoluta para criticar que «hayan unido la suerte de un proyecto político a la ultraderecha», abrazándola «hasta mimetizarse con ella». La tesis de los socialistas es que la pujanza de Díaz Ayuso derechizará al PP y lo escorará hacia a Vox. Y que eso le dificultará acceder a electorados más moderados que se autoubican en el centro político. Pero es precisamente ese diagnóstico el que ha fallado en Madrid .

Por eso, Ábalos insistió en que estas han sido unas elecciones «en la Comunidad de Madrid y solo en la Comunidad de Madrid» . Los socialistas insisten en que Madrid es una región «muy importante» pero que «no representa al conjunto de España», dijo Ábalos, que quiso poner como ejemplo el resultado contrario que se dio en el mes de febrero con el PSC ganando y el PP con un muy mal resultado. «Al igual que no lo fueron en Cataluña», subrayó.

Los socialistas intentan levantar un corta fuegos por tanto entre este mal resultado y la continuidad de la legislatura. Ayer por la noche se insistía en desligar ambas cuestiones. Fuentes socialistas reiteraban la idea de que la legislatura debe prolongarse. Sánchez quiere que el proceso de vacunación finalice tras el verano y que la recuperación económica pueda dejarse sentir al calor de los fondos europeos. Pero la volatilidad de la situación política y la dimisión de Pablo Iglesias introducen muchos elementos de incertidumbre respecto a si esos deseos podrán llevarse a término.

Tras una campaña errática, los socialistas colapsan en la principal región del país. El resultado ha sido nefasto para el PSOE en todos los sentidos. Además de la debacle de Cs, los socialistas van a ser los únicos que pierdan asientos en un parlamento regional que pasa de 132 a 136 escaños. Los socialistas afrontan una reflexión que pueden empezar a hacer públicas las discrepancias y el malestar que en el PSOE hay con algunas decisiones y con algunas figuras.