Sánchez amenaza a Torra con un nuevo 155: «Sabe cuál es el camino que depararía volver al desacato»

«He sido bastante claro: no se puede llamar democracia a un sistema que tiene presos políticos encarcelados por sus ideas», dijo ayer Sánchez en rueda de prensa junto al presidente colombiano en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo colombiano, tras celebrar una reunión conjunta en la que la cuestión principal a abordar fue el éxodo provocado por el régimen de Maduro, agravado con la crisis económica y monetaria de este mes.

La discrepancia entre ambos mandatarios no se quedó en el debate terminológico. También hubo otro asunto en el que sus posiciones se evidenciaron diferentes. Preguntados por si la comunidad internacional debería llevar a Nicolás Maduro al Tribunal Penal Internacional, Sánchez explicó que «cada país es soberano de decidir su futuro» y señaló que « Venezuela tiene que empezar una negociación consigo misma ».

En este punto, Duque si se mostró partidario de que la comunidad internacional «siga adelante con una investigación» de los crímenes cometidos por el régimen de Maduro, aunque sólo sea para que el presidente venezolano «sienta la presión de la comunidad internacional».

Más allá de esas discrepancias, el encuentro entre Duque y Sánchez se celebró en un clima de entendimiento , especialmente en lo relativo al comportamiento de la sociedad colombiana en la atención al 1,2 millones de venezolanos que han buscado refugio en su país.

Sánchez dijo que el éxodo venezolano «no es un problema de Colombia, es un problema de América Latina» y expresó su solidaridad con el pueblo colombiano. «Quiero reconocer el extraordinario esfuerzo de la sociedad colombiana », expresó Sánchez, que también destacó el compromiso «humanista» del presidente Duque «para que no se consideren a estas personas sin cabida, ni futuro, ni ubicación».

En este sentido, Sánchez aseguró que «el Gobierno de España no mira a otro lado» y recordó un acuerdo adoptado por la Comisión Europea para destinar 35 millones de euros de ayudas a los países vecinos de Venezuela, y en especial Colombia, que están acogiendo a más de dos millones de personas.

El presidente colombiano agradeció la «preocupación» de España por una crisis migratoria «sin precedentes en América Latina»: «No podemos ser indiferentes a ese sufrimiento», concluyó.

Por otra parte, y ya atendiendo a cuestiones domésticas, el presidente del Gobierno también quiso enviar un mensaje al presidente de la Generalitat catalana, y a su insistencia en seguir adelante con los planes independentistas.

«Sabe perfectamente cuál es el camino que depararía volver al unilateralismo, la quiebra de la legalidad, el desacato», afirmó el presidente Sánchez en una advertencia que sonó a la puesta en marcha de un nuevo artículo 155 de la Constitución .

«Cuando el presidente Torra dice las cosas que dice no se dirige a la mayoría de los catalanes y la política tiene que estar al servicio de la convivencia», reclamó, antes de volver a decir a Torra que «dentro de la legalidad el Gobierno de España está dispuesto a hablar con el Gobierno de la Generalitat».

El presidente del Gobierno también se pronunció sobre la advertencia de la Fundación Francisco Franco de que agotará las vías legales para frenar la exhumación en el Valle de los Caídos: «Es una suerte de amenaza a la Presidencia del Gobierno, que es quien esta representando a los españoles y españolas».

Según dijo, la determinación del Gobierno «es firme»: «Mañana [por hoy] se comenzará el expediente de exhumación del dictador porque ninguna democracia puede tener un mausoleo a un dictador», dijo.