Sánchez reparte culpas a autonomías y científicos

Consciente de que la mayoría de la Cámara reclama más medidas, Sánchez garantizó que revisará todas las propuestas y aplicará las viables. De momento, derivó las exigencias de transparencia al ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien comparecerá cada semana en la comisión del ramo reconvertida en «comisión de seguimiento del coronavirus». Tras esta concesión, pidió el apoyo de todos los partidos para «ganar tiempo» y evitar el colapso sanitario pero también hallar una vacuna.

Además de tiempo, el jefe del Gobierno también reclamó unidad, lealtad y el bloqueo «de cualquier pensamiento mezquino y egoísta». Sin embargo, repartió culpas a las autonomías a las que acusó de no valorar el riesgo que entrañaban las residencias de ancianos.

En cuanto a su propia responsabilidad se refugió en que «no se conocía la amplitud de la tragedia ni el momento en que iba a comenzar» y no realizó autocrítica ni siquiera por permitir las manifestaciones del 8 de marzo . «No ha habido ni un solo día, ni una sola hora, ni un solo momento» en que el Gobierno haya dejado de tomar medidas, subrayó.

El presidente del PP, Pablo Casado, lo cuestionó: «Si tan bien lo ha hecho ¿por qué España es el segundo país con más muertos?». Sánchez remató escudándose en los científicos insistiendo en que siguió en todo su momento sus consejos. El presidente de Vox, Santiago Abascal, no lo dejó pasar: «Díganos quienes son esos científicos para no volver a confiar en ellos».

El líder socialista salió con la autorización de la Cámara bajo el brazo y sin votos en contra, pero sus palabras no dieron confianza a la oposición en un pleno que se extendió hasta casi las dos de la madrugada. Las críticas le llovieron desde la primera intervención y la fijación de posiciones dejó en evidencia la debilidad de su alianza con el independentismo. El Congreso elevaba así su presión ante una gestión que fue considerada desde «poco eficaz» a «tardía», pasando por «insuficiente» e incluso «negligente» por sus rivales y la mayoría de sus socios.

Casado, volvió a demostrar sentido de Estado al conceder su apoyo a la prórroga del estado de alarma y unir filas con el Gobierno en torno a la idea de que nadie debe quedarse atrás, aunque Sánchez no se lo agradeció públicamente. En un discurso que brilló tanto en forma como en fondo, el líder de la oposición pidió «urgencia y eficacia» en la respuesta a la que ya es la mayor crisis económica, social y sanitaria de los últimos ochenta años.

Entre otras cuestiones, el líder de la oposición cargó contra la falta de medios materiales y de protección con la que se enfrentan cada día a la pandemia tanto los sanitarios como los miembros del Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. «Usted aún no lo ha reconocido ni ha pedido perdón por una negligencia tan grave. Tiempo tendremos de pedirle responsabilidad, no lo haremos ahora», subrayó.

Siguiendo este hilo, avisó al presidente de que los españoles necesitan poder confiar en el Gobierno y que esta credibilidad no se consigue con palabras sino con hechos. «Nuestro país no está para más mítines ni para manuales de resistencia ni de autoayuda. Los españoles necesitan soluciones, no promesas», afeó Casado. El presidente del PP denunció también que «nunca un Gobierno con tantos poderes ha sido capaz de hacer menos» y cerró con una petición: «No defraude a los españoles una vez más».

Por su parte, el presidente de Vox también atacó con contundencia al jefe Gobierno. Recién recuperado del coronavirus, Abascal advirtió tanto a Sánchez como al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, presente en el pleno que «lo han hecho todo tarde y todo mal». Asimismo, les acusó de mentir y ocultar información y les advirtió que su grupo no descansará hasta que se asuman responsabilidades por la mala gestión de la crisis. La diputada de Cs, María Múñoz, cargó contra el tiempo perdido por el Gobierno.

Pese a ser socio del Gobierno, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, también fue muy crítico y solicitó la paralización de toda la actividad no esencial , al igual que Bildu, CUP o Junts (por escrito). Lo mismo reclamaron otros aliados de Sánchez como Más País mientras el PNV discrepó y pidió tiempo para ver el efecto de las medidas adoptadas. No obstante, se abrió a ampliarlas si resultaran insuficientes.

Pese a ser socio del Ejecutivo, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, también fue muy crítico y solicitó la paralización de toda la actividad no esencial, igual que Bildu, CUP o Junts (por escrito). Lo mismo reclamaron otros aliados de Sánchez como Más País mientras el PNV discrepó y pidió tiempo para ver el efecto de las medidas adoptadas . No obstante, se abrió a ampliarlas si resultaran insuficientes.

La prórroga del estado de alarma salió adelante pero no con la mayoría de la investidura sino con el apoyo del bloque de la derecha y los regionalistas. PP, Vox y Cs unieron fuerzas con PSOE, Podemos, PNV, CC, NC, Más País, Compromís, PRC, Teruel Existe, BNG, Navarra Suma y Foro hasta sumar 321 «síes». ERC, Junts, CUP y Bildu se ponían de perfil y emitían 28 abstenciones impidiendo una unanimidad especialmente valiosa ante la crisis.