Sánchez da un paso más en el rearme de Ucrania y se aleja del pacifismo de Podemos

«Sánchez no podía presentarse ante el presidente de Ucrania sin un anuncio explícito de envío de nuevas armas», explican fuentes gubernamentales que asumen como «un nuevo compromiso reforzado» el envío de las 200 toneladas de munición que zarparon el miércoles, a las 17 horas, desde la base de Rota (Cádiz) a bordo del buque logístico Ysabel.

Esta munición corresponde a los arsenales de la Armada Española y el Ejército del Aire . Desde el Ministerio de Defensa no se ha querido especificar la naturaleza de la misma.

En su comparecencia en Kiev, junto al presidente ucraniano y a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen , Sánchez sí subrayó que ese envío supone «más del doble que la ayuda enviada anteriormente».

El buque Ysabel prevé llegar a la base naval de Gdynia (Polonia) en una semana. El Ejército español comenzará allí otra misión de transporte, en columna terrestre, con los 30 camiones militares y 10 vehículos ligeros que también han sido enviados, según informan fuentes militares conocedoras de los preparativos del envío.

«Aún no está claro si los vehículos militares volverán a España o se donarán a Ucrania», informan las mismas fuentes. Con este envío Sánchez responde al llamamiento de Ucrania para apoyar el rearme de su ejército ante la nueva ofensiva rusa en el este.

Además, el anuncio desde la capital ucraniana se produce dos días después de que el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, conversara por teléfono con la ministra de Defensa, Margarita Robles, sobre el apoyo a Ucrania en el marco de la OTAN y la UE.

Según informó el Ministerio de Defensa, en dicha conversación «la ministra Robles subrayó al jefe del Pentágono que nuestro país “seguirá prestando asistencia a Ucrania en la medida de sus posibilidades en plena solidaridad con el pueblo ucraniano”».

Como siempre se ha manifestado en la coalición de Gobierno PSOE-Podemos, con ministros como Ione Belarra o Alberto Garzón muy beligerantes contra la OTAN, la política de Defensa corresponde «en exclusiva al propio presidente del Gobierno y al Ministerio». Un mantra que se repite para la política de Exteriores.

De este modo, ambos polos de la coalición pueden cohabitar. Podemos escenifica su malestar ante su electorado (el manifiesto ‘Ucrania: ¡Paz ya!’ es un ejemplo) y el PSOE recorre la única senda posible dada la circunstancia de su alineamiento con la OTAN y la UE.

Se da también la circunstancia de que los próximos 29 y 30 de junio Madrid acogerá la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de la Alianza Atlántica y, claro está, el anfitrión no puede desmerecer o contrariar una estrategia de rearme de Ucrania por la que se ha apostado fuertemente desde EE.UU., Reino Unido, Países Bajos o Canadá. Otros países como Alemania se han mostrado más tímidos al negarse a enviar armas pesadas (blindados, carros de combate, helicópteros....) como demanda el Gobierno ucraniano.

En esta postura se sitúa también el Gobierno español aunque las dimensiones de la industria y el stock militar español no son comparables al alemán.

Desde el Ministerio de Defensa español también se trabaja en la posibilidad de coordinar el envío de otras armas a través de terceros países que usan material español para luego reponer esos arsenales. La coordinación con la industria de defensa española también es otra opción en futuro de cara a realizar envíos de munición y armas ligeras adicionales.

Los pasos dados por el Gobierno español en el envío de armas o munición al Gobierno ucraniano han sido graduales y de menos a más, aunque sin traspasar esa línea que define al «armamento pesado»: cazas, helicópteros, carros de combate, blindados...

Así, hubo un primer envío el 27 de febrero de 20 toneladas de material sanitario (mascarillas, guantes y trajes de protección médica) y cascos, chalecos antifragmentos y de protección NBQ.

Posteriormente, el 3 de marzo hubo otro más significativo, ya con armas, de 1.370 lanzagranadas -esenciales en la lucha contra los vehículos militares rusos- y 700.000 cartuchos de fusiles y ametralladoras, así como ametralladoras ligeras.

Luego, el 28 de marzo salió otro avión con más armamento sin especificar por parte del Ministerio, y al día siguiente un vehículo RG-31 en su versión de ambulancia blindada. Ayer, con el anuncio desde Kiev, tanto en simbolismo como en apoyo real, la apuesta por el rearme ucraniano se refuerza más. Aunque aún sin traspasar la línea del armamento pesado con capacidad de fuego.