Sánchez acaricia los Presupuestos en busca de autonomía política frente a Iglesias
En el Gobierno ven cerca un tiempo de estabilidad en el que el presidente tendrá más margen
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Iniciar sesiónEn el Gobierno dan por superada una semana mucho más caótica y menos festiva de lo que se esperaba. La noticia de que EH Bildu iba a apoyar las cuentas ha emborronado una semana que en La Moncloa estaba reservada para situar el foco el ... amplio margen con el que eran rechazadas las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 presentadas por PP y Vox.
Es esa excesiva promoción, de la que se culpa al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, lo que no ha gustado en varias capas del Gobierno y del PSOE. Porque la posibilidad de que EH Bildu apoyase las cuentas estaba desde luego encima de la mesa. Incluso se daba por hecho una vez que la formación de Arnaldo Otegui , en palabras de un dirigente socialista, «no lo pone precisamente difícil».
Recuerdan en el PSOE que de cara a la investidura del pasado enero Bildu decidió abstenerse sin exigencias. Mientras que ERC y PNV tuvieron que pasar por negociaciones más complejas. Especialmente los primeros. «Bildu ha decidido un rumbo estratégico para competir con el PNV», defiende un dirigente socialista. Es, no obstante, al partido hegemónico en el País Vasco a quienes en el Gobierno se sigue considerando como su socio «más fiable» y con el que se mantiene una relación singular y al más alto nivel. Algo que, todavía, no sucede con EH Bildu.
Desde La Moncloa y Ferraz se han lanzado este fin de semana a replicar la idea de que este pacto responde a un proceso de «normalización democrática» y a atacar al PP por un actitud de bloqueo que en la práctica no existe. Porque los votos de Bildu no son necesarios para aprobar los Presupuestos y la entente tiene más que ver con las ganas de Arnaldo Otegui y Pablo Iglesias por consolidar una estrategia coincidente que por las urgencias reales del Gobierno, que gracias a Ciudadanos no precisaba ni a Bildu ni a ERC.
Pedro Sánchez ha dado carta de naturaleza a esa alianza estratégica, quebrantando una vez más uno de sus compromisos, y acelerando la relación con la formación abertzale que ya se ha consolidado en Navarra, como socio del Gobierno, en País Vasco, y en el ámbito del Congreso de los Diputados. Y lo ha hecho, a su juicio, sin «ninguna concesión» porque muchas de las cuestiones que reclama Bildu «se impregnan», dice un miembro del Gobierno, de lo que ya reclaman Podemos y PNV. En lo relativo al acercamiento de presos etarras a las cárceles del País Vasco se asegura que «ya se desarrolló en tiempos anteriores a este Gobierno» y que «era un política antiterrorista y no una política penitenciaria». Aunque lo cierto es que las decisiones en esta dirección se han acelerado.
El futuro del Gobierno
El anhelo de Pedro Sánchez es lograr aprobar unos Presupuestos propios. Algo que todavía no ha conseguido. El Gobierno ha acelerado el calendario para que estén en vigor en los primeros días de enero .
El análisis coincidente en el Gobierno es que la tensión política continuará, en referencia a lo sucedido esta semana, pero que lo importante es señalar que lo relevante esta semana es que la coalición ha superado un trance esencial. A la espera de que la semana del 30 de noviembre se voten por secciones los Presupuestos y se envíen al Senado, el Gobierno ve ya consolidado el proyecto de cuentas públicas.
Varios ministros consultados otorgan a este hecho gran importancia. La aprobación de los primeros Presupuestos compartidos con Pablo Iglesias eran la piedra de toque de la coalición. Lo eran ya al inicio del mandato y más si cabe con el nuevo escenario originado por la pandemia.
En el Consejo de Ministros es compartida la sensación de que el nuevo año, incluso pese a la incertidumbre que arroje Cataluña, abre una nueva etapa política. «Con unos Presupuestos acabas la legislatura», resumen un alto cargo del Gobierno. «Permitirán mirar a largo plazo y el presidente ganará margen de actuación», considera un ministro del Ejecutivo. «Con Presupuestos todo será más cómodo para el presidente, también con menos dependencia de Iglesias », plantea otro integrante del Gobierno del ala socialista.
Y es que con los Presupuestos aprobados y sin posibilidad de que exista una mayoría parlamentaria en contra en el Congreso el presidente del Gobierno ganaría autonomía de forma muy notable. Se viene apuntando desde el verano a un cambio de Gobierno cuando lo peor de la emergencia sanitaria haya pasado. Algo sobre lo que el entorno de Sánchez no da más detalles. Aunque el presidente entiende que la coalición con Podemos tiene utilidad más allá de los votos que aportarán para aprobar el Presupuestos. «Todas las coaliciones se tienen que romper en algún momento. Pero desde luego no ahora. El 10-N nos enseñó que la falta de acuerdo en la izquierda tiene un coste muy alto », apunta un miembro de la dirección federal que gobierna con Podemos en su territorio. Otro, por contra, cuestiona que tenga que romperse la coalición en algún momento. Y señala el modelo valenciano.
En el Gobierno asumen que Iglesias seguirá reivindicando un espacio propio, pero no ven en el PSOE que tenga incentivos para subir el tono y forzar su salida del Ejecutivo. «Podemos ya no es nada sin estar en el Gobierno» , opina un dirigente socialista. «Pedro y Pablo saben que la coalición es lo mejor para los dos», vienen considerando en el entorno del vicepresidente segundo, donde destacan que es «su relación» la que ha permitido superar las dificultades de estos meses.
Esta impresión es total en Unidas Podemos. Los sectores partidarios de no compartir el Gobierno con el PSOE abandonaron la formación hace tiempo. En el PSOE también es mayoritario. Aunque existe un sector en el partido y en el Gobierno que siempre ha marcado distancias. Y con Presupuestos aprobados y sin mayoría en contra en el Congreso «se puede gobernar con 120 escaños» si la situación obliga a ello.
A corto plazo solo las elecciones catalanas aparecen en el horizonte como un factor de incertidumbre política. Aunque incluso este escenario se mira ya con menos preocupación porque se hace el diagnóstico de que el independentismo «no está ya en la unilateralidad». En el Gobierno no ponen todavía fecha a la reforma del Código Penal. Con ese cambio legal se rebajarán las penas del delito de sedición. En plan normativo del Gobierno contempla su aprobación antes de que acabe el año. Fuentes gubernamentales aseguran que «se sigue trabajando» en el anteproyecto.
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