Ronan Farrow: la estrella que destapó 'la trama Pegasus' acusada de creer en conspiraciones

En un extenso reportaje publicado ahora por 'The New Yorker', Farrow revela que la organización Citizen Lab , un prestigioso laboratorio con sede en la Universidad de Toronto que estudia la vigilancia en la red, ha analizado los teléfonos d e líderes independentistas catalanes y hallado que han sido infectados con el programa Pegasus, que desarrolla la empresa israelí NSO. Los análisis los efectúa un investigador de Citizen Lab que se llama Elies Campo, que es una de las fuentes principales de Farrow para el reportaje. Sobre Campo, Farrow dice que «apoya la independencia». Campo es ingeniero de telecomunicaciones y ha trabajado en WhatsApp y Telegram.

Farrow se refiere a la crisis independentista en los términos que suelen emplear los secesionistas. Dice del referendo de 2017 que «recibió el apoyo del 90% de los votantes a pesar de la baja participación». No menciona que fue declarado inconstitucional y se efectuó contra el criterio de los poderes judicial, ejecutivo y legislativo. Tampoco menciona Farrow la presencia de espías rusos en Cataluña ni los contactos de los líderes independentistas con intermediarios del Kremlin . En octubre de 2021, 'The New York Times' reveló que informes de inteligencia europea apuntan a que un colaborador de Carles Puigdemont se reunió con funcionarios y con exagentes de inteligencia rusos para garantizar su ayuda a la independencia unilateral.

Farrow ha sido acusado de creer a sus fuentes sin comprobar sus denuncias, para retratar grandes conspiraciones. En mayo de 2020 el entones crítico de medios de comunicación del 'The New York Times', Ben Smith, publicó una larga investigación titulada ' ¿Es Ronan Farrow demasiado bueno para ser verdad?' en la que afirmaba que el periodista «no siempre sigue los típicos imperativos periodísticos de corroboración y divulgación rigurosa, o sugiere conspiraciones que son tentadoras pero que no puede probar» . Smith afirma, tras analizar minuciosamente el trabajo de Farrow para tratar de probar que la cadena NBC conspiró con Weinstein en su contra cuando estaba investigando las alegaciones de agresión sexual, que «sus historias se basan en su creencia, que rara vez prueba, de que fuerzas y personas poderosas conspiran contra quienes intentan hacer el bien». Smith da varios ejemplos en que Farrow no corroboró los testimonios de diversas víctimas.