El «New York Times» lleva a su portada los casos de niños robados en España

El rotativo estadounidense contextualiza el caso en «lo que pudo haber comenzado como una represalia política para las familias de izquierda durante la dictadura de Franco» parece haber mutado, en democracia, « en un negocio de tráfico en el que médicos, enfermeras, e incluso monjas» , en connivencia con redes criminales, se habrían enriquecido. La información lleva por título «España se enfrenta a décadas de dolor por los bebés perdidos» y está fechada en Sevilla, al ser Andalucía una de las comunidades que acumula más denuncias de casos. Comparte con el lector los casos de la andaluza Dolores Díaz, que, como publicó ABC en su día, se quedó embarazada de mellizos en 1973 pero el hospital comunicó que solo había dado a luz una niña.

Según el firmante del artículo, los miles de casos que se investigan en los tribunales españoles podrían protagonizar una sacudida brutal al país.

También reproduce el caso de la anciana Concepción Rodrigo Romero , quien ha llevado a los juzgados sus sopechas de que un médico en Sevilla le usurpó a su bebé. Días después, otro médico del hospital le dijo a su marido que el recién nacido había sido enviado a otro hospital y allí había fallecido. Nunca vieron el cadáver, una historia que se reproduce en los testimonios de los asociados a Anadir. «En el fondo siempre he sabido que me robaron a mi hijo», declara la señora Rodrigo Romero al «NYT».

El periódico retrata el periplo judicial que ha seguido el caso, una vez que el fiscal general Cándido Conde-Pumpido y el Poder Judicial de España se vieron «obligados a la acción después de que Anadir presentase una caterva de pruebas indiciarias sobre la posible desaparición y sustracción ilegal de niños. En estos momentos, son 849 los casos que están en manos de jueces y fiscales, de los que 162 ya se podrían clasificar como un proceso penal.

El periódico enmarca el caso en la investigación emprendida por Baltasar Garzón («el juez -cataloga- con «mayor proyección internacional de España») en 2008 cuando se detuvo en investigar las denuncias de delitos cometidos en el franquismo sobre miles de niños tomados de las mujeres que habían apoyado a republicanos, dentro de la causa de la memoria histórica.

Por último y tras una entrevista al presidente de Anadir, Antonio Barroso, también presunto niño robado, el rotativo apunta a que hay muchas preguntas sin respuesta en el tortuoso viaje que están cruzando los padres . Culmina el artículo: sobre los casos de monjas que han confesado la «venta de niños», «la Iglesia Católica no ha tenido ningún comentario».