Rivera busca una Ejecutiva leal y a su medida y cesa a los críticos

Como estaba previsto en el orden del día, Rivera anunció la incorporación de 22 nuevos fichajes afines a su máxima de no negociar con los socialistas , entre los que se encuentran el ex director general de la Policía y la Guardia Civil durante el Gobierno de Zapatero Joan Mesquida, el ex abogado del Estado Edmundo Bal o la abogada Sara Giménez. También se suman dos expresidentes autonómicos procedentes del PP, José Ramón Bauzá y Ángel Garrido. Entre los dirigentes regionales destaca la entrada del actual consejero en la Junta de Andalucía Javier Imbroda, la futura vicepresidenta del Ejecutivo murciano Isabel Franco o el líder de Cs en Aragón Daniel Pérez. «Un equipo con gente preparada, con gente leal al proyecto de Ciudadanos y de España, de gente diversa que como un gran río acaba desembocando en el mismo afluente», remarcó Rivera.

Otro de los cambios acometidos por el líder de Cs tiene como propósito potenciar a Lorena Roldán . La recién elegida candidata a la Presidencia de la Generalitat en las primarias del partido será la nueva portavoz de la Ejecutiva nacional, por lo que a partir de ahora ganará visibilidad. Cada lunes tendrá que exponer los acuerdos a los que llega la dirección en rueda de prensa en la sede del partido en Madrid. Esta medida está orientada a fortalecer su perfil como cartel electoral en Cataluña. Rivera ya siguió ese procedimiento con Inés Arrimadas, que continuará al frente de la portavocía del grupo liberal en el Congreso de los Diputados, y surtió efecto, pues Ciudadanos fue la lista más votada en los comicios autonómicos de 2017.

Tras el fracaso del primer debate de investidura de Pedro Sánchez, Rivera ha decidido blindarse ante los críticos que le empujaban a que llegara a un entendimiento con el PSOE . El líder naranja se resiste a abstenerse en septiembre. Por eso ayer comunicó que apartaba de su Ejecutiva a Fernando Maura, Orlena de Miguel, Antonio Espinosa, Matías Alonso y Raquel Morales. Les despidió, eso sí, con palabras de agradecimiento.

Cuando el exsecretario de Programas, Toni Roldán, desertó por las discrepancias ideológicas con el rumbo tomado por Rivera, Luis Garicano y Javier Nart forzaron una votación -que perdieron y que llevó al segundo a desertar de su asiento en la Ejecutiva- para que el partido se replanteara la estrategia a seguir en la investidura de Sánchez. En dicha consulta, Maura votó a favor, mientras que Orlena de Miguel se abstuvo junto a Nacho Prendes y Marta Martín.

Hace dos semanas, el secretario general de Cs, José Manuel Villegas , negó que se fueran a producir ceses en la dirección. En la rueda de prensa posterior a la reunión del órgano de gobierno del partido dijo que no habría «ninguna otra reforma de calado» . Sin embargo, Rivera decidió prescindir de voces disidentes sin mucho peso, pero que al fin y al cabo son un impedimento parar lograr el objetivo que se ha marcado de liderar el espacio de centro-derecha. Además, los estatutos le otorgan plena libertad para destituir miembros de la Ejecutiva; es una competencia que le compete en exclusiva al presidente.

En su discurso de ayer el presidente de la formación fue muy claro al afirmar que, aunque no hay que olvidar nunca los orígenes, es importante «saber hacia dónde se va». «Nosotros vamos hacia un proyecto ganador», subrayó. Rivera reveló además que pretende «reestructurar» el Comité Permanente «para dotarlo de más músculo». En estos momentos, está compuesto por doce miembros, pero Marcos de Quinto se perfila como uno de los candidatos para entrar.

En su intervención volvió a arremeter contra Sánchez e Iglesias, a la vez que criticó el «espectáculo» que montaron la semana pasada. Les acusó de querer «repartirse España como un botín». No obstante, centró todos sus reproches en Sánchez, a quien recriminó que quiera atrincherarse en el poder «a cualquier precio» y de la mano de la «banda de populistas, batasunos e independentistas que quieren liquidar España y su modelo económico». Una vez más, insistió en la necesidad de «desmontar el plan de Sánchez».

También sacó pecho y dijo sentirse «orgulloso» de que los separatistas no le quieran de presidente. «Si nos temen es que algo estamos haciendo bien», insistió. Justificó su decisión de mantener el «no» al jefe del Ejecutivo en funciones alegando que la socialista María Chivite se ha encomendado a Bildu para gobernar en la Comunidad Foral. Recordó que en el último año se han celebrado más de 150 homenajes a asesinos etarras , al tiempo que denunció la inacción de Sánchez, a quien censuró que les criminalizara por ir a Alsasua o Rentería a defender a los guardias civiles y a las víctimas del terrorismo.

Rivera presentó a Ciudadanos como «un partido de Gobierno», aduciendo que está dentro de varios ejecutivos autonómicos como Andalucía, Murcia, Castilla y León y la ciudad de Madrid. Vendió al partido como la única «alternativa» para el país y para reconstruir el constitucionalismo que, a su juicio, Sánchez «ha dinamitado».