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Reporteros Sin Fronteras denuncia los frenos a la libertad de prensa en España

La organización critica la pregunta del CIS sobre el posible control a los medios

El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez EFE
Silvia Nieto

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La crítica no entorpece la labor de las instituciones, sino que expurga sus fallos. En las democracias, el desempeño de los gobernantes no es perfecto, pero al menos está sometido a la vigilancia de los medios de comunicación y al escrutinio de las urnas. El pasado martes, durante la presentación de la Clasificación Mundial de la libertad de prensa 2020, Reporteros Sin Fronteras (RSF) hizo hincapié en cómo Corea del Sur o Taiwán han logrado erradicar la pandemia de coronavirus con más éxito que China, donde las autoridades silenciaron las primeras advertencias de los médicos de Wuhan, demostrando que la censura suele traducirse en inoperancia. Sin mirar tan lejos, la organización también advirtió del deterioro del derecho a la información en la Unión Europea (UE), con énfasis en su situación en Hungría o Polonia, aunque sin dejar a un lado las debilidades que ha experimentado en otros países, entre los que figura España.

Durante semanas, las preguntas en las ruedas de prensa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pasaron por el filtro de la Secretaría de Estado de Comunicación, que se dedicaba a seleccionar las que consideraba más oportunas, no siempre con un criterio periodístico. El pasado miércoles, el barómetro publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), realizado con la intención de medir el pulso de la ciudadanía ante la irrupción de la crisis, preguntó a los encuestados si creían oportuno limitar la libertad de prensa para frenar la multiplicación de bulos, lo que provocó un tumulto de indignación. En ambos casos, RSF expresó su rechazo a la actitud limitante del Ejecutivo, que también ha anulado el funcionamiento del Portal de Transparencia y sido cuestionado por la poca claridad sobre la cifra real de muertos por la pandemia o la compra de material en mal estado a China.

«Lo del CIS nos pareció penoso, una formulación absurda y una medida poco afortunada», denuncia Alfonso Armada (Vigo, 1958), presidente de la sección española de RSF. «Queremos pensar que no fue un globo sonda ni forma parte de una estrategia del Gobierno para para recortar la libertad de prensa», lamenta, añadiendo que la militancia socialista del director del Centro, José Félix Tezanos, tampoco parece una garantía demasiado tranquilizadora sobre la independencia con la que se elaboran sus sondeos. «Vamos a vigilar que no se tomen medidas para limitar la información libre», subraya al otro lado del teléfono.

Para la organización, las dudas que envuelven al número real de fallecidos también producen inquietud. «Tenemos herramientas estupendas, pero parece que no podemos saber cuántos muertos hay. En España, cada Comunidad Autónoma tiene su propio sistema de recuento. Además de no poder despedirlos como se merecen, hay muchos que no se están incluyendo», recuerda Armada. Para que los ciudadanos valoren el trabajo de sus gobernantes, lo mejor será alejarse de la oscuridad de China.

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